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Geociencias


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2013  •  1.434 Palabras (6 Páginas)  •  614 Visitas

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Estudios de exploración de Petróleos Mexicanos (Pemex) indican la existencia de yacimientos de petróleo en la Península de Yucatán, aunque por ser un área frágil y de turismo no se han podido hacer investigaciones más profundas que determinen si son depósitos importantes de hidrocarburos.

Hacia mediados de la década de 1980, precedida por el boom petrolero de las costas del Estado de Campeche, la península de Yucatán entró en una fase de “auscultación” científica internacional fundada en investigación tecnológica y satelital de punta de algunos de los países más desarrollados. México, a través de la poderosa paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX) y naciones como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, entre otros, destinaron enormes cantidades de recursos para indagar el subsuelo peninsular en materia de recursos energéticos diversos; hasta esos años la cantidad y calidad de estas riquezas eran ciertamente desconocidos. Gran parte de esa estrategia se basó en los avances que diversas técnicas de exploración mundiales aportaban en forma galopante en materia de identificación relativamente precisa sobre cuencas petroleras en mar profundo, así como de minerales con demanda comercial progresiva por el propio desarrollo tecnológico a nivel global. Dos décadas después de ese inicio promisorio, la acumulación de información sobre la presencia de reservas energéticas y minerales en el subsuelo peninsular de esta zona de México era un hecho consumado.

Un segundo empuje respecto a la definición del dinamismo global del sistema golfo/península se dio con el desarrollo de investigaciones de corte geológico y astronómico, en lo fundamental desplegadas por las propias potencias mundiales que en general, tanto a nivel público como privado, mantienen sus ritmos de inversión en investigación tecnológica. Así, hacia mediados de la década de 1980, el avance de los conocimientos sobre la historia geológica de la tierra (que incluye orígenes y consecuencias de impactos de meteoros a lo largo de 3,500 millones de años, por ejemplo), lanzó la hipótesis y comprobó pocos años después la caída de un meteoro de dimensiones “intermedias” en el norte de la península de Yucatán hace casi 70 millones de años. La reacción del Estado mexicano, ante toda esta revelación progresiva pero brutal, se ha orientado en crear condiciones para que todo el sistema golfo-peninsular, se integre de manera gradual y poco conflictiva a los ritmos y dinámicas que, desde esos años finales del siglo XX, empezó a imponer el gran capital internacional; es decir, a las m ultinacionales de procedencia norte americana. Consecutivamente, Carlos Salinas de Gortari concibió y desplegó el Programa Mundo Maya, su sucesor Ernesto Zedillo presentó en el Plan Nacional de Desarrollo un interés particular por el desarrollo de toda la zona golfo-peninsular solo para dar paso a Vicente Fox quien presentó el Plan Puebla Panamá (que ya incluía el desarrollo de aeropuertos y carreteras) pero sobre todo la instalación de plantas químicas, refinerías, metálicas, aeroespaciales, entre otras.

Finalmente, a la fecha, Felipe Calderón concedió nuevas posibilidades al gran capital internacional con el llamado Plan Mesoamericano. En todos los casos, los intereses de los Estados Unidos emergen en acuerdos como la Iniciativa Mérida (2007) siguiendo el particular tono que se observa en su articulado por la explotación de recursos estratégicos y la construcción de infraestructura de soporte para algunas fases de industrialización en la zona. Esto incluye procesos de militarización “de bajo tono” que, bajo una mirada ampliada hacia los procesos de militarización explícita (bases militares) en todo el cordón de países centroamericanos y caribeños, en realidad coadyuva en la concreción de una frontera de “seguridad” en torno a los recursos estratégicos que día a día se revela existen en áreas como la estudiada

Parece cierto, pese a que en recursos como el petróleo, el sistema golfo-península no representa una gran reserva mundial (5 a 7% del total), el hecho de que otros minerales estratégicos se encuentren en el subsuelo de la zona coadyuva a definirla como una región de alta prioridad estratégica por el poder global. Frente a esta definición del poder, el Estado mexicano ha tomado una actitud activa, consistente en generar condiciones para el arribo y despliegue de los intereses de las elites y empresas transnacionales, al tiempo que el propio poder norteamericano se adelanta estableciendo en países pobres tratados como “zonas secundarias” bases militares que permiten identificar el vínculo directo entre las necesidades de la polarizada economía mundial con la lógica de contención propiamente armada.

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