Hallar El Volumen Del Paralelipido
Enviado por eyni • 21 de Mayo de 2013 • 1.061 Palabras (5 Páginas) • 479 Visitas
Bajo la dirección de Juan Urquiaga Blanco, se cambió un retablo principal neoclásico por uno churrigueresco, lo cual viola la Ley de Monumentos
Luis Carlos Sánchez
01/10/2012 01:59
Templo1
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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de octubre.- En contra de los compromisos internacionales firmados por México en materia de conservación y sin tomar en cuenta las bases de la restauración, arquitectos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidieron sustituir el retablo principal neoclásico del Templo de San Pedro y San Pablo Teposcolula, Oaxaca por uno de estilo churrigueresco, que pertenecía a un muro lateral.
La apariencia original del edificio ya no existe: el retablo del siglo XIX fue “cambiado y mutilado” para ser adaptado como un retablo lateral del templo con sus elementos recortados. A pesar de que los trabajos encabezados por el arquitecto Juan Urquiaga Blanco han sido denunciados, el INAH difunde las obras que, tras seis años de trabajo y con una inversión de 158 millones de pesos, están a punto de concluir.
“Eso es estar falseando la historia, cada edificio tiene sus características y nace dentro de un contexto con condiciones económicas, artísticas, políticas y sociales e inclusive religiosas. (Lo que se ha hecho) representa no reconocer que el patrimonio cultural es de todos”, advierte el doctor en arquitectura y restaurador, Víctor Pérez Cruz, quien junto con el también arquitecto Francisco Covarrubias, han documentado el caso.
El retablo neoclásico de Teposcolula permaneció en su lugar hasta agosto de 2009, “cuando los restauradores oficiales del INAH decidieron cambiarlo y mutilarlo”; en su lugar colocaron uno de estilo churrigueresco “que no fue concebido como retablo principal” y que, debido a sus dimensiones, obligó a demoler la cornisa superior de la nave del templo.
La sustitución de los retablos no sólo implicó la mudanza, sino que debieron alterarse diferentes elementos del templo que es considerado testimonio de la empresa evangelizadora realizada por los frailes dominicos en el siglo XVI. El conjunto churrigueresco obligó a construir un nuevo basamento, de mayor altura y con otros materiales diferentes a los originales: la mampostería de piedra y aplanado fue cambiada por piedra de cantera a la que se agregó “el escudo de la orden de los dominicos”.
El nuevo retablo principal tampoco permitió conservar uno de los dos nichos ubicados en la parte frontal, sólo se conservó el dedicado al Santo Entierro, pues el espacio del segundo se adaptó para integrar el tabernáculo y la mesa de oficios con forma y decoración barroca.
El retablo original por su parte, fue mutilado y adaptado como elemento lateral. Con éste se formaron el templete y el imafronte semicircular que para tratar de evitar el aspecto mutilado se le agregó una peana “completamente desproporcionada” que sostiene una vitrina con tres imágenes. El resto de la obra neoclásica (columnas, cúpula semiesférica y otros elementos) fueron tirados en una bodega como materiales de construcción.
El caso para Pérez Cruz
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