Fundamentos científicos del paradigma emergente
Enviado por Valezka2003 • 20 de Septiembre de 2021 • Tarea • 4.800 Palabras (20 Páginas) • 72 Visitas
Principios del paradigma emergente
El enfoque newtoniano-laplaciano y la utilización de ecuaciones matemáticas para
calcular casi cualquier cosa en física, química o biología, han sufrido muchos reveses al
querer predecir el comportamiento humano. El concepto matemático de sistemas dinámicos
se relaciona con la recurrencia (reversibilidad) de los fenómenos, idea que presupone que
todo fenómeno tiende a volver al estado inicial. Pero, considerando lo antes dicho en cuanto
a la dificultad para predecir el comportamiento humano, o a la dificultad para predecir el
clima y otros fenómenos similares, más allá de ciertos períodos de tiempo determinados, ¿a
qué podemos atribuir esta dificultad (digamos, más bien, indeterminación)?
Si consideramos que todo lo que integra el universo forma parte de un sistema en
no-equilibrio, con un funcionamiento caracterizado por la no recurrencia (irreversibilidad),
de que el orden y el desorden, el determinismo y el azar pueden ser diferentes estados del
mismo fenómeno (Prigogine, 1997), de que si variamos las condiciones iniciales de un
fenómeno, puede darse lugar a tantos cursos de acción o resultados, más amplios o
mayores, aún cuando las variaciones iniciales hayan sido pequeñas (efecto mariposa),
podemos suponer que lo único cierto en el universo conocido es la indeterminación o
incertidumbre y que ello, en términos de Briggs y Peat (1999), es una cosa muy
estimulante, porque nos permite la posibilidad de innovar, de crear o de reformular las ideas
preconcebidas o estereotipadas.
Indeterminación (Incertidumbre)
Las leyes de Newton y de otras teorías físicas trajeron como resultado la idea del
determinismo científico, expresado inicialmente por Laplace. Fue en 1927 cuando Werner
Heisenberg, físico de origen alemán y dedicado al estudio de la física teórica, se dio cuenta
de que las reglas de la probabilidad que gobiernan las partículas subatómicas nacen de la
paradoja de que dos propiedades relacionadas de una partícula no pueden ser medidas
exactamente al mismo tiempo y que cualquier intento de medir ambos resultados, conlleva
a imprecisiones.
Esta afirmación de Heisenberg se tradujo en lo que fue denominado Principio de
Incertidumbre, mejor llamado Principio de Indeterminación, el cual vino a decir al mundo
que el resultado de una observación está vinculado a la presencia del observador.
El Principio de Indeterminación afectó profundamente al pensamiento de los físicos y
de los filósofos y ejerció una influencia directa sobre los aspectos filosóficos asociados al
concepto de causalidad, pero sus implicaciones para la ciencia no son las que se suponen
generalmente. Pareciera que lo derivado del principio de indeterminación tiende a anular
toda certeza acerca de la naturaleza, al suponer que el conocimiento científico está a
merced de los caprichos imprevisibles de un universo donde el efecto no sigue
necesariamente a la causa. Nada más lejos de la “verdad”: Si, por ejemplo, no se puede
predecir con certeza el comportamiento de las moléculas individuales en un gas, también es
cierto que las moléculas suelen acatar ciertas leyes, y su conducta es previsible sobre una
base estadística, tal como las compañías aseguradoras calculan con índices de mortalidad
fiables, aunque sea imposible predecir cuándo morirá un individuo determinado.
Por su parte, una perspectiva que plantea el fin de la certidumbre (en términos de
Prigogine), nos permite apreciar y entender al mundo y a los seres vivos en permanente
interacción y no como elementos separados; ha permitido entender procesos tales como la
absorción atómica de los núcleos; ha permitido entender que el universo es complejo pero
no irracional, al favorecer la integración, mediante la mecánica cuántica, de conceptos
aparentemente contradictorios como determinismo y azar, desorden y orden.
A manera de corolario, afirmamos que:
● Podemos convivir en y con un universo lleno de probabilidades.
● Es posible el desorden y el orden, el azar y el determinismo: Esto es el caos.
● Lo único cierto es la indeterminación.
● Complejidad más anticipación igual a incertidumbre más acción (Wagensberg,
2003).
● La vida sólo es posible en un universo alejado del equilibrio (Prigogine, 1997).
● Necesitamos la incertidumbre para establecer relaciones afectivas, para aumentar
nuestros conocimientos, para fortalecer nuestra conciencia, y para desarrollar
nuestra autoestima. La incertidumbre ante el futuro, ha sido y será el motor que
mueve a la humanidad hacia delante. La seguridad absoluta en todos los órdenes es
parálisis, castradora de la personalidad y arrullo de vagancias (Zapatero, 2004).
Órdenes implícitos y explícitos: variables ocultas.
David Bohm fue un colaborador de Albert Einstein en Princeton. Bohm planteó los
conceptos de "Orden Implicado y Orden Explicado" para intentar abrir una vía en el
callejón sin salida de la indeterminación espacio-temporal de la Mecánica Cuántica: la
dificultad para predecir la ubicación, en espacio y tiempo, de cualquier partícula atómica,
dentro del modelo.
En los órdenes implicados existirían las "Variables Ocultas No Locales". Estas
variables "ocultas", no lo serían sólo en el sentido de las "variables intervinientes o
moduladoras" de la estadística social, sino como aquellas pertenecientes a otro ámbito,
nivel u orden que no operan de modo causal ni temporal ni localmente (geográficamente).
Estos órdenes estarían plegados unos dentro de otros y existiría una íntima relación entre
ellos. Las variables de un orden más plegado respecto a otro representan una relación de
tipo "no causal ni local". Y estos órdenes no son abstracciones sino realidades "físicas" en
el más amplio sentido del término (Bohm, 1980, 104).
Hay un ejemplo de David Bohm (en Briggs and Peat, 1985, 132) que ilustra la
existencia de órdenes de realidad implícitos que suponen, por conexión no causal, la
existencia de variables ocultas no locales sincrónicas. Es el ejemplo de dos cámaras de
televisión en ángulo recto filmando a un pez en el agua. Las dos imágenes suponen dos
perspectivas del pez, el cual, percibiéndolas, no entiende que es él mismo, el mismo
fenómeno, en dos perspectivas diferentes
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