Enzimas en las industrias

ENZIMAS EN LAS INDUSTRIAS

El trabajo de enzimas en la industria no es nuevo, debido a que ha estado asociado a procesos clásicos en algunas ocasiones con una vigencia de centenares de años. Los biocalizadores se utilizan en industrias como la licorera, panadera, láctea, textilera, de aplicaciones del medio ambiente, de producción de detergentes, entre otras. No obstante, dichos procesos estuvieron caracterizados por sus moderados niveles de eficiencia en el desarrollo tecnológico gracias a las bajas concentraciones, actividad específica de las enzimas, su inestabilidad y las mezclas complicadas que se generan naturalmente, implicando la necesidad, en varios casos, de dividir y purificar los principios activos. Por medio de procedimientos biotecnológicos se ha buscado componer estas fallas y se ha hecho viable la construcción de una totalmente nueva generación de productos y procesos. En la actualidad la mayor parte de las enzimas usadas en la industria se emplean en el procesado de alimentos, no obstante, es bastante factible que los usos industriales de las enzimas extiendan en el futuro, debido a que se ha querido que el 40% de la producción industrial de las naciones desarrollados va a ser de procedencia biológico (Villate et al 1998).

Las enzimas denominadas industriales se usan muchas veces para mejorar procesos, ejemplificando, para facilitar el trabajo de nuevos tipos de materias primas o las características físicas de un material con el objetivo de poder procesarlo más de forma sencilla, así sea incrementando su solubilidad o reduciendo su viscosidad de manera que se facilite su transporte a lo largo de el procesado. En segundo sitio, las enzimas se aplican para mejorar el producto; ejemplificando, cambiando el color, aroma, textura, sabor o vida eficaz de un alimento, con la intención de que resulte más aceptable para el consumidor (Wiseman, 1991).

Únicamente unas 50 enzimas se usan en porciones apreciables de tal forma que esta industria muestra un volumen universal de negocios anual subjetivamente pequeña empero de elevado costo añadido, aunque ciertos productos han aumentado apreciablemente su trabajo, ejemplificando el cuajo, así como las amilasas y proteasas usadas en la preparación de aprestos en la industria textil y en la construcción del cuero. Menos de 30 enzimas producen más del 90% de las ventas de enzimas industriales. La complejidad para agrandar su oferta radica en que, aunque existe el interés por crear novedosas enzimas, la mayor parte de estas no operan bajo condiciones extremas que se muestran principalmente en la industria. Hay una extensa variedad de enzimas accesibles comercialmente, de las cuales varias preparaciones fueron relacionadas con aplicaciones industriales particulares, como los productos que tienen dentro: alfa-amilasa diferenciados, alfa-amilasa independiente de proteasa para regular los niveles diastásicos de la harina, mezclas de proteasas bacterianas y alfa-amilasa usadas en la producción de crackers, preparaciones de alfa-amilasa diseñadas para regular los niveles diastásicos del pan, así como alfa-amilasa que tiene productos para retardar la pérdida de humedad de pasteles y panes. Además de otras con aplicaciones en la industria de cerveza, detergentes, farmacéutica, procesado del almidón, papel, textil, cuero, vino y zumo de frutas.

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