Erase una vez la historia de una linda bebesita.
Enviado por Ernesto Jaimes Jaimes • 30 de Agosto de 2016 • Apuntes • 1.445 Palabras (6 Páginas) • 366 Visitas
Erase una vez la historia de una linda bebesita.
Heredera al trono de la familia Miller, bebesita poseía unos hermosos ojos, enormes como cualquier personaje de las películas Pixar. O como las chicas súper poderosas.
Era hermosa. Todos en aquel reino lo sabían absolutamente.
Corrían muchos rumores acerca del origen de la belleza de la Princesa bebesita. [pic 1]
Muchísimos. Por ejemplo que, a causa de un hechizo, en el que se mezclaran azúcar, flores y muchos colores, estos dieran vida a la belleza de bebesita.
Otras veces se rumoraba que una hechicera había creado a bebesita, a base de chispitas de colores cocidas a 24 grados centígrados. Entonces la habría dejado justo en la puerta de la familia real y ésta la habría acobijado como parte de la familia real.
Era tanto lo que se decía. Pero… ¿conoces la historia?
En este cuento se revelará una verdad tan asombrosa en sí misma. Llena de locuras, magia y mucho amor.
Es así como nuestra historia comienza en una anémona. ¿Qué no lo puedes creer?
De verdad, al mismísimo estilo de Buscando a Nemo.
Era un lunes por la mañana. Nemosita, una pecesita achul con enormes ojitos y una ternura que mataría a cualquier farsante fingidor, despertaba para irse a la escuela de nemositas.
Para su sorpresa, la anémona fue atacada por una enorme manta raya de nombre Obrick. Nemosita logró escapar, y afortunadamente el resto de los pecesitos también.
[pic 2]
Nemosita lo había logrado. Sin embargo, la anémona no corría con la misma suerte. Vaya que no.
Todo quedó destruido.
Ante esto, el pueblo Pecesito emigró, buscando un nuevo lugar en el cual comenzar de nuevo. Una vez más.
Y sí que tuvieron la mejor suerte del mundo. Pues cerca de un coral muy enorme, estos bonitos pecesitos lograron encontrar paz.
Nemosita estaba muy feliz. Jugaba con cebollita, florecita acuática y Uvita. Diez años más tarde, Nemosita cumpliría 20 añitos. Un momento importante en la vida de cualquier nemosita.
En plena celebración, la linda pecesita miró algo en la superficie. ¡Fantástico! Había una pasarela de esas con humanas, cerca de la playa.
Nemosita amaba la moda. Ella misma costuraba vestiditos para ella y sus amigas a base de algas de muchos colores, y musgo de las rocas.
Al ver semejante desfile de modas. Nuestra valiente pecesita quedó impresionada.
Pero nemosita era un pez. Un pez Buzz un pez!
Su interior buscaba ser humana. Una princesa si pudiese. Si la vida se lo concediese. Tener piecesitos para hacerse pedicure en vez de aletitas.
Poder correr, o hasta ir en avión. Ir a conciertos y muchas cosas más. Ese era el sueño de Nemosita. No existía cosa más perfecta que esa.
Cerca de donde vivía. Se sabía que habitaba una hechicera de nombre Flux. Si ahorrabas lo suficiente y le agradabas a Flux, ella podía transformarte en humana.
A nemosita le fascinó la idea. Aunque un “Fuchi” salío de su boquita cuando se enteró que las pociones llevaban camarones.
En fin, ella estaba muy dispuesta, y utilizando los ahorros de su infancia, durante sus cumpleaños número 20 todo estaba listo para echarse en marcha.
Tomó sus pociones, dio 2 vueltas, cantó el himno nacional Alemán y el hechizo surtió efecto!
Parecía que esta vez las cosas saldrían bien para bebesita pero… accidentalmente Fluxi agregó otro ingrediente a la fórmula. Se trataba de marquesita.
La marquesita arruinó la poción pero inexplicablemente algo mágico ocurrió.
Nemosita se volvió humana, pero su corazón y su esencia se dividieron en dos seres hermosos más.
Ahora ella tenía versiones de sí misma, tan hermosas como ella, y sin embargo distintas en su forma de ser.
Nemosita se transformó en Bebesita y Miss Pusheena. Dos hermosas mujeres.
Radiantes, llenas de vida, con un cabello tan natural y risa preciosa. Aquel recuerdo de ser un pez había sido olvidado.
Ahora eran humanas y jóvenes para disfrutar de la vida.
Por otro lado hay que mencionar que Miss pusheena era idéntica a bebesita en su apariencia. Pero poseía dotes para el modelaje, la actuación, la pirotécnica, la danza, el canto, el diseño de modas y el atletismo.
Por lo que Miss pusheena no tardó en convertirse en una celebridad, inalcanzable para cualquier hombre que osara siquiera hablar con ella.
Si eras hombre entonces era normal rendirse en cuestión de minutos, a menos que tu nombre fuese Al James Sullivan.
En el caso de este hombre, con 20 años, aprendiz de caballería, cejón y coqueto, los rechazos de miss pusheena parecían no tener efecto. Y aunque un relación entre los dos parecía que nunca ocurriría, no se rendía por nada el mundo.
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