Higado Graso
Enviado por monomonal • 28 de Mayo de 2012 • 739 Palabras (3 Páginas) • 655 Visitas
ALIMENTACIÓN E HÍGADO GRASO
La alimentación tiene un papel preponderante en el tratamiento del hígado graso no
alcohólico, siendo las recomendaciones actuales la disminución del peso corporal y la
modificación de la dieta. Dentro de las modificaciones podemos mencionar un menor
consumo de calorías (dieta hipocalórica), aumento del consumo de fibra, disminución del
consumo de hidratos de carbono simples, menor consumo de grasas saturadas, mayor
consumo de grasas omega 3 y suprimir totalmente el consumo de bebidas alcohólicas.
Las dietas hipocalóricas que aportan entre 1200 y 1500 calorías, tienen por objetivo
conseguir una disminución del peso corporal paulatina y segura en aquellos pacientes que
presentan sobrepeso u obesidad, puesto que se ha demostrado que dietas muy bajas en
calorías <800 calorías pueden resultar en pérdidas de peso muy rápidas que llevarían a una
complicación de esta enfermedad debido a la mayor producción de sustancias nocivas
(cuerpos cetónicos) y el aumento del riesgo cardiovascular.
Incluir la fibra dietética, que encontramos en cereales integrales (arroz integral, pastas
integrales, avena, pan integral), frutas y verduras dentro de la alimentación habitual es
recomendado debido a su capacidad para disminuir el colesterol en la sangre y producir un
retraso en el incremento de la glicemia que trae como consecuencia una menor liberación de
insulina por parte del páncreas, ayudando de esta forma a controlar la resistencia a la
insulina que habitualmente presentan los pacientes con hígado graso no alcohólico. Junto a
lo anterior cabe destacar el mayor poder de saciedad que presentan estos alimentos, lo que
ayudaría al tratamiento del sobrepeso y obesidad.
Por el contrario, los hidratos de carbono simples, que encontramos en azúcar, fructosa, miel,
mermelada, productos de pastelería, helados, bebidas gaseosas y en general todos aquellos
productos que contengan azúcar entre sus ingredientes, producen un rápido incremento de la
glicemia que trae como consecuencia una mayor liberación de insulina por parte del
páncreas que favorecerá el depósito de mayores cantidades de grasa en el hígado, lo que
agravará esta enfermedad.
Las grasas saturadas se encuentran principalmente en productos de origen animal, tales
como, mantequilla, lácteos enteros, quesos maduros, embutidos, fiambres y cortes de
carnes grasos (lomo vetado, costillar de cerdo, cordero). Está claramente establecido que
dietas con un elevado aporte de grasas saturadas aumentan el depósito de grasas en el
hígado, junto con un aumento de los factores de riesgo cardiovascular, como disminución en
la sangre del colesterol HDL (colesterol bueno) y aumento del colesterol total y LDL
(colesterol
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