Experimentación en animales. ¿preferiría que la experimentación se llevara a cabo directamente en humanos sin saber que daños podría causarle para así no perjudicar a los animales?
Enviado por 0000089 • 26 de Abril de 2016 • Examen • 2.317 Palabras (10 Páginas) • 304 Visitas
Experimentación en animales
Convivimos con animales: nuestras mascotas (perros, gatos…), pájaros en el cielo, insectos. Estos forman parte de nuestra vida diaria, son piezas de nuestro andar. Nos permiten experimentar alegrías, tristezas y enojos. Ellos han evolucionado con los hombres y le han servido de instrumento o ayuda para cumplir con sus tareas: mulas para el arado, caballos para carretas, perros cazadores y guardianes, pájaros y conejos para funciones de magia, leones para el espectáculo romano, transporte y, entre otras cosas, experimentación. A medida que crecen los avances científicos se necesitan más y más animales para experimentar con ellos. Sin embargo, el pensamiento humano se ha percatado de las tareas que con los animales se llevan a cabo y ha hecho conciencia al respecto: realizan marchas y campañas en contra de los abusos, otros lo respaldan y, desgraciadamente, otros tantos son indiferentes al problema. Se alega de la relevancia de que los animales sean parte del proceso de experimentación. Otros dicen que existen alternativas para los procedimientos científicos. Independientemente de las discusiones entre grupos que lo apoya y que lo desaprueban ¿qué de ético tiene la experimentación en animales? El propósito de este ensayo es aclarar un poco el panorama entre si es bueno experimentar con animales y si una alternativa para no hacerlo sería probar en humanos. Además, se dará a conocer la importancia de la redacción de informes de los estudios realizados de manera eficaz para evitar la mala información y los malentendidos que pueden provocarse. Los animales nos han asistido en infinidad de ocasiones: nos acompañaron, nos asistieron, salvaron, defendieron, atacaron, abandonaron. Siempre están ahí, nos guste o no. Pensemos en qué sería nuestro mundo sin ellos o un mundo donde les quitáramos la importancia que tienen en el rompecabezas de nuestras vidas. Sin ellos, no habría inspiración para construir maravillas.
Quisiera iniciar el desarrollo del tema con la siguiente pregunta: ¿preferiría que la experimentación se llevara a cabo directamente en humanos sin saber que daños podría causarle para así no perjudicar a los animales? Es una cuestión difícil porque de alguna manera es necesario estudiar el efecto que tendrían los fármacos u protocolos de diferentes procedimientos. Imagínese la siguiente situación: usted compra una medicina (no experimentada) y le aseguran que curará su malestar. Se da cuenta, después de días de tomarla, que el medicamento no le causó efectos o, en el peor de los casos, su estado de salud decayó. ¿Realmente aceptaría comprar un producto el cual dice hacer algo pero no hace nada de eso? Porque, seamos realistas, siempre proponemos algo y no sale a la primera: hacemos ajustes basándonos en los resultados de la experimentación. Sería absurdo pensar que somos perfectos y que triunfamos al primer intento. O por ejemplo: le piden a usted que sea parte del proceso de aprobación de un ‘x’ producto, que usted es la etapa que sigue del experimentar en cultivos celulares ¿aceptaría ser un conejillo de indias? ¿Realmente tomaría el riesgo sin saber qué sucederá en su organismo? Recuerde que en la legislación actual se experimenta primero en cultivos celulares, después en tejido, luego en animales y finalmente (claro, no sin antes estar casi seguros que no causará daños severos) en humanos. Tome en cuenta que “Los principios éticos de las investigaciones en seres humanos comenzaron a formularse después de las revelaciones de las atrocidades cometidas por los nazis” (Penchaszdeh, 2002, p. 2) por lo que es incuestionable la protección humana. Ahora, el propósito de este ensayo no radica en si es necesario experimentar o no sino en qué o en quién y cómo. El cómo es un aspecto de altísima relevancia porque si el cómo implica maltratar o dar malestar entonces no importa el quién o el qué, entonces no se le respetaría y atentaría contra su vida, la cual es sagrada.
Eco2site reportó que “Alrededor de 10,000 primates son utilizados cada año en experimentos científicos en la Unión Europea (UE). El Reino Unido se manifiesta como el más grande usuario de primates de la UR (2951 monos en el 2000)” (2010) La organización mundial People for the Ethical Treatment for Animals (PETA) ha declarado “Las pruebas de toxicidad aguda, comunmente llamadas pruebas de dosis mortal o envenenamiento, determinan la cantidad de una substancia que matará a un porcentaje, aun hasta del 100 por ciento, en un grupo de animales de prueba” (2012) y “En los Estados Unidos, una encuesta de la American Medical Association encontró que el 75 por ciento de los americanos están en contra de usar animales para probar cosméticos” (2012). Todo esto manifestado por las pruebas del maltrato inminente a los animales. ¿Quiénes somos para tratar mal a seres indefensos? Después de todo, no pueden defenderse, ¿porqué actuamos de manera tan desalmada? No porque seamos seres pensantes nos da el derecho de accionar con lo que nos rodea de la manera más conveniente, no seamos abusivos y pongámonos en su lugar. ¿Nos gusta verlos sufrir o llenos de cicatrices o sin ojos o piel? Sin embargo ¿siempre se trata mal? ¿Estamos seguros? No hay ideas o acciones universales: se han presentado casos donde se trata muy bien a los animales y otros donde los tratan muy mal durante la experimentación. Lamentablemente casi (y digo casi porque debe de haber algo, pero es muy difícil de encontrar porque la información está centrada en denunciar malos tratos en vez de los buenos.) no hay registros de buenos tratos a los animales. No podemos asegurar que TODOS son maltratados de la misma manera en todos los lugares. Hay un problema: no todo se reporta de la manera adecuada para verificar las buenas ‹‹o malas›› condiciones de trato durante la experimentación. Y este, antes que nada, es un gran fallo: para obtener información confiable es necesaria la comunicación clara y precisa. Peña señala “La publicación en revistas sobre cualquier experimento realizado con animales debe brindar una información detallada sobre las condiciones bajo las cuales se realizó; pero no siempre ocurre esto […] Una revisión de 184 trabajos publicados en 10 revistas nacionales de Ciencias Médicas, se determinaron los indicadores siguientes. Nombre del animal mal definido 14.67% de los trabajos. No indica centro de origen del animal o este no es reconocido 46.73%. No refiere las condiciones de alojamiento 46.71%. No define bien las condiciones de alojamiento 17.39%. No refiere el tipo de jaula y densidad 79.34%. No define correctamente el tipo de alimento 74.45%. No indica el destino final de los animales 43.47%. No aclara el método de eutanasia empleado 42.00% (Trabajos donde se aplicó). Las valoraciones de cada uno de los indicadores pudiera conducir aún cuando no sea la intención del lector, a la duda razonable sobre la calidad de los resultados, o no puedan ser referencia de comparación, para los resultados obtenidos por otros investigadores, por no realizarse en igualdad de condiciones o no disponer de los datos necesarios; lo cual implica a su vez no puedan ser citados.” (2006, p.2). Es decir, no se puede juzgar con medias palabras o medias acciones, es necesaria la transparencia y el total conocimiento de los hechos para poder analizar de manera universal, racional e imparcial el ambiente en que se desarrollan los experimentos y a partir de ese proceso mental redactar un argumento válido que realmente apruebe o desapruebe la experimentación.
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