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FORMACIÓN HUMANA Y CRISTIANA. LA ENVIDIA


Enviado por   •  14 de Marzo de 2017  •  Documentos de Investigación  •  353 Palabras (2 Páginas)  •  114 Visitas

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ESCUELA NORMAL JUANA DE ASBAJE

LICENCIATURA NORMAL PRIMARIA

MATERIA: FORMACIÓN HUMANA Y CRISTIANA

ENSAYO

TEMA: LA ENVIDIA

MAESTRO: AGUSTÍN OROZCO GONZÁLEZ

ALUMNA: NALLELY AVILA HERNÁNDEZ

ZAMORA MICH. 12/MAYO/2016

LA ENVIDIA

La envidia se puede definir como la tristeza ante el bien ajeno, es no poder ver que al otro le vaya bien, es un sentimiento de los más dañinos que pueden existir, es ver con malicia o con resentimiento. Es muy común en las personas que creen que no son capaces de obtener los que desean en sus vidas.

La envidia comienza con las comparaciones, sentirse y creerse menos que los demás, desear algo y creer no saber cómo obtenerlo. Todo esto nos lleva a una serie de sentimientos negativos como lo son el resentimiento hacia la personas que se envidia, rencor, celos, disgusto, etc. Es por esto que no existe envidia de la buena, ya que si la envidia solo implicara el deseo de tener lo que tiene la otra persona, no sería mala. Se podría considerar como una admiración, modelo a seguir e imitar, etc.  En pocas palabas podemos decir que la envidia surge de una sed profunda de lo bueno y de una desesperación similar para obtenerlo.

El envidioso sufre por los éxitos de otros y es lamentablemente para él que pierde su energía en eso, en lugar de alcanzar sus propios éxitos. Considero que es muy importante reforzar el autoestima en creernos merecedores de lo que llegamos a desear y lo suficientemente capaces para poder alcanzarlo.  

Hay muchísimas formas con las cuales enmascaramos la envidia, sin embargo todas son malas, ya que principalmente perjudicamos a nuestra propia persona al poseer esos sentimientos malos.

Como conclusión creo que en primer lugar, debemos procurar tener confianza en nosotros mismos y nuestras capacidades, dejar de ver y criticar a los demás. No es bueno compararnos con nadie pero tampoco permitir que alguien nos compare. Sentir envidia hace que uno deposite su energía en lo que el otro tiene, en lugar de utilizarla sabiamente para sus propios logros. En lugar de envidiar a otro, podemos admirarlo. Esta actitud nos motivará a perseguir nuestros propios éxitos sin estar pendientes de los demás.

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