El texto académico. Un análisis crítico desde su definición.

EL TEXTO ACADÉMICO: UNA APROXIMACIÓN A SU DEFINICIÓN

En este acercamiento a la definición del texto académico analizada por  Ester Rosas se presenta una interesante revisión de varios autores conciliando posturas conceptuales tanto similares como opuestas. Tópicos referidos a la trasparencia del texto, la capacidad escritora y comprensiva de autor y lector respectivamente, así como las habilidades cognitivas y comunicativas que demanda el ejercicio de escritura desde la oralidad y la normas textuales, permiten una interacción  que propicia la trasmisión del conocimiento. Como resultado de esta revisión bibliográfica, la  escritora clarifica algunos conceptos tomando como referentes varios  autores con trayectoria en el tema en mención.

La tarea de producir un texto escrito requiere de una habilidad de parte de quien escribe, ya que, la complejidad y la manera en que se combinan los elementos lingüísticos, aunados a las normas textuales permiten el acto comunicativo. Si esto es así, el acto comunicativo desde la producción textual con fines académicos debe estar centrado en la capacidad de aprendizaje que se genera en lector de dicho texto. De manera análoga, la forma como se organicen las ideas, el valor conceptual de las fuentes, la articulación de las palabras  y su interacción en el texto, según Rosas en referencia a Flower y  Hayes (1981), quien escribe actúa armónicamente en el texto tanto para su captación y comprensión.

Por lo que refiere al acercamiento de la definición, la autora cita inicialmente los conceptos de los investigadores  Lyons, Dijk, Brown y Yule, por medio de los cuales teoriza que el texto académico es la representación escrita de un discurso oral en que se reflejan las intenciones comunicativas de un autor que esta delimitado por cognición sociocultural. A su vez, acentúa la intencionalidad del texto en un acto verbal (Dijk, 1978) y un acontecimiento comunicativo (Beaugrande y Dressler, 1997)

Por otra parte, Rosas citando a (Lyons, 1997) y Van Dijk (1978) quienes hacen mención de la secuencia lógica, así como, la relación contextual (coherencia y cohesión) propiedades que deben estar a lo largo del texto, que pueden ser vistas como propiedades conocidas como macroestructura (estructura semántica) y microestructura (organización lineal) del texto.

Es claro hasta el momento que la definición del texto académico dependerá de la afinidad u oposición que el escritor demuestra en la argumentación y teorización de los referentes recabados. Aunque la autora cierra su disertación con los aportes de Figueras y Santiago (2002), por compartir tres pilares, a los que este comentarista se aparta por la síntesis efímera, por reducir el acercamiento a tres elementos: situación comunicativa, carácter formal y consenso social.

En consecuencia, Rosas exponen que los textos académicos son el resultado de una producción escrita que tiene su origen una organización académica. Puede parecer ambiguo, pero el objeto de su elaboración obedece a un iteres socioeducativo. Además, de la claridad y objetividad del texto, su origen es institucional (Padrón, 1996). Se entiende que, una tesis para optar a determinado título profesional de formación universitaria está delimitada por esta concepción temática.

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