LA COMIDA CHATARRA Y SU IMPACTO NEGATIVO EN LA CALIDAD DE VIDA

“LA COMIDA CHATARRA Y SU IMPACTO NEGATIVO EN LA CALIDAD DE VIDA”

Introducción:

A través de los años, las formas de preparación de la comida han variado e incluso se puede considerar que evolucionaron, siendo ahora su modo de preparación más rápida para darle al cliente el beneficio de obtener comida deliciosa en un tiempo de preparación mucho menor al tradicional. Sin embargo, en los siguientes párrafos explicaré por qué este tipo de comida no debe ser consumida con frecuencia y significa un peligro para quienes lo hacen.

Desarrollo:

En primer lugar, su consumo está relacionado directamente con el deterioro de la salud. Los altos niveles de grasas saturadas en su composición son un agente mortífero para la salud arterial y, en consecuencia, para la circulación. Esto está relacionado directamente a un déficit de oxigenación en tejidos y órganos, como el cerebro, el corazón, el hígado; por ello, no es sorpresa que las personas que consumen comida chatarra a modo de dieta tengan mayor riesgo de padecer un infarto, accidente cerebrovascular o fallo renal agudo.

Un claro ejemplo de esta situación es la población estadounidense. Alrededor del 45% de la población consume diariamente comida rápida en los establecimientos populares, llenando sus organismos de una alta densidad calórica, grasas trans y sodio. En consecuencia, Estados Unidos representa la mayor proporción de personas obesas en el mundo, ocupando en solitario un 13%; mientras que otros países juntos, como India y China, ocupan el 15%.

Por otra parte, también debemos considerar el pobre contenido nutricional que tiene la comida chatarra. El déficit de aceites saludables como el omega 3 y 6, mismos que se encargan de la nutrición neuronal y aportan en el proceso de sinapsis, causa en la persona episodios de cansancio, fatiga e incluso pérdida de la memoria a edades cada vez más tempranas. Asimismo, las carnes ultraprocesadas y vegetales transgénicos tienen menor porcentaje proteico y fibroso, a comparación de la carne fresca y los vegetales producidos directamente por agricultores de la región.

Aunado a ello, debemos considerar datos alarmantes que nos brinda el Ministerio de Producción (PRODUCE) respecto al consumo de productos hidrobiológicos. Mientras que el consumo per cápita de alimentos como el pescado, mariscos o algas solo aumento en un 39% entre los años 2012 al 2021; el consumo de ultraprocesados, como las bebidas azucaradas-gasificadas, embutidos y comida rápida, aumentó en un 107%. Este incremento masivo debería llamar la atención de las instituciones gubernamentales porque estas cifras con insanas y significan un factor de riesgo para el deterioro de la salud de toda la población peruana.

Por último, otra razón por la que este tipo de comida no debería ser consumida con frecuencia, es la baja calidad de su preparación. A menudo se puede presenciar en los restaurantes de comida rápida la indignante y extensa cantidad de personas que acuden en un solo día a consumir sus “alimentos”. Debido a ello, la velocidad con la que el recurso humano tiene que atender es prácticamente inmediata, lo que deriva a la existencia de una gran cantidad de descuidos al preparar la comida; algunos no se lavan las manos, otros vuelven a recoger lo que cayó al piso e incluso llegan a utilizarse componentes en mal estado, camuflados bajo la apariencia de una comida “rápida y apetitosa”.

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