“LA MALA HORA”
Enviado por Carlos González • 9 de Marzo de 2016 • Informe • 536 Palabras (3 Páginas) • 353 Visitas
“LA MALA HORA”
Ya veníamos bajando de la sierra después de haber pasado toda la mañana bañándonos en el río, pero como nos quedamos jugando más tiempo que de costumbre tirándonos del peñazco se nos hizo tarde.
Por todo el camino, mi mamá venía regañándonos porque faltaba una hora de trayecto para llegar a la parada de buses y ya estaba oscureciendo.
En esas trochas por lo regular uno se encontraba con campesinos o arhuacos que nos ayudaban a orientarnos y hasta perros andariegos nos acompañaron en varias ocasiones pero esa tarde no había absolutamente nadie. Solo escuchábamos el crujir de las hojas de mango secas con nuestras pisadas y la corriente del río sollozando cada vez más lejos.
Para colmo de males, a mi hermano mayor se le ocurrió invitar a su amigo “Toño” al paseo que desde que nos salimos del río venía haciendo sonidos fantasmagóricos según para asustarnos – y claro- nos traía nerviosos a todos. Mi mamá que es la más supersticiosa del mundo con esos temas enseguida le dijo que cerrara la boca porque se nos iba aparecer lo que ella llamaba una ’mala hora. Enseguida Toño se quedó callado. Y todos aceleramos el paso al mismo tiempo porque se nos puso la piel como de gallina.
Ya Llebabamos varios metros montaña abajo Cuando derepnte en un cruce, se nos apareció en la mitad del camino una anciana vestida con un traje gris remendado, jugando a la ronda con un grupo grande de niños que no pasaban de los diez años.
Todos cantaban el mismo estribillo de una canción que todavía no se me olvida:
“somos los niños que venimos del cielo… los niños son buenos… los niños son buenos…
La mujer soltaba unas carcajadas macabras que parecían no venir de un cuerpo tan escuálido. Y lo más inusual de todo, que ni siquiera se inmutaban con nuestra presencia.
¿Serán pobladores aledaños?. – Pensé - Pero. ¿por qué a esa hora? y ¿Por qué no los escuchamos antes? ¿Acaso era una Broma?...o era un escarmiento de la Pachamama por las burlas de Toño.
Nunca lo supe, lo cierto fué que tuvimos que pasar uno por uno al filo del abismo para no tocarlos, mientras un atardecer escalofriante caía ante nuestras miradas aterradas.
Mi mamá nos agarró fuerte del brazo.
–No los miren a los ojos – nos decía en voz baja.
Debo Confesar, que esos fueron los segundos más largos de mi vida.
Cuando por fin los dejamos un poco más atrás, mi mamá seguía diciéndonos que por nada del mundo miráramos hacia atrás. Y así lo hicimos. Ella se puso a orar.
El resto del camino nos quedamos en silencio y como en estado de shock.
Cuando finalmente llegamos a la estación de buses nos dimos cuenta que faltaba Toño.
- ¡Toño no está con nosotros!
Gritó mi hermano mayor.
Finalmente mi mamá estalló en llanto:
- ¡Vieron, se los dije! – .
- ¡Eso fue la mala hora!.-
Desde esa noche nunca más volvimos a ver a Toño.
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