Ia Filosofia
Enviado por Marperez1109 • 2 de Febrero de 2015 • 2.035 Palabras (9 Páginas) • 300 Visitas
“la filosofía es un saber complejo sobre el mundo en relación con el hombre. Esa relación es al mismo tiempo cognoscitiva, valorativa, práctica y comunicativa, en su síntesis. Pero debe subrayarse que en el saber filosófico lo cognoscitivo (gnoseológico) y lo valorativo (axiológico), se integran en unidad indisoluble; pues al hombre no sólo le interesa qué son las cosas, sino para qué le sirven. El hombre constantemente está emitiendo juicios valorativos, a partir de su siempre visión crítica de la realidad. La filosofía no constituye un corpus de pensamientos e ideas, exclusivo, independiente y distinto de los restantes saberes, sino una actividad crítico - reflexiva de naturaleza cosmovisiva sobre aquellos momentos esenciales de los distintos ámbitos de la vida humana en relación con el universo, incluyendo así, las eternas preguntas sobre los límites del conocimiento, el sentido de la vida, la formación humana, el sentido de la existencia, la muerte, los problemas de la ciencia, de la vida cotidiana, etc. Por eso plantea más preguntas que respuestas”.
Precisamente la educación como formación humana, deviene en sí misma, un problema filosófico central en la filosofía de Paulo Freire. A pesar que su pensamiento escrutador se dirige a los distintos problemas cosmovisivos del hombre, la educación adquiere un momento particular. Es que su filosofía, como en Martí, adquiere estatus de pedagogía crítica para la formación humana, mediante la axiología de la acción, y encauzada al mismo tiempo por espacios comunicativos, donde la dialogicidad se constituye, como lo fue en Sócrates, en una hermenéutica de revelación de la libertad del hombre y como prerrequisito desalienador para la realización efectiva de la formación humana..
Existen muchas definiciones, caracterizaciones, acercamientos al concepto de educación, pero independientemente de la visión del mundo de que se parta, siempre refieren a la formación humana o a algunos momentos de ella. Por supuestos las distintas visiones filosóficas pueden ser más abstractas o concretas, en correspondencia con los ideales que se persiga, los aspectos ideológicos, clasistas, etc.
Uno de los aspectos que a través de los tiempos ha signado de manera trascendente el devenir del hombre es la educación, puesto que indiscutiblemente aparece en la cultura como el elemento posibilitador de los ideales humanos.
Sarramona (1989) señala que en sentido amplio, la educación es tan antigua como el hombre. Escribe que “desde su aparición, el hombre se preocupó de criar y cuidar a sus hijos hasta que pudieran valerse por sí mismos, y es con este significado que surge el término “educación”.
El concepto de educación resulta sumamente complejo cuando se pretende ser exhaustivo de todos sus significados e implicaciones, y no puede ser de otro modo, puesto que, como se ha indicado, implica a la totalidad del ser humano y al contexto social.
La educación a lo largo de los siglos ha sufrido grandes transformaciones, pero tuvo que llegar el siglo XX y relacionarse con el pensamiento de muchos investigadores, como Paulo Freire, para que pudiera adquirir un verdadero elan humanista, en donde se diera la importancia debida al quehacer reflexivo del hombre dentro de la educación, sobre todo a enseñarle a ser crítico para posteriormente convertirse en un transformador de su realidad.
Para Paulo Freire (…) “la cuestión de la formación docente junto a la reflexión sobre la práctica educativa progresista en favor de la autonomía del ser de los educandos es la temática central”
Para nuestro pensador, la formación humana está estrechamente relacionada con el quehacer del docente, y en ella la reflexión juega un papel de gran importancia, pues ello permite tomar decisiones que llevarán posteriormente a una autonomía del ser, tema principal de su obra la Pedagogía de la autonomía, en donde afirma que la educación indiscutiblemente tiende a la humanización, ya que es en ese prepararse, en ese reflexionar y reconocerse con los otros, cómo el ser humano se encuentra a sí mismo, porque el hombre debe buscar y encaminarse hacia la perfección, hacia lo absoluto, como aconsejaba también Martí. Una visión filosófica profunda de la formación humana, sirve de base a una concepción de esta naturaleza.
Es a través del fundamento filosófico que puede llegarse al entendimiento de una reflexión adecuada sobre la realidad, y como el propio Freire dice, del conocimiento verdadero y de la acción correcta, que en cierto modo, es uno de los trabajos más difíciles del ser humano, eso de llevar a cabo la acción correcta no es algo que se haga todos los días, pues varía en gran medida del punto de vista que se tenga y del análisis que se haya realizado del contexto y de las necesidades identificadas en cada caso.
No es fácil la tarea del docente, a fin de llevar a cabo una adecuada formación humana y salirse de los esquemas mecánicos de la repetición o la memorización. Por tal motivo los profesores deben ser conscientes de su responsabilidad y educar a sus alumnos de forma de hacerlos hombres responsables que sepan detectar los problemas sociales, analizarlos, reflexionarlos y tomar decisiones adecuadas sobre ellos.
Una formación humana, implica cierta capacidad de reflexionar sobre la situación existente, al mismo tiempo que debe tomar una decisión sobre lo que sucede. Desafortunadamente no siempre se da la oportunidad de pensar y llevar algo a la praxis, tal como sucedió con algunos de los pensadores que en su tiempo fueron vistos como una amenaza para el sistema.
En una formación humana, se requiere ante todo que el cerebro funcione en todo momento, tanto para las personas que se están formando como para aquellos que se desempeñan en la labor docente, pero no sería una adecuada ni completa formación humana si alguien nos dijera lo que le mencionaron a Antonio Gramsci, que nos impidieran el funcionamiento de nuestro cerebro, porque siendo así, ¿entonces cómo podríamos reflexionar sobre algo?.
Si a nuestro cerebro le impidieran seguir funcionando no podríamos profundizar sobre la realidad que vivimos, ni analizarla, ni tomar decisiones que nos llevaran a una praxis en beneficio de muchos, pero mucho menos nos ayudaría a alcanzar una transformación
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