GIARDIOSIS

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO

PARASITOLOGÍA II

GIARDIOSIS EN BOVINOS

Diana Castro

INTRODUCCIÓN

La Giardiosis es una enfermedad parasitaria causada por protozoos flagelados conocidos como Giardia spp, este parásito posee una capa que le permite sobrevivir fuera del  hospedador, puede persistir en el medio ambiente por largos períodos de tiempo. Se ha comprobado su existencia alrededor de todo el mundo, presentándose con más frecuencia en zonas con climas cálidos. Además varios estudios señalan que la giardiosis es considerada como una de las parasitosis que con más frecuencia se presenta en rumiantes jóvenes. La incidencia de Giardia spp es alta en corderos, terneros y cabritos, los cuales presentan infecciones desde los cuatro días de edad, en el que el parásito permanece por más de ocho semanas (Alvarez, Calvopiña, 2017).

Las Giardia spp, infectan a mamíferos como, equinos, rumiantes, porcinos, primates, caninos y felinos. En el caso de los rumiantes los animales jóvenes son principalmente los más afectados. Generalmente, se conocen tres grupos de este parásito Giardia duodenalis, G.muris y G.agilis, que comprenden otras especies. Cabe recalcar que un 47% de animales infectados presentan síntomas, el porcentaje restante lo comprenden los animales infectados que son asintomáticos (Salazar, Rivera, 2016). El parásito se aloja en el duodeno, yeyuno y algunas veces en el intestino grueso, provocandose una diarrea persistente debido a la malabsorción de nutrientes. Traen como consecuencia un enlentecimiento en el desarrollo en animales jóvenes y un decaimiento en la producción en el caso de animales adultos. La  tasa de mortalidad causada por este agente depende de la resistencia del animal y del número de agentes  etiológicos presentes en el mismo, aunque estudios demuestran que esta no suele sobrepasar del 2 al 3% (Otero, Ibarra, 2014). Por lo que a los animales infectados se les debe suministrar un tratamiento adecuado, además de adoptar buenas medidas higiénicas.

La infección la originan los animales enfermos y los portadores asintomáticos, que suelen ser animales adultos, pues estos liberan quistes en sus heces. En el caso de hembras gestantes infectadas, eliminan quistes durante la lactancia y gestación. Otros mamíferos como perros, gatos, roedores y personas, también pueden originar la infección dependiendo del agente etiológico. La importancia zoonótica radica principalmente en el grupo de las Giardia duodenalis, en España se ha demostrado una incidencia del 20% en infantes (Cura, 2013). En Ecuador se realizó un estudio en dos escuelas en Quito, en el que un 15%  de los niños estudiados presentaron infecciones por este parásito (Garrido, Espinoza, 2016).  El diagnóstico de este parásito se puede realizar mediante métodos coprológicos, además de la necropsia, realizando raspados en mucosa intestinal.

Su etiología suele ser amplia, aunque algunas especies se han descartado. Se han descrito especies como Giardia bovis y G.caprae, sin embargo, dada la escasez de los mismos, muchos investigadores la han clasificado dentro del grupo Giardia duodenalis, llamada también Giardia lamblia o Giardia intestinalis. Existen otros dos grupos cuyos principales agentes son G.muris y G.agilis, cuya pequeña diferenciación radica en su morfología al ser vistos en el microscopio (Alcaraz, 2015).

Su ciclo es directo, además se presenta en formas de quiste y de trofozoíto, este último se divide por fisión binaria. Mientras se va desprendiendo del epitelio intestinal hacia partes más distales del mismo, se va creando el quiste cuya forma es ovalada con cuatro núcleos en su interior. Estos son expulsados por animales infectados mediante las heces, por lo que se disemina y se transmite a otros hospedadores.  En los que se va a producir la exquistación gracias a las sustancias estomacales como bilis, acido carbónico y proteasas pancreáticas, los trofozoítos se liberan Se adhieren a la mucosa intestinal y repiten el mismo ciclo de replicación (Villeneuve, 2014).

Las fuentes de infección son los portadores asintomáticos y los animales enfermos, entre ellos los animales adultos que liberan bajas cantidades de quistes. Las hembras gestantes también constituyen una importante fuente de infección, ya que las mismas contaminan a sus crías en etapas como en los primeros días lactancia. Otros animales como los roedores, también pueden se runa fuente de infección. Las moscas y cucarachas son transportadoras de las formas infectantes del parásito. Además los quistes se encuentran en el agua, alimentos e incluso en el entorno, por lo que los animales se contaminan por vía orofecal. La contaminación depende también de las condiciones higiénicosanitarias (Araujo, Casas, 2015).

Los quistes no son muy resistentes a la desecación, pues necesitan de un medio ambiente húmedo para sobrevivir por al menos por dos meses. Su medio ambiente ideal son las zonas tropicales y subtropicales. Si la temperatura ambiental es de 8°C resisten aproximadamente 77 días, en 21° C su resistencia se reduce de 5 a 24 días. Cabe recalcar que sustancias tales como fenol, amonio cuaternario, lisol y el agua hirviendo las destruye rápidamente (Changoluisa, Chiriboga, 2017).

La acción patógena de estos agentes parasitarios, pueden ejercer su patogenicidad de varias formas. Uno de ellos es por presentar un proceso inflamatorio a nivel de la mucosa intestinal provocando irritación y traumas a nivel de las células del mismo. Provocando así un acortamiento y atrofia en las microvellosidades del intestino, lo que trae como consecuencia alteraciones en la digestión de nutrientes como ácidos grasos, vitaminas, azúcares y proteínas, y una malabsorción de los mismos (Dolson, Deselliers, 2016). Otro mecanismo es su acción expoliadora, es decir, su alimentación a base de los nutrientes del hospedero, para su propio metabolismo, por lo que pueden sobrevivir y replicarse dentro del organismo del animal, afectando el metabolismo de este. Y por último tienen acción vectorial, ya que las Giardia spp traen consigo otros agentes causales como bacterias, hongos, virus, micoplasmas, además una investigación ha descubierto la presencia de VIH-1 (Hernández, Cortés, 2013).

La patogenia depende de la triada epidemiológica: parásito, hospedador y medio ambiente. Del parásito, ya que depende del número de quistes que ha ingerido el animal, si el número es alto su desarrollo tiene mayor posibilidad, aunque no se descarta que un solo quiste pueda provocar un cuadro clínico de la enfermedad, además de la forma del parásito, pues los quistes tienen mayor capacidad infectiva (Molina, Lagares, 2017). El hospedador es el factor más importante, los animales cuya edad va desde el primer mes hasta los ocho meses, son más susceptibles a una infección por Giardia, sin importar la raza o el sexo. La sanidad tanto como la nutrición del animal puede prevenir el desarrollo del parásito (García, Castro, 2015). La actividad inmunológica también juega un rol importante, aunque esta puede fallar debido a  situaciones de estrés, y otras patologías que causen la depresión o supresión del mismo. En cuanto al medio, la Giardia se desarrolla en zonas húmedas, además son influyentes factores como la higiene y el manejo de los animales (Torres, Rodríguez, Sarmiento, 2015).

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