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Estefania Queirolo Segastegui


Enviado por   •  30 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  2.359 Palabras (10 Páginas)  •  355 Visitas

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CIRUGIA ESTETICA MASCULINA EN PERÚ

Estefania Queirolo Segastegui

1.1 Introducción:

Desde hace tiempo atrás la belleza ha sido un factor de discusión por el cual diversas culturas se han caracterizado. Incluso se asignaron parámetros estéticos de acuerdo a sus creencias. Históricamente la fisionomía permitía darse cuenta del estrato social al que se pertenecía en la sociedad; sin embargo este concepto ha ido evolucionando y masificándose, pues de creer que la obesidad representaba la belleza, en la actualidad la delgadez paso a ser el factor más influyente. A esto se le suman una serie de atribuciones en determinadas partes del cuerpo y rostro que la sociedad en conjunto ha ido considerando el ideal.

Con todos estos cambios en los conceptos sociales, los individuos llegan a la conclusión de que deberían cumplir con el requerimiento de belleza, pues esta se ha ido asociando a sinónimo de éxito. Encontramos a muchas personas que buscan intervenciones quirúrgicas que logren darles seguridad.

Las cirugías plásticas, se desarrollan en un inicio como una forma de devolverles a las personas lo que habían perdido durante la segunda guerra mundial. Luego de este acontecimiento es que se logran los mejores adelantos de cirugía reconstructiva y nace la microcirugía, que revoluciona el campo de la cirugía reparadora en el siglo XX. Posteriormente estos avances lograrían la aparición de cirugías con finalidades estéticas.

En el Perú, con la publicación de “Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana”, revista española, el incremento de interés empieza a surgir y se implementan tecnologías traídas de fuera para lograr con éxito intervenciones quirúrgicas reconstructivas, que con el paso de los años se volverían también estéticas. Si bien es cierto muchas de estas cirugías fueron iniciadas por mujeres, en la actualidad el crecimiento del público masculino no se ha dejado esperar.

Dentro de la sociedad la visión y concepto de como los hombres deberían verse o actuar ha sufrido diversas variaciones debido al fenómeno de igualdad para ambos sexos. Los hombres han ido optando por comportamientos de cuidado a su estado físico y buscando formas de mejorar su fisionomía, es por esta causa que en los últimos diez años, se ha incrementado el número de operaciones, estadísticamente uno de cada 8 pacientes que se realizan operaciones estéticas es varón.

1.2 Aparición de la cirugía estética

Después del desarrollo de la cirugía plástica y una vez mejorados los procedimientos para la realización de estas operaciones. Los cirujanos empezaron a creer que todos estos avances lograrían perfeccionar la reconstrucción en cuanto a heridas o mutilaciones de algunos pacientes, se ocurrió utilizar estos métodos para mejorar aspectos faciales. Jhon Roe, un cirujano americano fue el primero en realizar una rinoplastia.

No es recién hasta el siglo XX que se considera a la cirugía estética. Anteriormente en América, Estados Unidos había creado centros especializados debido a la cantidad de pacientes tras la segunda guerra mundial, lo que en un principio no fue una reconstrucción estética, sino necesaria, pasado ese periodo aparece la cirugía estética como una nueva rama de la cirugía.

Estas investigaciones estéticas que buscaban la mejora comenzaron a ser estudiadas en Europa, países como Francia fueron los primeros en iniciar este tipo de cirugías, posteriormente en América el país que implemento dentro de sus especialidades la reconstrucción fue Estados Unidos.

Años más tarde países de Latinoamérica se sumarian a este avance tecnológico, Uno de los primeros países en contar con centros que utilizaban esta rama de la medicina fue Argentina; Sin embargo eso no era suficiente, se quería formar también parte de la comunidad científica y luego de ser creada “La Sociedad Latinoamericana de Cirugía Plástica” en 1940, diez años más tarde Perú se suma, junto con Uruguay y Colombia.

1.3 Influencia de la sociedad en la decisión de una operación estética masculina

La sociedad ha ido cambiando los parámetros de belleza, la imagen física se ha visto asociada al éxito. Existe actualmente una marcada diferencia entre los conceptos de los años 40, que relacionan al hombre con la rudeza e inteligencia como características primordiales de su sexo. Los hombres para ese entonces eran vistos como representantes del intelecto de la sociedad, mientras que las mujeres aún no se desarrollaban en este campo.

En el siglo XX, con la aparición de la televisión se producen estereotipos que son utilizados hasta el día de hoy. Los representantes masculinos eran personajes que contaban con belleza, dinero y éxito con las mujeres. Según Gilíes Lipovetsky, en el libro “La afectividad masculina: que toda mujer debe saber acerca de los hombres”, la competencia forma parte del itinerario cotidiano de los hombres, como reto, o como idoneidad y suficiencia, el hombre típico está atrapado entre estos significados básicos de “poder” que definen una buena parte de su existencia.

De esta forma buscan cubrir sus necesidades tanto afectivas como profesionales, mediante cambios físicos, en gran medida estos pueden ser quirúrgicos. El hombre actual, consumista de los medios y nuevos estereotipos promovidos por los medios, intenta buscar cierta similitud con sus referentes de éxito. El crecimiento de la cirugía facial ha incrementado sus porcentajes en más de un 15 %, y de este el 8 % se refiere únicamente a hombres.

La facilidad tecnológica también es un factor que ha ayudado mucho al incremento de las intervenciones, puesto que actualmente los medios venden estas cirugías como fáciles, rápidas y seguras. Lo que genera en el varón consumidor tranquilidad. En el Perú el parámetro más cercano sigue siendo Estados Unidos, no solo se están copiando estereotipos de belleza, sino también estilos de vida.

En otro de sus libros, “El imperio de lo efímero”, Gilies Lipovetsky menciona: La moda se halla al mando de nuestras sociedades, en menos de medio siglo la seducción y lo efímero han llegado a convertirse en los principios organizativos de la vida colectiva moderna; vivimos en sociedades dominadas por la frivolidad, último eslabón de la aventura pluricelular capitalista-democrática-individualista. ¿Hay que sentirse preocupado? ¿Anuncia este hecho un lento pero inexorable declive de Occidente? ¿Hay que reconocer en ello el signo de la decadencia del ideal

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