Fitoterapia y Geoterapia

Fitoterapia

Fitoterapia se denomina como el uso de las plantas como remedio para una gran variedad de enfermedades. Conocida también como herbolaria, es el uso de plantas naturales o de sustancias vegetales para el tratamiento de una amplia variedad de síntomas y enfermedades y la mejoría de las funciones de los órganos y sistemas corporales. Forma parte de otros sistemas completos de atención a la salud, englobados en la denominada medicina alternativa, tales como la naturopatía, la medicina tradicional china y el Ayurveda. Una buena parte de su extenso uso se hace en forma de autoconsumo.

La práctica de la fitoterapia es casi tan antigua como el hombre. La fitoterapia es la medicina más antigua y probada del mundo. De forma obligada los individuos y sociedades prehistóricas mantenían un fuerte contacto con la naturaleza la cual, al principio, de una forma accidental repercutía en el hombre, ya fuera por la ingesta de plantas tóxicas o venenosas, picaduras de insecto etcétera. Estas situaciones pasaban a formar parte de la experiencia de las comunidades antiguas que se hacían eco de qué les dañaba, pero también y del mismo modo de una forma accidental, en el más de los casos azarosa, comprendían que la naturaleza era fuente de sustancias con propiedades curativas.

Las plantas medicinales se pueden emplear tanto como frotados por las áreas del cuerpo que se desean ser tratadas y también se puede emplear o ingerir de forma oral mediante la elaboración de tés. Se presenta a continuación información acerca de la dosis normal que cada persona debe tomar.

• Dosis normal o regular:

• Para un litro de agua: 20 gramos (hierbas verdes).
• Para un litro de agua: 10 gramos (hierbas secas.

• En caso de no tener una balanza:

• Una cucharada de hierbas verdes pesa 5 gramos, aproximadamente.
• Una cucharada de hierbas secas pesa 2 gramos, aproximadamente.

• El Ajo y sus propiedades

Desde hace mucho tiempo, el ajo (allium sativum) ha sido utilizado para erradicar una gran variedad de enfermedades. Desde el punto de vista de los médicos de nuestro tiempo, el ajo es un medio muy efectivo para combatir los desórdenes del aparato digestivo (desórdenes gastrointestinales de carácter tóxico), también la tos, bronquitis, asmas bronquiales y semejantes (aparato respiratorio).El ajo funciona como un agente germicida, desinfectante y purificador ya que limpia los intestinos, depura la sangre y renueva todo el sistema interno. Al respecto de su propiedad como germicida, el doctor A. Krumm-Heller dice: “Los antiguos que no sabían de microbios, creyeron siempre que la enfermedad era el producto de espíritus malignos, y con ciertos olores trataban de ahuyentarlos. Uno de los que consideraban más poderosos, era el ajo. Estudios actuales han rectificado que en todas estas creencias había una parte que resultaba ser verdad, es decir que os muchos microbios logran eliminarse con solo el contacto con el aroma del ajo. Al respecto con el consumo diario del ajo o de su tratamiento, este consiste en tomarlo en ayunas, al medio día, y por la noche, ya sea con leche, pan, molidos, cocido y aún en toda forma con tal de saturarse bien. Un punto importante es que las personas que cada mes se dediquen a comer una gran cantidad de ajos, limpian completamente su intestino.

• Aparato Digestivo (Boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, hígado páncreas, yeyuno e íleon, intestino grueso, ano)

Aunque el ajo provoque un mal aliento, la boca, la cual es la primerísima parte de aparato digestivo, y la cual también es donde se encuentran muchísimos microbios y bacterias, es una de las partes más beneficiadas ya que estas bacterias se mueren al contacto con el olor del ajo. La faringe (consecuente a la boca) y el esófago (un poco debajo de la faringe) son otros órganos muy beneficiados sin duda ya que cuando el ajo es utilizado crudo por la vía digestiva, los microbios y demás microorganismos que tratan de entrometerse en la saliva en el bolo alimenticio (resultado de trituración por medio de los molares a través del proceso de masticación) a nuestro organismo, son eliminados gracias a este y sus propiedades germicidas. La acidez del estómago puede ser combatido mediante el consumo de ajos ya que este es también un excelente estomáquico (estomacal, gástrico). Ya en los órganos finales e intestinos es donde el ajo pone en acción sus propiedades vermífugas y germicidas (elimina microbios, gérmenes y lombrices). Con el ajo se logra expulsar la lombriz solitaria y se evita el tifus (Conjunto de enfermedades infecciosas y contagiosas que producen fiebre muy alta, intenso dolor de cabeza, erupciones en la piel y estados de delirio cerebral); en el hígado logra curar la cirrosis (es la inflamación intersticial del hígado. Se trata de una enfermedad crónica e irreversible que provoca fibrosis y nódulos entre las células del hígado, lo que provoca cambios en la estructura del hígado y en sus funciones, ya que la circulación de la sangre está bloqueada. Si la cirrosis es muy avanzada, puede llegar a provocar insuficiencia hepática o cáncer de hígado). Otra propiedad del ajo es la febrífuga (ahuyenta las fiebres) la cual se ha sabido desde las edades remotas y ha sido utilizado con sabiduría.

• Aparato respiratorio (fosas nasales, faringe, laringe, tráquea, bronquios, bronquiolos y bronquialitos, pulmones)

El ajo es utilizado por algunos pueblos como inhalantes de pulmones pues el aceite volátil que exhala la maceración o trituración de ajos brinda excelentes beneficios a todo el sistema respiratorio. El ajo logra dar resultados positivos en el tratamiento de: tos, tos ferina, tos sanguinolenta, resfriados, catarros, catarros bronquiales crónicos, bronquitis, pleuritis, hemoptisis, congestión pulmonar, tuberculosis, neumonía, bronconeumonía, asma, y muchas enfermedades que perjudican y dañan el aparato respiratorio. Un ejemplo notable es la mortalidad existente dentro de los judíos con tuberculosis la cual está debajo de lo común, debido al libre uso que esta sociedad hace al ajo en su alimentación. Para enfrentar la tuberculosis deberá consumirse el ajo en su estado crudo, y diariamente. Gran variedad de referencias realizadas por egresados en medicina testifican el éxito del ajo en la tuberculosis y otras infecciones pulmonares cuando es suministrado mediante inhalaciones. La causa del efecto beneficioso del ajo en las complicaciones de la vía respiratoria se explica por el hecho de que el aceite etéreo que este bulbo contiene en el organismo se torna en ciertas sustancias volátiles capaces de penetrar y atravesar las membranas mucosas que revisten internamente los órganos de la respiración, y, en su paso destruyen la acción del Bacilo de Koch (Agente causante de la tuberculosis, que pertenece al género Mycobacterium, integrado por más de treinta de ellos. Las mico- bacterias se distinguen por su propiedad ácido-alcohol resistente, de forma que no puedan cambiar de color con alcohol ácido una vez teñidas). La esencia del ajo, en su estado gaseoso, penetra en los bronquios e infundíbulos pulmonares, y consigue alcanzar la totalidad de los lóbulos pulmonares, actuando muy potentemente contra los microbios y gérmenes, y como los gases de dicha esencia son rápidamente eliminados favorecen la expulsión de las toxinas y fauna patógena (conjunto de agentes que puede producir enfermedad o daño a la biología de un huésped) mediante la expiración, el sudor, etc., lo que prueba el hecho de aminorar rápidamente los catarros bronquiales.

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