Enfermedades infecciosas y cine

José Luis Perales

Tom Cruise (49 películas), Leonardo DiCaprio (55) pero hay una actriz que les supera, Y.P. (Yersinia Pestsis).

Existen 403 películas que tienen a la peste (Yersinia pestis) como núcleo central.

Se calcula que Yersinia ha matado a cerca de 75 millones de personas en el mundo, sin embargo, el streptococcus pneumoniae mata a cerca de un 1 millón de niños al año en todo el mundo y solo tiene 3 películas.

Hay 507 películas sobre infecciones

VIH (Philadelphia) – Documental

Cine de médicos (House) es un cine que fundamenta sus casos más espectaculares en enfermedades infecciosas.

Volviendo a Leonardo DiCaprio, ¿cuántos habéis visto Titanic?

¿Cuántas enfermedades pudo contraer Jack Dawson antes de morir congelado en el Atlántico Norte?

Todas las causadas por piojos (Rickettsias), enfermedades GI causadas por (norovirus, rotavirus, Campylobacter, Salmonella, E. coli, Shigella, Clostridium perfringens), enfermedades respiratorias Legionelosis (tenían piscina a bordo), gripe.

¿Os acordáis de las rejas que había en tercera clase? Esas que consiguieron romper Jack y su amigo Fabrizio y el fornido irlandés. Las rejas atraparon y condujeron a la muerte a cientos de inmigrantes armenios, chinos, holandeses, italianos, rusos, escandinavos, sirios y británicos. Y s preguntaréis que qué tienen que ver las rejas con todo esto. Pues bien, las rejas eran en cumplimiento de las Leyes de Inmigración de Estados Unidos por la temida propagación de enfermedades infecciosas.

Clamidia, Verrugas genitales, Gonorrea, Hepatitis B, Herpes, VPH, Sarna, Sífilis, Tricomoniases. Además, en 1912 los tratamientos no eran precisamente inocuos. El mayor y principal efecto adverso era morir pues muchas se trataban con mercurio, que envenenaba a muchos pacientes. No en vano, en los estertores de la época victoriana se acuñó el refrán:  Una noche con Venus toda la vida con Mercurio.

El Titanic tenía un excelente equipo médico pero los antibióticos no estaban invitados a bordo, aún faltaban 3 décadas para que aparecieran.

Como anécdota final os cuento que, en el Titanic real, un caballero llamado Henri Van den Steen, no pudo embarcar gracias a una estupenda Clamydia trachomatis que le había causado una inflamación en la conjuntiva del ojo llamada Tracoma. Así pues, ese bichito, literalmente, le salvó la vida a don Henri, no tuvo la misma suerte su hermano Leo Peter, que sí embarcó.

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