It's alcohol casos a comportamientos inusuales en las personas

Una conducta sexual de riesgo se define como la exposición del individuo a una situación que pueda ocasionar daños en su salud o a la salud de otra persona a través de la posibilidad de contagio de una infección de transmisión sexual (ITS). Estas incluyen tener más de una pareja sexual, no utilizar protección durante el acto sexual, personas que consumen drogas ilícitas y comparten aguja, entre otras.

Los grupos etarios más susceptibles son a los adolescentes y adultos jóvenes, dato sustentado en el último informe sobre la epidemia de contagio con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) de las Naciones Unidas (ONUSIDA, 2016), según el cual casi la mitad de las nuevas infecciones se dan en jóvenes entre 15 y 24 años de edad. Son conocidos factores de riesgo la tendencia a la iniciación sexual a menor edad, un mayor promedio de parejas sexuales, una insuficiente información sobre sexualidad y sobre todo en la prevención de las ITS.

Se halla documentado que las conductas impulsivas, definidas como aquellas llevadas a cabo sin previa contemplación de las posibles consecuencias, se pueden ver asociadas a la incurrencia en conductas sexuales de riesgo, y con ello, un mayor riesgo de contagio de ITS.

El consumo de alcohol es un factor que predisponente en la mayoría de los casos a comportamientos inusuales en las personas, depende del grado de consumo y las propias tendencias que la persona en su estado etílico pueda desencadenar. La asociación entre el consumo de alcohol y la conducta sexual de riesgo, por ejemplo, Copper (2002) señala que nueve de cada diez jóvenes beben alcohol y ocho de cada diez ha tenido relaciones sexuales; siete de cada diez estudiantes han consumido alcohol y han tenido relaciones sexuales. Además cuatro de cada diez adolescentes han consumido alcohol en exceso y tres de cada diez han tenido actividad sexual con seis o más parejas sexuales, asimismo uno de cada diez ha realizado ambas conductas en la misma ocasión. El 32% de las personas infectadas con VIH presentan una historia de problemas con el consumo de alcohol. Los adolescentes que se iniciaron sexualmente, cerca del 19% (entre hombres y mujeres) reportaron haber consumido alcohol.

Un 49,1% de la población entre 16 a 65 años, ha consumido alcohol en el último mes con mayor prevalencia en varones, de acuerdo a datos obtenidos por el Observatorio Argentino de Drogas (OAD), en la población entre 16 a 24, el consumo oscila en 28,9%, mayor en varones (34,4% frente a 19,7% en mujeres).

Una alta impulsividad se ha relacionado con el inicio de consumo de alcohol a una corta edad, así mismo se ha asociado a la repetición de la conducta de consumo, lo que genera una adicción, la impulsividad ha sido una condición que se exacerba en la fase del consumo de alcohol y un factor que predispone y facilita la adquisición de la conducta adictiva

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