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La Geología y las Obras Públicas. 02 de Junio de 2001
Introducción
Uno de los campos donde cada día está teniendo mayor aplicación la geología son las obras públicas, tales como presas, túneles, carreteras y todo tipo de construcciones.
Para la ejecución de estas obras y para su mantenimiento el reconocimiento geológico del terreno, tanto en superficie como en profundidad, es una labor previa indispensable en todas ellas, de cara a verificar la adecuación del lugar seleccionado, detectar eventuales problemas de cimentación y zonificar el territorio respecto a su protección, usos y aprovechamientos.
A través de la recopilación bibliográfica y de antecedentes en la zona (cartografía a diferentes escalas, publicaciones e informes, fotografía aérea), los estudios de campo (litologías y estructuras, columnas estratigráficas, dirección y buzamiento de las capas y discontinuidades, perfiles geológicos, etc.), las prospecciones del terreno (catas, sondeos, penetrómetros técnicas geofísicas, pruebas in situ), los ensayos de laboratorio (granulometría, límites de Attemberg, humedad natural, densidad seca, ensayos de contenido en sulfatos, ensayos de corte directo, compresión simple, triaxiales, etc.), se consigue determinar la naturaleza y propiedades del terreno como su resistencia, su porosidad, plasticidad, elasticidad, etc. Un factor fundamental es el grado y tipo de fracturación del terreno, especialmente la existencia de fallas.
Los principales riesgos geológicos para la construcción proceden de los terrenos deformables, como yesos y arcillas, o poco consistentes, como arenas y gravas sueltas. Tampoco hay que olvidar los terrenos colapsables, como las formaciones calcáreas y evaporíticas. Otros fenómenos a tener en cuenta son los posibles deslizamientos y corrimientos de tierras, las fallas, ya citadas, y los terrenos propensos a filtraciones de agua.
En las zonas de alta montaña ofrecen problemas los efectos de las heladas, la posibilidad de aludes de nieve y las coladas de barro y avalanchas de canchales, tras el deshielo.
En las regiones de clima árido merecen especial atención los cauces de ramblas y otros cursos torrenciales que, en una repentina avenida tras fuertes lluvias, pueden provocar inundaciones o arrastrar puentes y edificaciones.
El régimen de mareas, olas y corrientes litorales afecta mucho a los puertos marinos. En ciertos casos, la construcción de un malecón en un emplazamiento inadecuado puede hacer cambiar el régimen de corrientes, causando una fuerte erosión costera, que provoque la desaparición de playas y el relleno de los muelles.
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