Fuego, Piel Y Grasa: Inflamación, Psoriasis Y Enfermedades Cardiovasculares

Fuego, piel y grasa: inflamación, psoriasis y enfermedades cardiovasculares

E

s posible que 3% de la población tenga psoriasis. Por consiguiente, es imposible ejercer algún aspecto de la medicina interna sin toparse con pacientes que tienen esta enfermedad.

La relación entre inflamación y aterosclerosis se conoce muy bien en la actualidad. Muchos de los mismos factores celulares y bioquímicos intervienen de forma activa en la inflamación de la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, psoriasis y aterosclerosis. La observación de que los pacientes con enfermedades inflamatorias tienen una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares refuerza esta relación aparente y sustenta el concepto de que los fármacos que se emplean para tratar la inflamación de las articulaciones y la piel también podrían reducir la carga de la enfermedad cardiovascular.

En virtud de que los factores de riesgo tradicionales no explican del todo el riesgo cardiovascular creciente en la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico, se están realizando estudios de investigación para identificar los posibles mecanismos de este padecimiento, como las partículas de lipoproteínas de alta densidad modificadas por la inflamación y las elevadas concentraciones de interferón en la circulación sanguínea, las cuales son aterogénicas. Falta ver de forma específica estos y otros posibles mediadores no clásicos de la aterosclerosis para reducir los eventos cardiovasculares.

En comparación con los pacientes que tienen artritis reumatoide y lupus, los pacientes con psoriasis tienden a ser más obesos y tener una incidencia mayor de enfermedad por hígado graso y síndrome metabólico. Existe un debate continuo acerca de si la psoriasis, por sí sola, es un factor de riesgo único de enfermedad cardiovascular, o si de hecho estas comorbilidades constituyen el principal riesgo de eventos cardiovasculares en los pacientes con psoriasis.

Los epidemiólogos pueden continuar con el análisis de los datos para tratar de atribuir los riesgos relativos de los resultados deficientes, pero en el consultorio, debemos mantener una actitud vigilante y, en los pacientes con psoriasis, no podemos pasar por alto los factores tradicionales de riesgo cardiovascular que conlleva el síndrome metabólico, que es más prevalente en estos pacientes.

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