IMPACTO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN LA LEGISLACIÓN Y PRAXIS DEL DERECHO DE AUTOR EN CHILE

La transformación tecnológica ha producido importantes cambios en la industria de la edición, permitiendo la elaboración de nuevos productos, determinados por su formato electrónico, multimedial, hipertexto y de interactividad con el lector, así como, generando otras formas de explotación comercial en el ámbito de la industria del libro, que se traducen en nuevos servicios de transmisión electrónica de producciones editoriales, siendo una sus formas el comercio electrónico de archivos portadores de obras literarias.

De esta forma, junto a los libros, periódicos y revistas tradicionales, circulan hoy libros, periódicos y revistas electrónicos que representan nuevas posibilidades de lectura, y que, parecen competir con la actividad editorial tradicional, pero que representan un nuevo mercado para la industria editorial.

En este escenario, Internet ha pasado rápidamente de ser una vitrina para observar, seleccionar y comprar libros en su formato papel, a un medio de acceso directo a los productos editoriales a distancia, a través de un servicio de comunicación en línea, donde es más propio hablar de “servicios editoriales”, sin olvidar que también conocemos nuevos “productos editoriales” incorporados en soportes digitales, ya sea para su venta, alquiler o préstamo público.

En este nuevo contexto, el consumación de estos de nuevos productos y servicios editoriales “off line” como “on line”, dependen en gran medida de tratamiento que reciban de los sistemas de protección de la propiedad intelectual, tanto a nivel nacional como internacional, así como de la protección tecnológica que éstos reciban.

Evidentemente, la tecnología digital ha supuesto una alteración de los actos tradicionales de utilización de obras literarias, así como de su forma de comercialización, que debe ser tenida en cuenta por los ordenamientos jurídicos, pues la falta de regulación perjudicará ostensiblemente a los autores, quienes carecen de poder para negociar con las empresas que ofrecen estos nuevos productos y servicios editoriales, en la mayoría de los casos asentadas en el extranjero.

El caso que ejemplifica claramente la situación del autor ante los nuevos servicios editoriales se aprecia con los autores empleados en diarios, revistas y otras publicaciones periódicas tradicionales, que observan como sus aportes se utilizan también en los servicios en línea de sus mismas empresas, sin haber experimentado ningún cambio en sus condiciones contractuales o económicas.

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