Hasta El Agua Pura Es Pura Quimica
Enviado por tereamor • 24 de Agosto de 2014 • 1.539 Palabras (7 Páginas) • 1.213 Visitas
Hasta el agua pura es pura química
Por alguna razón, todo lo relacionado con la química ha obtenido mala fama en las últimas décadas. Decir que algo es químico hoy se entiende como sinónimo de que es nocivo. Incluso se habla de “químicos tóxicos” (en vez de sustancias tóxicas), como si los profesionales de esta ciencia pudieran ser venenosos.
Por contraste, para promover todo producto que pretende ser sano, natural, benéfico, se enfatiza que “no contiene productos químicos”. Lo irónico de estas afirmaciones es que son imposibles: todo lo material —lo formado por materia— es necesariamente químico. La luz, la energía, el espacio o la gravedad son entidades inmateriales, y por tanto no son químicas. Tampoco podríamos decir que un plasma como el que se halla en el Sol —que sí es materia, pero a tan alta temperatura que los átomos que la forman se han separado en electrones y núcleos— sea de naturaleza química, pues no está formado por átomos aislados ni unidos para formar moléculas, sino por pedazos de átomos.
Pero cualquier cosa que esté formada por materia sólida, líquida o gaseosa —por átomos y moléculas, o por iones (sus contrapartes con carga eléctrica) es necesariamente química—. El aire, el agua, la tierra, los seres vivos, los cerebros gracias a los que pensamos y tenemos un sentido del yo... todo es química y nada más que química (aunque la biología va más allá de la química, pero ése es tema para otra ocasión).
¿Por qué este prejuicio contra la química, esta “quimiofobia”? En parte quizá porque se está confundiendo lo químico con lo artificial. Pareciera que sólo las cosas fabricadas por el hombre fueran dañinas, mientras que aquello que proviene de la naturaleza fuera necesariamente sano.
Pero también esta versión cae por su propio peso: las sustancias naturales tóxicas abundan. Basta con pensar en los venenos producidos por bacterias (como Clostridium botulinum y su toxina botulínica, uno de los venenos más poderosos conocidos) pero también por plantas, hongos, insectos, reptiles y anfibios
Tal vez se trata también de una buena dosis de ignorancia (pareciera que los fenómenos químicos sólo se presentaran en los laboratorios y no en una cocina, en la atmósfera o dentro de nuestras células) mezclada con mala publicidad, pues es cierto que la contaminación de agua, tierra y aire es en cierta medida producto de la industria química.
Quizá la solución estaría en darnos cuenta de que, así como la química puede traer problemas, puede también proporcionarnos la forma de resolverlos. Finalmente, conocer y aceptar la naturaleza química del mundo material es saber un poco más acerca de nosotros mismos.
Las bebidas energetizantes están en auge y en nuestro país, lamentablemente, al alcance de todos. Su consumo presenta riesgos que necesitamos conocer.
Uno de los grandes dilemas de la sociedad industrializada es elegir la fuente de energía más adecuada de cara al siglo XXI. Vivimos en un planeta cuyo lado desarrollado consume una barbaridad de recursos energéticos derivados casi de manera exclusiva del petróleo; mientras que el lado en vías de desarrollo basa su esperanza en el crecimiento industrial, que también conlleva un aumento en el consumo de recursos energéticos. Los recursos petroleros prometen agotarse y en un par de décadas el etanol o el hidrógeno, las biomasas, la energía solar o la eólica, o incluso el regreso a la energía nuclear será lo que moverá al mundo. O muy probablemente una combinación de todo esto. Como quiera que sea, debemos reconocer que hemos dañado gravemente el entorno como consecuencia directa de vivir en una civilización devoradora de energía. Tenemos un conflicto análogo con las fuentes de energía que hacen funcionar nuestro organismo. Hemos abandonado una parte de las fuentes tradicionales, los cereales, no porque se hayan agotado, sino porque han pasado de moda.
Tenemos un hambre voraz de fuentes de energía que satisfagan nuestro placer gustativo, que tengan efectos inmediatos y nos sirvan de “chispa” o “nos pongan alas”. Padecemos de problemas de obesidad a lo largo y ancho de nuestro esférico planeta, que son resultado, entre otras causas, de los excesos en el consumo de alimentos que proporcionan energía. La venta de bebidas energetizantes ha tenido un crecimiento espectacular, equivalente a 500% desde 1998 hasta el año 2004, cercano a los 1 000 millones de dólares. Este mercado es ya una cuarta parte del mercado total de bebidas, que incluye las elaboradas a base de todo tipo de lácteos, hierbas, infusiones y té, frutas y, desde luego, café.
Formas de obtener energía
1) Calorías en forma de adenosina trifosfato (ATP) y creatina fosfato.
2) Glucosa disuelta
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