Enfoque Histórico del Reconocimiento de Materiales de Laboratorio

Marco Teórico

Primeros Instrumentos

El interés de analizar los textos relativos a los instrumentos de laboratorio, posee un carácter histórico como didáctico. La abstracción del conocimiento del mundo tangible, es consecuencia de la supervivencia del hombre antiguo, el cual, según Engels, se distingue definitivamente del reino animal con el descubrimiento y el uso del fuego, teniendo ya dominio sobre el uso de herramientas rudimentarias a base de piedra, yeso y madera.

Con la masterización de la alfarería, podía ya almacenar diversas sustancias para utilizarlas en su alimentación y salud (granos y plantas molidas) o textilería (colorantes).

Según avanzaba la sociedad, domesticó plantas y animales, necesitando emplear nuevas herramientas, asiéndose del uso de metales (cobre y hierro).

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Instrumentales de la Edad Antigua

Con el paso de los milenios, en el Antiguo Egipto se crea el material más versátil utilizado por la humanidad: el vidrio (evidenciado en las tumbas encontradas) Muy recientemente se han descubierto los restos de una fábrica de cristal (1)

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El registro más antiguo sobre la especialización en el uso de algún material, data de la antigua China (3000 AC) llevándolos a la fabricación de la porcelana. También en esta época se registra el uso de la cal y la sal común.

La industria de la fermentación, practicada en Egipto, no registra a la destilación como parte del proceso o instrumental similar utilizado, en cambio, solo se esperaba la acción del calor y la decantación de la bebida, utilizando hornos, barriles y morteros.

Instrumentales de la Edad Media y los Primeros Laboratorios.

Tras lo mencionado, las mejoras a los materiales empleados en procesos de transformación de la materia no tuvieron mayor desarrollo, principalmente por la dialéctica presente entre la doctrina elemental y la atomística; sumado al establecimiento de la sociedad esclavista (Periodo Romano en Egipto) y la aparición del feudalismo (s. VII – s. XII).

Es así, que en esta época, la única inversión (proveniente de la nobleza) se avocó a la transformación de diversas sustancias en oro, promesa de los alquimistas, quienes se apoyaron de toda información a la que registraron y llamaron “recetas”. Se utilizaron los mismos materiales e instrumentos de pasadas centurias.

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Para obtener los resultados requeridos, el espacio que ocupaban se encontraba reducido ante la presencia de múltiples objetos y sustancias que incrementaban la ocurrencia de accidentes. Además, se necesitaría “normalizarlos” para lograr la reproducibilidad de cada experimento en un entorno seguro.

Tal como ocurre en el presente, la financiación era clave para poder equiparlos con los materiales necesarios, por ello, recurrían a reyes y nobles de la época.

Instrumentales de la Edad Moderna

Sin embargo, a finales del s. XII, los alquimistas emplearon el término Chymia a los trabajos relacionados a medicina, química, física, etc. Haciendo énfasis a la importancia de las características cualitativas del mundo natural con el que experimentaban, pero aún carecían de procedimientos y no se registraban en las recetas que guardaban.

Se registra el uso de la balanza(2) en Theatrum Chemicum Britannicum (Elias Ashmole, 1652). Posible copia del manuscrito Ordinal of Alchemy (Thomas Norton, 1477) y se considera la ilustración más antigua de balanza analítica, utilizada para la identificación de metales. Thomas Norton muestra, además, la minuciosa preparación del vidrio y las diversas aplicaciones que le daba según el material con el que se elaboraba y las dimensiones otorgadas.

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En los manuales De la Pirotechnia (Vannoccio Biringuccio, 1540) y De Re Metallica (Giorgio Agricola, 1556) se ilustra el uso de hornos y vasos comunicantes (especialmente de la retorta, resultado de la fundición del matraz y el alambique).

Hieronymus Brunschwig, en The Vertuose Boke of Distyllacyon of the Waters of all Manner of Herbes (1527), dedica la primera parte del tratado a la destilación (siendo Thaddeus Alderotti quien, en el s. XI, utilizó un serpentín para la obtención de alcohol de vino de manera documentada).

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Acompañadas de estas ilustraciones, solo iban anotaciones sin orden lógico o de carácter trivial. Fue el inglés Francis Bacon (1561-1626) el que expresó “hay que limpiar de prejuicios abstractos el espíritu y los sentidos y reducir toda investigación a la experiencia”, estableciendo renovados parámetros con el método experimental inductivo, denotando observaciones detalladas y controladas, registradas y comprobadas. Acrecentándose estos enunciados con Robert Boyle (1627-1691) (3).

Estos avances se daban principalmente en la Europa del s. XVII, bajo un contexto económico y social donde la esperanza de vida bordeaba los 35 años y la población analfabeta abarcaba casi a la población en su totalidad: 95%(4). Es así que la búsqueda de soluciones a enfermedades y la mejora en la calidad de vida condicionaban a la continua investigación.

De una manera más ordenada, sistemática y demostrativa; el tratado de Le Fèvre es uno de los primeros manuales de química del siglo XVII.

Sin embargo, es Marie Meurdrac con La chymie charitable et facile en faveur des dames (1687), quien convierte al laboratorio, y los instrumentos relacionados, en el lugar de práctica; donde se lee, escribe, produce y hace.

En esta obra, describe los instrumentos utilizados en las recetas recopiladas (4):

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Se evidencia el uso del vidrio como material predilecto dentro del laboratorio, Asimismo, otros materiales presentes: mármol (molienda), metales (prensado, contenedores y sostén) tela (filtrado) y madera (sostén y fraccionado). Cabe resaltar que la arcilla y la cerámica fueron predecesoras al vidrio y su evidencia es más abundante que la del propio cristal.

Ya en el s. XVIII con Lavoisier, un desarrollo más maduro del laboratorio se impondría, priorizándose la investigación cuantitativa, en la que los conceptos claves eran el peso, el número y la medida (6).

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