Evolucion de La ciencia.

     A lo largo de la historia algunos personajes le han atribuido el criterio de verdad al gusto, tal es el caso de Home, quién en su insigne obra Treatise of human nature (1739) expresó: “No es sólo en poesía y la música que debemos seguir nuestro gusto, sino también en la filosofía (que en aquella época incluía también a la ciencia)”. El recurso al gusto no era inferior que el argumento de autoridad el cual afirmaba que la manera correcta de decir el valor de verdad de un enunciado era someterlo a la prueba de verificación, es decir, si era compatible con frases célebres de principios infalibles de alguna escuela de pensamiento. Otro criterio ha sido la evidencia, que según esto, verdadero es todo lo que parece aceptable inicialmente, sin ningún tipo de exámen posterior. Por ultimo estuvieron quienes favorecieron a la conveniencia, aquí emergen las “verdades vitales” o “mentiras vitales” indistintamente del fundamento racional y/o empírico.

     La verificación de enunciados formales solo incluye operaciones racionales. Han de ponerse a prueba por ciertos procedimientos empíricos, como el recuento o la medición, no hay otra manera de verificar nuestras sospechas que recurrir a la experiencia. Debemos averiguar que se puede comprobar ya que no toda información es verificable. Tal es el caso de las definiciones nominales ya que estas se aceptan o rechazan sobre la base del gusto o la conveniencia mas no pueden verificarse porque no son ni verdaderas ni falsas. Lo que si puede confirmarse o disconfirmarse a través de la verificación es una afirmación fática. Otro caso son las afirmaciones acerca de fenómenos sobrenaturales que también son inverificables y es porque no se dispone de método alguno mediante el cual se pueda decidir cuál es su valor de verdad. En el mismo orden de ideas también hay enunciados verificables y de muchas clases, tales como proposiciones singulares y proposiciones particulares o existenciales. Ambas pueden verificarse a menudo de manera inmediata con la sola ayuda de los sentidos y en ocasiones con el auxilio de instrumentos que amplíen su alcance.

     Hay muchas formas de llegar a las hipótesis científicas, o sea muchos principios heurísticos pero el único paso invariante es el requisito de verificabilidad. Históricamente el hombre se ha preguntado si existe algún método con algún conjunto de reglas ciertas y fáciles que conduzca a exponer verdades fácticas de gran expansión, es por ello que en el curso de muchos siglos se ha creído en la posibilidad de hallar la técnica del descubrimiento y de encontrar la técnica de la invención pero la falibilidad del conocimiento científico imposibilita establecer reglas de oro que los lleve a verdades finales, es decir, no hay caminos reales en la ciencia sino que es la investigación quién abre el camino entre los hechos y por esto lo científicos sobresalientes elaboran su propio estilo de pesquisa. Con esto se dice que la investigación no es errática sino metódica a causa de la existencia de muchas formas de sugerir hipótesis. Entre los científicos algunas hipótesis se formulas por vía inductiva que no es más que generalizaciones sobre la base de la observación de un grupo de casos particulares y es por este modo donde se conducen a formular enunciados generales verificables, también están los científicos que operan por analogía con consideraciones filosóficas. Ambas proveen puntos de partida que deben ser elaborados y probados.

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