Fealdad

La Fealdad

En el presente ensayo se tratará el tema de la fealdad, la cual, según la Real Academia Española, se define como la cualidad de feo, la torpeza o como algo que parece mal. Así mismo, es el conjunto de características que una sociedad considera desagradable, repulsivo o malo.

La fealdad se cataloga como un concepto abstracto y subjetivo. Lo que a una persona le parece bello puede parecerle feo o de su desagrado a otra. Se suele referir a la fealdad como el opuesto a la belleza.

Etimológicamente el término fealdad proviene del latín foendus, fétido e impuro, y se dice que es todo aquello que encontramos desagradable a la vista y el olfato.

Históricamente la fealdad y la belleza han existido toda la vida. ¿Éstas están definidas por épocas y lugares? Puede ser cierto. La moda y las tendencias suelen ser los factores que se utilizan para determinar las características de la belleza y de las de su contrario. Es necesario que exista la fealdad para poder clasificar algo como bello, pues ellas mismas se complementan.

Desde el momento en el que una persona nace, ésta se encuentra sometida a diferentes clasificaciones sociales, ya sea por su posición económica o su apariencia. Los componentes de belleza y fealdad son instituidos en ella al momento de crecer. A partir de que ésta es capaz de pensar por sí misma, queda en ella el poder de clasificar algo como bello o desagradable.

El término fealdad comúnmente se utiliza para referirse a la apariencia humana, usualmente a la cara, pues con ésta nos relacionamos con los demás, es nuestra tarjeta de presentación. La cara puede cautivar o, por lo contrario, activar un sistema de rechazo por parte de los demás.

Actualmente se define a la fealdad como una condición médica, ésta lleva le nombre de trastorno dismórfico corporal, pues el sufrimiento que genera puede ser mayor que el producido por enfermedades reales.

En este ensayo se convencerá al lector de que la fealdad es cuestión de genética, es decir, tiene un componente científico y no es resultado meramente de la percepción de las personas. Ésta es más compleja de lo que se cree y para demostrarlo se utilizarán herramientas como investigaciones científicas, frases de filósofos y científicos, ejemplos de la vida cotidiana, entre otras.

Para comenzar, la fealdad sí existe. Ésta se encuentra defina por la mezcla genética de tus padres, por lo tanto, no es posible determinar con precisión la apariencia física de una persona hasta que ésta llega al mundo.

“Independientemente de la cultura a la que pertenezcas, existen ciertos patrones de actividad cerebral que se asocian con la visualización de algo bello o feo” (Landau, 2012).

El profesor de Neuroestética del University College of London, Semir Zeki, estudia las bases neuronales que surgen al apreciar una obra de arte. La actividad en la corteza frontal orbital media cerebral es el único factor común entre la gente que encuentra placer en las artes plásticas y/o la música, donde se encuentra el centro de placer y recompensa. Es decir, existe una respuesta fisiológica al observar y apreciar una obra de arte, ya sea visual o auditiva.

De la misma manera existen pruebas para demostrar que los rasgos biológicos de una persona determinan nuestra percepción de la fealdad o belleza. En investigaciones científicas las caras con mayor asimetría y poco comunes son las consideradas poco atractivas.

La simetría facial y/o corporal juega un papel muy importante en la clasificación física de las personas. Ésta ha sido el foco de muchas investigaciones pues nadie, a ciencia exacta, sabe el por qué de la clasificación de la fealdad o la beldad.

Se dice que los estereotipos de fealdad y belleza se aprenden al momento de crecer, pero un estudio aplicado a bebés está causando mucha polémica, pues puede llegar a desmentir este hecho (Landau, 2012). Los bebés tienden a responder de manera más efectiva a los rostros simétricos, en otras palabras, los bebés se sienten más atraídos a los rostros simétricos. No obstante, se ha demostrado que su respuesta es mejor hacia un rostro atractivo y simétrico a uno solamente simétrico.

Otro estudio, éste, realizado en el año 2007 y publicado en la revista Perception & Psychophysics indicó que la simetría facial suele ser un indicador de la calidad genética o de buena salud. Para realizar el estudio se llevó a cabo un experimento en el cual se manipuló el rostro de una persona en la computadora de tal manera que su rostro fuera aproximadamente simétrico para después preguntarle a varias personas cuál rostro consideraban más atractivo. A partir de los resultados se llegó a la conclusión que “la atracción a la simetría juega un papel muy importante en la preferencia a las caras comunes” (Little & Jones, 2007, 1273).

La artista alemana Ivonne Thein puso a prueba esta teoría señalando que al 100% la simetría no resulta agradable a la vista. ¿Cómo le hizo? Lo probó tomando la imagen de varias modelos y dobló uno de sus lados como en un espejo. "El resultado fue un ser más extraterrestre que bello" (Sota, 2011). Lo anterior lleva a la pregunta ¿en cuáles factores nos fijamos para considerar a algo feo o bello? Ser un ser 100% simétrico no se considera bello, es más, produce desagrado, entonces ¿tener una cara inusual o fuera de lo cotidiano se considera fea?

Un estudio de 2011 escrito en la revista Economics and Human Biology habla sobre la asimetría de la cara y los factores que tienden a contribuir a ésta. Los investigadores utilizaron 15 diferentes rasgos faciales y descubrieron que las personas con cara más asimétrica tendían a provenir de infancias más difíciles que aquellos con características más simétricas (Nordqvist,2011). Algunos factores que se presentan durante la niñez y pueden afectar las características físicas de las personas son la exposición al tabaco, la nutrición, el estatus socioeconómico y enfermedades.

Sin embargo, durante la adultez, los factores socioeconómicos no parecen afectar el físico de una persona. Aquellos que se vuelven ricos pero tuvieron una niñez difícil presentan más características asimétricas que los que tuvieron buena infancia y después se volvieron pobres.

Un claro ejemplo de este hecho es Gordon Ramsay, el exitoso chef británico conocido

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