Incertidumbre del conocimiento
Enviado por ulisesuli • 5 de Octubre de 2019 • Ensayo • 1.366 Palabras (6 Páginas) • 162 Visitas
LA INCERTIDUMBRE DEL CONOCIMIENTO
Desde hace algunos meses he andado yo interesado por los límites de la ciencia, por la realidad de nuestras certezas, y por toda esa clase de dudas metódicas que los científicos -salvo los muy honestos, como Popper, Frege o el mismo Wittgenstein- tienden a eludir para no ver así enturbiado su campo de estudios. Me consta que entre los matemáticos sí se dan casos de estudiosos en busca de la verdad de su propia ciencia, pero eso no quita que siempre estimulen unas cuantas ideas al respecto.
El caso es que he leído, un poco sin orden alguno, varios libros que me han gustado bastante. Por si tienes ganas y tiempo libre, te los recomiendo (aunque a lo mejor ya conoces, o ya has leído alguno):
1- ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, de Alan E. Chalmers. Un recorrido general por la muy difícil, casi imposible, definición de 'método científico'. Fácil de leer (es una obra de divulgación, no de creación).
2- Cisne Negro, de Nassim Taleb. Un best-seller en donde se echan a bajo la mayoría de las teorías sobre certidumbres de nuestras modernas economía y estadística. Resulta ameno -quizá incluso demasiado: el autor se esfuerza por hacerse entender bien-, y plantea cuestiones para mí muy fascinantes; sobre todo las referidas a cómo narramos hacia detrás para darle al futuro un sentido del que carece. Este libro desprecia por completo los métodos adivinatorios de los "expertos" en bolsa; pero, curiosamente, su autor se ganó la vida (y con mucho éxito) como inversor y consejero financiero. Me acerqué a él con algo de recelo -desconfío bastante de un sistema de valores que se basa en cómo una panda de gente compre o venda barato o caro, según sientan que la cosa sube o baja-, pero me gustó bastante. Al margen de su vertiente económica, analiza el papel del azar, al incertidumbre, y la predicción en nuestras vidas y en la historia. Facilón, pero muy recomendable. Al menos creo que, si no lo has leído, a ti te va a interesar bastante.
3- Non Olet, de Rafael Sánchez Ferlosio. Este Premio Cervantes escribe de una manera muy compleja, sesuda, exacta e intrincada. Es arduo de leer, pero también se asoma a unos abismos de profundidad acojonantes. El título del ensayo se refiere a "la expresión que, presuntamente, utilizó el emperador romano Vespasiano en relación al dinero y en respuesta a su hijo Tito Livio, cuando éste le recriminaba el cobro de impuestos sobre el uso de los urinarios públicos". Tomó con sus manos un puñado de monedas, se lo puso a su hijo en las narices y le dijo: "Pero no huele" (non olet). Analiza, primero, cómo se fabricó el moderno consumismo, y se vendió después a la inversa. O sea: que si el consumo fue creado para que los empresarios vendieran sus productos, por inútiles que fueran éstos, la cosa se justificó como si la humanidad demandase desesperada esos mismos inútiles productos. Después, centrándose en una fábrica italiana de minas antipersona (!), y en cómo el personal que trabajaba en ésta no se sintió mal cuando un niño mutilado por sus minas fue a visitarlos (se justificaban diciendo "es nuestro trabajo, no tenemos la culpa de cómo se usen"), establece un paralelismo entre la manera española de explotar a los sudamericanos (estaban "justificados por Dios"), y otras formas de masacrar sin ser responsable por ello. Por último, creo recordar, describe cómo el ocio también se ha invertido: antaño, estar moreno era una mierda: machacaba la belleza natural de la piel, resultaba feo, y además indicaba que uno trabajaba en el campo. Cuando el ocio se empezó a usar para tomar el sol (como indicativo de que uno no trabajaba en una oficina), resultó que el sol era bueno y estético.
Lo creas o no, luego toma esos tres asuntos y les da unidad conceptual.
Densísimo, pero a veces te pasmas ante la profundidad y la genialidad de sus observaciones.
4- De Dios, de Agustín García Calvo. Cada vez me gusta más este hombre; es una máquina. Es lingüista, poeta y ensayista. Se le considera uno de los mayores expertos en Latín y griego antiguo del mundo. Ha traducido a Homero, a Lucrecio y a los presocráticos. Habla francés, alemán e inglés (ha traducido los sonetos de Shakespeare de la mejor manera que yo he leído jamás: rimando cada verso y a sílabas contadas, manteniendo el sentido casi original: con dos cojones), y ha traducido de esas lenguas varios libros. Publicó hace tres años un Tratado de Métrica de más de 1000 páginas, en donde analiza toooodas las versificaciones y tipos de ritmo habidos y por haber (empezando por los griegos y latinos, y siguiendo por los del hebreo antiguo). Últimamente anda liado con estudios sobre lógica matemática y física moderna; y es un filósofo político del anarquismo de tres pares de cojones.
En este libro analiza la presencia de Dios a lo largo de la historia. Entiende por "Dios" aquello que justifica y sostiene la realidad. Él sostiene que nadie sabe de verdad, ni lo sabrá, qué es La Realidad. La Realidad es misteriosa, está siempre presente, y siempre se escapa a cualquier idea defenitiva que tengamos de ella. De modo que el hombre va creando Absolutos. Eso no estaría mal del todo, si no fuear porque esos absolutos se llevan por delante la vida de millones de personas. Un ejemplo: los millones que murieron por aumentar o salvar el Imperio Romano. El Imperio cayó, y ellos murieron por "nada". La Iglesia: miles de mártires muertos por su causa. Hoy declina en comparación con el pasado. El comunismo: todos se apresuraron a implantarlo con revoluciones... los revolucionarios murieron por la Idea, y hoy el comunismo es pasado.
No se trata de que nadie haga nunca nada, sino de que toda fe en Dios (en justificar la Realidad) deviene en un Futuro que aún no existe. Y la gente es sacrificada en nombre de ese Futuro. Pero tú mismo puedes ver cómo casi nada de lo que uno espera para el futuro se cumple. Mucho menos los planes que incluyen a la Humanidad, a la que van asesinando siglo tras siglo en planes que cambian también con cada siglo. Como él mismo dice (y gran razón que lleva): "Jamás la falta de fe o el descreimiento han disparado una pistola, o dicho mentira alguna". En efecto, si uno no tiene fe en nada, ¿en nombre de qué va a matar por derecho a un prójimo?
El libro es bastante bestia; está razonado acojonantemente, y aunque es denso se entiende bien (este hombre tiene un gran estilo). Da cera a cualquier absoluto que se le ponga a tiro. Para que de un buen revolcón a las ideas es perfecto. Y además es admirable cómo va argumentando con suma lógica todo cuanto dice.
Te lo recomiendo.
5- El mito del eterno retorno, de Micea Eliade. Un clasicazo. El autor explica cómo piensan las civilizaciones o las culturas que basan su vida, no en una Historia lineal en la que pasan cosas, sino en mitos de repetición. Son culturas que conscientemente rehúyen las categorías históricas. Parece a primera vista una bobada, pero lo cierto es que nuestra vida apenas dura 100 años; y la Historia es, ne potencia, infinita. Si somos parte de la historia, significa que ya está hecha (porque, si lo que dentro de 100 años no ha ocurrido, ¿cómo vamos a formar parte de ello? Para formar parte tendremos que darla por ehcha); si no lo somos, lo seremos al morir (en nuestra muerte eterna, ya ni sabremos qué es la historia). Y el pasado, que es "nuestra historia", ya está concluido y cerrado. Entonces, ¿somos o no históricos? Ni lo uno ni lo otro. Mientras estemos vivos, ni tú ni yo somos historia. Estas sociedades renegaban de la historia en cuanto a ser una línea y se metían directos en la eternidad. Es sólo una manera distinta (de la nuestra) de romper con la contradicción: Histórico/no histórico.
...