Flexibilidad En El Derecho Laboral
Enviado por NANIORAN • 13 de Septiembre de 2012 • 2.932 Palabras (12 Páginas) • 913 Visitas
FLEXIBILIDAD EN EL DERECHO LABORAL
INTRODUCCION:
El análisis de todo fenómeno debe partir de su conceptualización, por lo que necesariamente, el tema de la flexibilidad debe iniciarse con una definición sobre la misma.
Etimológicamente, el término flexibilidad alude a aquello que tiene calidad de flexible, y por flexible, entendemos aquello que se dobla fácilmente, que cede, que se acomoda sin dificultad.
Aún cuando en los primeros momentos fue tarea difícil elaborar una definición sobre flexibilidad, hoy nadie discute que la noción flexibilizadora se identifica con mecanismos jurídicos, reformas, y estrategias, cuyo objetivo es quitar rigidez a la legislación laboral a fin de permitir que el factor trabajo se "acomode", se "adapte" fácilmente a las necesidades y conveniencias del sistema productivo.
La flexibilidad del Derecho Laboral es un tema que se encuentra hoy en el centro de una polémica muy intensa y que ha dado lugar a una bibliografía harto copiosa. En la actualidad, ninguna región parece estar exenta de enfrentar a una u otra faceta del debate sobre la flexibilidad.
Juan Raso Delgue (1993) expresa: "por flexibilización laboral entenderemos la tendencia generalizada de modificar por vía autónoma o heterónoma las reglas jurídicas de la prestación de trabajo, con la finalidad de ajustar el factor trabajo a las nuevas exigencias del sistema de producción”.
Del “Informe Dahrendorf” se desprende una definición muy utilizada por la cual la flexibilidad: “es la capacidad de los individuos en la economía y en particular en el mercado de trabajo de renunciar a sus costumbres y de adaptarse a nuevas circunstancias”.
Anna Pollert nos dice que, “el uso de la nueva ortodoxia de la ‘flexibilidad en las descripciones de los cambios en el empleo y la organización en el trabajo, ha causado una enorme confusión, ya que ha impuesto una única tipología a la diversidad de las relaciones sociales”.
A juicio de Arturo Hoyos (1987), la flexibilización laboral consiste en: "la posibilidad de la empresa de contar con mecanismos jurídicos que le permitan ajustar su producción, empleo y condiciones de trabajo ante las fluctuaciones rápidas y continuas del sistema económico (demanda efectiva y diversificación de la misma, tasa de cambio, intereses bancarios, competencia internacional), las innovaciones tecnológicas y otros factores que demandan ajustes con celeridad”
BOURDIEU dice: “ La verdad no tiene patria ni partido. Hoy impera una suerte de ceguera colectiva. Todo lo que tiene que ver con la moneda, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Deutsche Bundesbank se ha convertido en un fenómeno casi religioso. Las consignas de globalización y flexibilidad se repiten de manera frenética, como si alguien supiera lo que significan. Son sólo conceptos imprecisos y carentes de definición que circulan por ahí, de manera similar a una retahíla religiosa.
Como lo pretende el discurso dominante, el mundo económico es un orden puro y perfecto, que implacablemente desarrolla la lógica de sus consecuencias predecibles y atento a reprimir todas las violaciones mediante las sanciones que inflige, sea automáticamente o —más desusadamente— a través de sus extensiones armadas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y las políticas que imponen: reducción de los costos laborales, reducción del gasto público y hacer más flexible el trabajo. ¿Tiene razón el discurso dominante? ¿Y qué pasaría si, en realidad, este orden económico no fuera más que la instrumentación de una utopía —la utopía del neoliberalismo— convertida así en un problema político? ¿Un problema que, con la ayuda de la teoría económica que proclama, lograra concebirse como una descripción científica de la realidad?”
La flexibilidad tiene tantos partidarios fervientes como opositores enconados. Los primeros, que se reclutan principalmente entre los medios empresariales, se apoyan en argumentos elaborados por economistas, quienes parecería que conciben a la flexibilidad como si fuera una panacea milagrosa que resolverá una buena parte de los males que hoy sufre el mercado de trabajo. Los segundos, representados por la casi totalidad del movimiento sindical, y por una amplia mayoría de la doctrina del D. Del trabajo, parecen considerar que la flexibilidad es una especie de poción maléfica (ven en ella un intento neoliberal por destruir el Derecho Laboral en sus esencias).
Así las cosas, del análisis de los diversos conceptos presentados, se formula el siguiente: la flexibilización laboral consiste en un conjunto de mecanismos de optimización de los recursos humanos, económicos, tecnológicos y físicos de la empresa, con tendencia a profundizarse y mantenerse en el tiempo, cuyo objetivo fundamental es la fácil adaptabilidad de las relaciones laborales a las exigencias económicas del mercado tanto interno como externo.
ORIGEN DE LA FLEXIBILIDAD LABORAL.
En principio, es necesario señalar que la flexibilización puede obedecer a tres propósitos básicos: el primero de ellos es proteccionista. El derecho laboral, dado su carácter de derecho tutelar o protector, admite la flexibilidad como un instrumento para mejorar o superar las condiciones económicas o sociales del trabajador en los términos legales. Una segunda finalidad es la adaptación a las condiciones fluctuantes del mercado, asegurando la equidad, y una tercera es la desregulación que se produce como consecuencia de reformas que han suspendido o suprimido reglamentaciones aplicables al conjunto de los asalariados como un cuestionamiento de la intervención del Estado en las relaciones de trabajo.
Pero lo que se busca, en realidad, es la desregulación laboral con tendencia a la flexibilización de las normas, para conseguir cambios esenciales en los contenidos de los puestos de trabajo, en los sistemas de salarios y en la estabilidad del empleo.
La flexibilización se manifiesta a nivel de relaciones de trabajo en empleos más precarios, disminución en el tiempo de trabajo, organización, entre otras, logrando con esto forzar al trabajador a adaptarse a situaciones que no le brindan las posibilidades mínimas para desarrollarse a nivel laboral.
El neoliberalismo da carta de ciudadanía a la llamada “flexibilidad laboral”. Ese concepto ambivalente expresa tanto la necesidad objetiva de producir cambios en el contenido, organización y reglamentación del trabajo asalariado como la finalidad empresarial de aumentar su poder, fomentando la competencia entre los trabajadores y su alejamiento del control sindical para debilitar a los sindicatos
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