Eve Sobre Los Eve

Hace solo tres meses trataban de convencer a sus parlamentos de la necesidad de un ataque contra el régimen de Bachar el Asad para debilitarle y cambiar el rumbo de la guerra en Siria. Este miércoles se han alejado un paso más de los rebeldes moderados a los que en el pasado elevaron al rango de interlocutores y representantes legítimos de la ciudadanía siria. Los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña han anunciado que suspenden el envío de ayuda no letal -equipos de comunicación, chalecos antibalas, material médico- al norte del país, después de que el Frente Islámico, un grupo de nueva formación, asaltara y saqueara el sábado y el domingo varios arsenales del Ejército Libre Sirio cerca de la frontera con Turquía. Es precisamente en el norte de Siria donde los rebeldes han avanzado más en los mil días de guerra, y donde mejor han resistido el rearme y los avances recientes del régimen.

Según fuentes diplomáticas norteamericanas en Oriente Próximo la medida se ha tomado para evitar que ningún tipo de material “acabe en manos equivocadas”, es decir, de las milicias islamistas que han ido ganándole terreno a los opositores moderados en los pasados meses. El Frente Islámico, una amalgama de siete brigadas que hasta hace solo unos meses cooperaron con el Ejército Libre, asaltó el fin de semana el cuartel del rebelde Consejo Militar Sirio y un depósito de armas en la localidad de Bab al Hawa, en el noroeste de Siria. Según un informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos se incautaron de armamento antiaéreo y antitanque.

Después de un año de guerra en Siria, en marzo de 2012 la Casa Blanca comenzó a sopesar el envío de ayuda militar a los rebeldes. Desde entonces sólo ha autorizado puntualmente el envío de equipamiento de asistencia, no armas o munición. La CIA ha entrenado además a varios a grupos de rebeldes sirios en Jordania, sin entregarles tampoco armamento. En una visita a Jordania en marzo de este año, el presidente norteamericano, Barack Obama, ya expresó sus reticencias a intensificar la ayuda a los rebeldes por el ascenso del yihadismo entre los rangos opositores. “Me preocupa mucho que Siria se convierta en un enclave para el extremismo, porque los extremistas se crecen en el caos, se crecen en Estados fallidos, en los patios traseros del poder”, dijo.

El Ejército Libre Sirio queda así cada vez más arrinconado entre dos frentes. Por un lado, el régimen no deja de ganar terreno desde la toma de la localidad de Qusair, en la frontera con Líbano, a finales de mayo. Por otro, los yihadistas se han afianzado y han impuesto su ley en las zonas tomadas por los rebeldes en el norte del país, sobre todo en Alepo y Raqqa. “Esperamos que nuestros aliados reconsideren y esperen unos pocos días a que la situación se aclare”, ha dicho en un comunicado el portavoz del Ejército Libre, Louay Meqdad.

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