Factores de riesgo de la depresion

DATOS CURIOSOS

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 450 millones de personas padecen trastornos mentales o de conducta; y un integrante de cada cuatro familias desarrollará uno o más de estos trastornos a lo largo de su vida.

En México, la frecuencia de depresión oscila entre 6 y 15 % para la población en general; 10 y 6 % corresponden al sexo femenino y masculino, respectivamente.

Factores de riesgo

Un “factor de riesgo” es una condición o una característica presente que aumenta la posibilidad de contraer una enfermedad en el futuro. El origen de una depresión puede verse asociado con algunos factores de riesgo. Ninguno de estos factores puede explicar el desarrollo de la depresión ni reducir la probabilidad de que ocurra.

“Los factores de riesgo no son necesariamente las causas, sino que se asocian con el evento, y, como tienen valor predictivo, pueden usarse para la prevención”.²

Entre estos factores podemos encontrar:

Factores familiares

El contexto familiar en el que se vive juega un papel en el desarrollo de depresión. El alcoholismo familiar se ha asociado a una mayor probabilidad de depresión.

También se asocia con la depresión formas de maltrato como el abuso físico, emocional, sexual y la negligencia que exista en el hogar, así como los eventos vitales negativos, el divorcio o separación conflictiva, la pérdida de amistades o la muerte de un familiar o amigo.

Los ingresos económicos bajos o vivir en áreas desfavorecidas puede conllevar a una depresión, pero ésta se ve más pronunciada en un adulto que en un adolescente.

Factores ambientales

Los conflictos interpersonales y de rechazo de diferentes miembros del entorno social incrementa los problemas de relación social, estos casos se ven mayormente por acoso por parte de iguales o bullying y humillación (como el trato degradante, la burla delante de otros o el sentirse ignorado) son también factores de riesgo de depresión. Una situación de escasas o nulas relaciones interpersonales potencia especialmente estos factores.

El estrés y el trauma psicológico son los más resaltantes entre los factores psicosociales . El trauma agudo o los factores de estrés sub-crónico (como la exposición temprana al trauma infantil), aumentan el riesgo de desarrollar depresión por su impacto sobre el sistema inmunitario y el sistema nervioso central.

La adicción a la nicotina, el abuso de alcohol o el consumir drogas ilícitas son considerados también factores de riesgo asociados con la depresión.

También se ven casos asociados a dietas, obesidad, permeabilidad intestinal e intolerancia alimentaria, ejercicio, trastornos atópicos y el sueño.

Factores psicológicos

Al encontrarse  reprimidas varias emociones negativas (como la ira, la culpa, el odio, el pesimismo y la baja autoestima), que marcaron un período de tu vida que probablemente han sido acumuladas durante años, volviéndose desencadenantes y pueden tener relación con un caso de depresión. 

Las personas “pesimistas” tienen mayor tendencia a desarrollar depresión. Cuando la depresión se encuentra presente, los pensamientos distorsionados y juicios equivocados son comunes en estas personas ya que piensan de forma diferente. Esta diferencia en el pensamiento, hace que quienes están deprimidos se depriman más ya que no pueden ver el lado bueno de las cosas por si mismos.

Haber sufrido un trauma en la infancia o maltrato psicológico, físico o sexual puede dejarte huellas (marcas), de una forma que ninguna otra situación puede, sin importar de qué tipo de trauma se trate. Además, puede ser la causa de una depresión en la adolescencia o adultez.

Factores géneticos y bioquímicos

Estudios realizados por NICE (National Institute for Health and Care Excellence) revelaron que alteraciones de los sistemas serotoninérgico y corticosuprarrenal podrían estar implicadas en la biología de la depresión de niños y adolescentes. Se pudo observar que niveles incrementados de cortisol y de dehidroepiandrosterona predicen el comienzo de la depresión en subgrupos de adolescentes con riesgos psicosociales elevados de presentarla. A su vez se han visto alteraciones de la función serotoninérgica en niños con historia familiar de depresión. De igual forma parecen existir alteraciones de los niveles de hormona del crecimiento, prolactina y cortisol en jóvenes con riesgo de depresión.

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