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Geografía Económica


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  2.103 Palabras (9 Páginas)  •  219 Visitas

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ECONOMÍA GEOGRAFICA

INTRODUCCIÓN

Geografía económica, rama de la geografía, en concreto de la geografía humana, que se dedica al estudio de los diversos tipos de actividades económicas y su relación con la explotación de los recursos naturales, a lo largo del mundo. En términos simplistas, es la parte de la geografía dedicada a conocer cómo vive la gente, sus relaciones con la distribución espacial de los recursos y la producción y el consumo de bienes y servicios.

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La geografía económica se puede dividir en cuatro grandes campos interrelacionados: geografía agrícola; geografía del desarrollo; geografía industrial y geografía del transporte. Los geógrafos económicos se han interesado, en los últimos años, por el análisis del desarrollo económico desigual (como demuestran los patrones de actividades económicas a lo largo del mundo), así como por el modo en que se puede relacionar la estructura social con la actividad económica y la forma en que determinadas formas de desarrollo económico hacen uso de los recursos naturales y del medio ambiente.

2 DESARROLLO HISTÓRICO

La geografía económica, como especialidad en el seno de la geografía, tiene sus orígenes en la geografía comercial de finales del siglo XIX —que se centraba en la localización espacial de materias primas y recursos naturales, localización relacionada con la geografía física y el desarrollo de las redes de transporte. La geografía comercial desempeñó un importante papel en el establecimiento y sostenimiento de las relaciones económicas del colonialismo. Muchos de los exploradores del siglo XIX fueron patrocinados por las sociedades geográficas fundadas durante las primeras décadas de la centuria en Berlín, París y Londres. Por ejemplo, los viajes de David Livingstone fueron apadrinados por la Real Sociedad Geográfica británica, con sede en Londres. El objetivo de estas sociedades y de la mayoría de los exploradores era, no sólo descubrir `nuevos' lugares, sino también nuevas fuentes de materias primas que beneficiarían el rápido crecimiento de las industrias europeas. Se inició el comercio con la apertura de áreas, como el África tropical, ricas en materias primas, que podrían ser extraídas por mano de obra indígena y, más tarde, transformadas en bienes de consumo en Europa.

La geografía comercial, imperante hasta mediados del siglo XX, se basó fundamentalmente en el amplio marco de la geografía regional. Se dedicó a la descripción y el trazado de mapas de los recursos naturales y de su explotación en el mundo. Sin embargo, desde la década de 1950, este enfoque, predominantemente descriptivo, dio paso a otro, centrado más en la teoría más atento a los factores económicos. El motor de este cambio fue la llamada `revolución cuantitativa', que afectó a la totalidad de la geografía, y en especial a la geografía humana durante el final de la década de 1950 e inicios de la siguiente. Muchos geógrafos rechazaron el anterior énfasis por la descripción en general, y la idea de unicidad de áreas concretas, centro del interés de la geografía regional de la época, en particular. Por el contrario, empezaron a buscar maneras de introducir un enfoque más científico, mediante el desarrollo de teorías generales que pudieran explicar las estructuras espaciales de la ocupación humana y la explotación de la Tierra.

En un primer momento, estas teorías de la geografía económica se basaron fundamentalmente en la política económica neoclásica y asumieron que el sistema de mercados era un racional y eficaz distribuidor de los recursos y de la riqueza. Los aspectos políticos, sociales y culturales y los problemas asociados con la distribución de los recursos y de la riqueza fueron ignorados. Los modelos geográficos derivados de la política económica neoclásica incluían muchas teorías sobre localización de industrias, patrones del uso agrícola de la tierra, patrones de asentamiento y de redes de transporte. Esas teorías defendían las actuaciones para lograr la maximización de los beneficios por parte de los individuos y aprovechaban otras procedentes de la geometría y de la física para predecir modelos geográficos. Algunos modelos anteriores fueron desarrollados en esta época. Entre éstos se hallan el modelo del uso de tierras agrícolas, establecido por el agrónomo alemán Johann Heinrich von Thünen en 1820; el de Alfred Weber sobre el asentamiento industrial, establecido a inicios del siglo XX; y los modelos para la localización de asentamientos, definidos en la década de 1930 por el geógrafo Walter Christaller y el economista August Lösch (que dieron origen a la teoría del lugar central), alemanes ambos.

Estos modelos, sin embargo, no reflejaban con exactitud la complejidad del mundo real y los geógrafos económicos comenzaron, tras la década de 1960, a adoptar teorías que les permitiesen centrarse sobre las consecuencias sociales de la actividad económica. Las teorías de Karl Marx, que había manifestado que la estructura de la sociedad estaba en estrecha relación con la organización del sistema productivo, ejercieron una gran influencia, no sólo en la geografía económica, sino también en la geografía humana en general, lo que constituyó la base de lo que más tarde sería denominada geografía radical.

Las teorías marxistas, que implican que la producción económica y la sociedad están inextricablemente ligadas, mantienen su importancia para los estudios de la relación entre la estructura social y la actividad económica, a cualquier nivel, local o global. El desarrollo desigual, esto es, el hecho de que, tanto en el pasado como en la actualidad, ciertas regiones han sido favorecidas, desde el punto de vista económico, a expensas de otras, ha sido objeto importante de estudio. Esta desigualdad en el desarrollo ocurre a diversas escalas: por ejemplo, a escala mundial, la concentración de riqueza y tecnología tiene lugar en las economías altamente industrializadas de Occidente, a costa de los países en vías de desarrollo. Dentro de los países occidentales, ciertas regiones, como el sureste de Inglaterra, se han desarrollado con mayor rapidez que otras. A una escala menor, Londres es el centro dominante en el sureste de Inglaterra, y dentro de la ciudad, existe, a su vez, una concentración de riqueza en ciertas zonas residenciales o industriales. Son estas tupidas redes las que

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