Geoterapia
Enviado por altiago2000 • 30 de Julio de 2013 • 7.839 Palabras (32 Páginas) • 577 Visitas
GEOTERAPIA
HISTORIA
La geoterapia proviene literalmente de las voces GEO: tierra y TERAPIA: tratamiento. Según Teodoro Suero Calderón, Especialista en Medicina Natural, Investigador, la GEOTERAPIA es la terapia natural en la que se usa a la tierra como agente curativo, por sus componentes químico-medicinales y energéticos le dan especiales propiedades curativas aplicados tanto interna como externamente.
Los inicios de la geoterapia se remontan a las civilizaciones antiguas como los griegos quienes observaron a los animales, que usaban instintivamente la tierra y agua cuando sufrían de algún mal o contusión externa, se trasladaban hasta encontrar un lugar con barro o charcos de lodo y allí sumergían sus lesiones y las dejaban por varios días hasta que ya se sentían bien. Por ejemplo los elefantes toman baños de lodo para curar sus heridas, dejándolas secar al sol, al igual que los cerdos y los hipopótamos.
Según la Biblia, el primer hombre Adán fue creado con el barro de la naturaleza, así que eso nos convierte en hijos de la tierra, venimos al nacer y vamos a ella al fallecer. La Geoterapia, por ello, nos acerca más que ninguna a nuestros orígenes: La Naturaleza.
En diferentes textos Bíblicos también se hacen referencias al empleo de la tierra, por ejemplo Cleopatra, para lucir más hermosa, mandaba a traer el vital elemento del fondo del Mar Negro para complementar sus baños en leche de burra y obtener una piel radiante y hermosa.
Pensemos que la tierra crea toda nuestra alimentación, pues allí crecen las frutas, las hortalizas, los cereales y todo alimento vegetal que consumimos, purifica y aporta propiedades al agua, y realiza una gran regeneración de nuestro planeta.
El uso y aplicación de la geoterapia no es cosa de hoy día, desde hace muchos años las culturas antiguas como Los romanos, griegos y árabes usaron la geoterapia y las terapias con barro para mejorar su calidad de vida, aliviar sus males y resaltar su belleza.
Actualmente son aplicados en modernos tratamientos en Alemania, Francia, Suiza, Australia y España. La tierra nos da alimentos, nos da agua, nos da energía vital, según la Biblia el hombre fue creado de tierra y barro y por lo tanto con ella ha de ser sanado.
Hipócrates (c. 460-c. 377 a.C.), médico griego considerado el “Padre de la Medicina casi siempre usaba la arcilla en sus tratamientos y los enseñaba a sus discípulos la manera adecuada de cómo administrar la geoterapia
Encontramos que la geoterapia también era aplicada por médicos y filósofos celebres como: Avicena (980-1037), Avorrois (1126-98), Galeno (c. 131-c. 201), Plínio (c.23-79 d.C.), Aristóteles (384-322 a.C.) y, otros recientemente como Mahatma Gandhi, gran admirador de los efectos curativos da tierra:
Plinio el viejo, en el libro Historias Naturales XXXI 59, precisa los usos admitidos por los médicos: el baño, la bebida (incluida la purga) y la fricción de lodo, así como las pautas para su respectiva utilización. Los barros de Ábano, en Venecia, fueron muy apreciados en la época romana, y hasta el propio emperador Nerón, que padecía de gota, iba en los veranos a esta estación termal para eliminar el ácido úrico de sus articulaciones.
Los romanos, edificaron grandes establecimientos de baños y dieron gran importancia a ciudades como Ábano, Balaruc, Barbotan o Saint-Amand, igualmente conocidas por sus barros termales y que solo vieron su prosperidad interrumpida por las invasiones bárbaras. Ciertas estaciones termales especializadas en los baños de barros – sobre todo Dax y Prechacq – eran ya frecuentadas en la Galia antes de la ocupación romana. Aqua Tabellicae (Dax), capital de la tribu gala de los Tarbellicos, se convierte en Aqua Augustae desde que Julia, hija del emperador Augusto, recobró la salud gracia a las aguas de los Tarbellicos.
Galeno refiere su viaje a la isla de Lemnos para estudiar las aplicaciones de arcilla en el tratamiento de la disentería y enfermedades digestivas. Dioscórides quien fue doctor militar del ejército romano, con lo que tuvo la oportunidad de viajar en busca de sustancias medicinales por todo el mundo conocido, consideraba las arcillas en algunos de sus tratamientos como un producto sumamente efectivo.
Hace cinco mil años, los médicos egipcios aplicaban diferentes arcillas para tratar inflamaciones o heridas cutáneas y por sus propiedades antisépticas la utilizaban para sus momificaciones. En el papiro llamado “Ebers” (1500 A.C.) se describe el tratamiento de las quemaduras con una mezcla de miel, opio, arcilla y aceite.
Siguiendo los lineamientos del abad Sebastian Kneipp (1821-1897) quien popularizó la hidroterapia, Adolf Just (1859-1936), continuó estudiando y difundiendo las propiedades de las terapias con arcillas El naturópata francés Raymond Dextreit afirma que la arcilla es una sustancia viva que actúa con discernimiento y frena la proliferación de cuerpos parasitarios, microbios o bacterias patógenas, a la vez que favorece la reconstitución celular sana. La arcilla actúa en el foco de la enfermedad y efectúa una limpieza completa y la evacuación de elementos indeseables. Por su poder de absorción neutraliza y drena las impurezas de los tejidos, retiene todo tipo de líquidos absorbe los malos olores y decolora.
Su poder de absorción, en cambio, permite la fijación y neutralización de toxinas y alcaloides. La arcilla capta para evacuar los elementos indeseables del cuerpo, impurezas que están en estado de suspensión en los líquidos corporales como sangre, linfa y bilis, que son drenados y eliminados.
Para Marie-France Muller, en su libro “Como cura la arcilla”, afirma que esta desempeña un papel protector en el organismo debilitado por las radiaciones ionizantes, muy importantes en la actualidad, cuando pasamos varias horas delante de un ordenador o el televisor.
Para el naturópata Michel Abehsera, el poder activo de la arcilla sólo puede explicarse porque es un poderoso agente de estimulación, transformación y transmisión de energía. Todas las partículas de arcilla retienen una considerable cantidad de energía del potente campo magnético de la tierra: “Esta acción radiactiva transmite una extraordinaria fuerza al organismo y contribuye a la reconstrucción del potencial vital a través de la liberación de energías latentes. El organismo tiene grandes recursos energéticos que normalmente permanecen dormidos: la arcilla los despierta”.
Según Raymond Dextreit, la arcilla tiene un poder regenerador, ya que se ha observado que estimula la radiactividad en los cuerpos donde se aplica en los que esta es deficitaria y absorbe el exceso de radioactividad en caso de haberlo, cumpliendo
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