El primer Cazador y las migraciones Nutritivas
Enviado por tiradero777 • 13 de Diciembre de 2012 • Trabajo • 516 Palabras (3 Páginas) • 1.081 Visitas
El hombre prehistórico era un buscador de alimentos; pasaba casi toda su vida yendo en pos del él. Comía de preferencia carne roja, es fácil entender esta predilección por la carne: no le quedaba otra alternativa. Indudablemente el hombre prehistórico que habitó en el hemisferio Septentrional durante la amplia edad glacial y el correspondiente período interglaciar, tenía que depender de la carne, porque ni la vegetación en general ni las gramíneas en particular podían crecer en el suelo helado. Asimismo, es fácil comprender por qué se inclinaba más a los animales de mayor tamaño en la caza, puesto que precisamente por serlo garantizaba una provisión alimenticia más duradera.
. El hambre obligaba al hombre a inventar trampas y a tender lazos a las fieras de menor tamaño; y a recurrir al artificio de excavar un gran hoyo y llenarlo de hierbas, para cazar un elefante u otro animal mayor. En tiempos de hambre, el hombre mataba y comía todo lo que tenía a su alcance, ya caminara, se arrastrara, trepara, volara o nadara. No perdonaba ni la fauna casera ni los animales domesticados.
El primer Cazador y las migraciones Nutritivas:
La persecución de los animales silvestres con el fin de apoderarse de ellos vivos o muertos, ya sea para reproducirlos o comérselos, se realiza desde la creación del hombre. No cabe duda de que el hombre primitivo tuvo que valerse de la caza para procurar su sustento, aparte de la recolección de frutos y raíces silvestres. Esto se demuestra por la presencia de ciertos depósitos paleolíticos de amontonamiento de huesos de animales (Caballo, Reno etc.), no domesticados todavía en aquella época y por los hallazgos de representaciones gráficas de origen prehistórico (Pinturas rupestres, huesos etc.) en que están figuradas las escenas de caza. Se supone que el hombre antes de conocer la ganadería y la agricultura, fue cazador, cuyos recursos alimenticios están limitados a los productos de la caza (o la pesca) y a las producciones naturales de la vegetación espontánea.
El ser humano ha tenido que defenderse de las fieras y, en los pueblos pastores y agricultores, ha contribuido en la protección de estas. Todas estas circunstancias unidas a la falta de los recursos materiales que para la persecución y captura de los animales salvajes obligaron al hombre prehistórico a aguzar el ingenio y a poner en ejercicio la astucia, el valor y la perseverancia.
Pocos son los pueblos que por su atraso o por la inclemencia del clima en que viven se ven obligados a utilizar, como recurso alimenticio único, los productos de la caza o la pesca, hoy en día. En cambio otros, poseen una agricultura más o menos rudimentaria pero se valen de la caza para procurarse una buena parte de la alimentación, así como para proveerse de pieles, huesos y otras materias animales que en su estado de civilización primitiva les son de mucha utilidad.
Los bosquimanos del sur
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