Etica Medica
Enviado por wendy1843 • 11 de Febrero de 2014 • 1.988 Palabras (8 Páginas) • 214 Visitas
HISTORIA DE LA ÉTICA MÉDICA
ÉTICA MÉDICA
BENEFICENCIA Y AUTONOMÍA
Tradicionalmente, el médico se ha visto a sí mismo como un pequeño patriarca que ejerce dominio sobre sus pacientes y exige de estos obediencia y sumisión (paternalismo). Para Aristóteles, el enfermo es como el niño o el esclavo, un irresponsable, incapaz de moralidad, que no puede ni debe decidir sobre su propia enfermedad. La enfermedad tiene para ellos un carácter inmoral. La actitud del médico con el enfermo es algo religioso. El médico es una especie de sacerdote. Este es el paternalismo médico que ha predominado en la medicina occidental desde el s. V a.C. hasta nuestros días. Este médico hipocrático y galénico, se va a secularizar en el transcurso de la modernidad, sin perder su carácter paternalista. Para Percival (Medical Ethics) su máxima es condescendencia con autoridad. Cree que el paciente puede empeorar si sus decisiones y preferencias individuales son autoritariamente anuladas. Esta doctrina se recoge en 1847 en el Código de la American Medical Association, y tras él la mayor parte de los códigos nacionales de ética médica. Por tanto, la tradición médica desde los hipocráticos hasta la actualidad, ha defendido siempre el criterio ético de beneficencia. Esto ha sido entendido como un paternalismo, negando al paciente su capacidad de decisión, por tanto conculcando su autonomía.
El derecho y la ética modernos producen un cambio drástico en el concepto de naturaleza. El orden moral es el opuesto del orden natural. Lo moral se opone a lo físico. Locke (1690) en su justificación intelectual del liberalismo, hace una enumeración de los derechos humanos, que están en el origen del derecho constitucional moderno.
Entre ellos se incluye el derecho a la salud. Este es un derecho individual y negativo: Depende únicamente de la iniciativa de los individuos, no es un derecho social (individual), y no necesitan de nadie que lo legisle, y es exigible antes de su legislación (negativo). Este es el primero de los derechos de los pacientes. Es un derecho a no padecer enfermedad sin causa. Se basa, al igual que los demás derechos defendidos por el liberalismo en el principio de autonomía.
Se definía este principio como: Todo ser humano posee en principio completa libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades y de su persona de acuerdo con su voluntad, dentro de los límites de la ley natural, sin que su decisión pueda depender de la voluntad de ninguna otra persona.
Este principio de autonomía revolucionó la vida política y moral de Europa. Ya no valen los conceptos autoritarios heredados, sino una organización basada en criterios democráticos y participativos. Moralmente, el egoísmo (individualidad y autonomía), antes denostado como un vicio, pasa a considerarse una virtud. El hombre es egoísta por naturaleza (lobo para el hombre), pero también es social. Este liberalismo se intenta trasladar a la salud, y siguiendo las ideas de Adam Smith surgen intentos de liberalización del mercado sanitario, eliminando el monopolio, con la oposición de los médicos. Estos intentos fracasan, pero va cristalizando la idea de la autonomía del enfermo frente al paternalismo del médico. Se propone que la información es un deber primario del médico, surgiendo el concepto de Consentimiento Informado. En esta evolución, como veremos más adelante tienen una gran trascendencia las decisiones judiciales
JUSTICIA.
Para los griegos el objetivo de la ciencia política es el logro de la justicia. El bien común está por encima de los bienes individuales. La justicia tiene un sentido físico, el ajustarse al recto orden de la naturaleza. Esto empezó a cambiar a los inicios de la modernidad, al contraponerse el orden moral al físico. La naturaleza está ajustada, pero carece de justicia. Solo el hombre puede ser justo, por su inteligencia y su libertad. El hombre puede establecer un contrato social para conseguir la justicia.
Para Locke, la justicia solo ha de proteger los derechos humanos básicos. El liberalismo radical de los siglos XVII y XVIII piensa que simpatía y caridad son esenciales para el orden social, pero no deben confundirse con la justicia. El liberalismo defiende que la justicia debe proteger los derechos civiles y políticos. Estos derechos son negativos: el estado debe actuar evitando que alguien los conculque. Se denominan derechos humanos de primera generación. Esto se consiguió con la Revolución Francesa (1789)
En el s. XIX surge el socialismo, que añade a los derechos humanos conseguidos por los liberales los derechos económicos, sociales y culturales (derechos de segunda generación). El estado debe defender positivamente estos derechos. Para conseguir esto se hicieron revueltas callejeras en 1848. Ese mismo año, se promulga la primera Constitución (C. Francesa), que menciona el derecho a la educación, a la asistencia social y al trabajo. Sin embargo, el derecho a la asistencia sanitaria no entraría en los textos constitucionales hasta el siglo XX (1919, Constitución de Weimar), cuando aparecen los seguros de enfermedad.
La idea de justicia hoy vigente en nuestro medio cultural no es ni naturalista, ni liberal ni socialista. Es una idea que engloba a estas dos últimas, y que se basa en los derechos del hombre tanto de primera como de segunda generación, civiles y sociales.
HISTORIA DE LA BIOÉTICA
El concepto de bioética aparece recientemente (años 70) en USA, desde donde se ha extendido al mundo, con sus peculiaridades en cada lugar.
El término "bioética " fué elaborado por Van Resielaer Potter en 1971 en su libro "Bioethics: bridge to the future". Surge dentro de un contexto utilitarista. Se define aquí la bioética como la parte de la biología que se ocupa de emplear los recursos de las ciencias biológicas de modo que se obtenga, con su uso correcto, una mejor calidad de vida. Trata de sustituir los términos más históricos de ética médica y deontología médica. Surge de la necesidad de un marco de debate y de formulación moral al que se pudieran incorporar muchos otros profesionales vinculados a las ciencias de la vida y su legitimación legal, como los biólogos e investigadores básicos, los farmacéuticos, los expertos en Salud Pública, los juristas y, obviamente, los filósofos y los teólogos.
Se trata de un marco de discusión ética interdisciplinar, de carácter práctico y con gran repercusión social.
Tiene un aspecto cultural que no debemos olvidar. Podemos hacer una clara e importante
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