LA PERSPECTIVA Y CLÍNICA DE LA URGENCIA SUBJETIVA
Enviado por Andrea15548403 • 29 de Mayo de 2022 • Monografía • 1.100 Palabras (5 Páginas) • 92 Visitas
LA PERSPECTIVA Y CLÍNICA DE LA URGENCIA SUBJETIVA
INTRODUCCIÓN
La urgencia subjetiva no es en sí misma una urgencia analítica ya que traduce un momento de vacilación que no necesariamente apura al sujeto en el analista.
La urgencia subjetiva exige un trabajo del analista, por lo tanto, un pasaje de la urgencia a la urgencia subjetiva ya que no se produce sin la oferta del analista, sin la oferta de palabras. Podemos notar que en urgencia hay un corto circuito entre el instante para ver el evento y tiempo para entender este evento.
En un estado de urgencia, el sujeto se separa de la angustia y la perplejidad que le provoca una ruptura traumática en la cadena significante.
La urgencia subjetiva tiene el carácter de un acto, que es una apertura hacia el Otro: “nada en la urgencia deja de superarse a sí mismo en el habla”.
Este movimiento, que va contra la pasión de la ignorancia y parte de un pasaje al acto, es una urgencia decir. Entonces, la ansiedad del sujeto puede comenzar a calmarse.
Cuando surge una urgencia subjetiva para un paciente, éste inevitablemente testimonia algo insoportable.
El paciente ya no quiere soportar nada. Ya no puede soportar ni un exceso de un síntoma que lo atormenta, ni un encuentro insoportable, el paciente entonces recurre al psicólogo o más exactamente a alguien que sepa cómo liberarlo de un punto insoportable; es decir al sujeto supuesto saber.
El paciente coloca en una situación de emergencia que no es una emergencia. Le corresponde al psicólogo con la herramienta de la palabra, pasar de la urgencia subjetiva a la subjetivación de la urgencia.
En otras palabras, la primera entrevista es decisiva en el sentido de que será necesario tanto producir un efecto de apaciguamiento como involucrar al sujeto en un trabajo del inconsciente.
DESARROLLO
La urgencia irrumpe en el marco de la realidad y fragmenta el espacio-tiempo de las rutinas ordinarias, precipitando al sujeto a otra temporalidad señalada por la angustia. Pero a diferencia de la angustia, que borra la llamada al Otro, la urgencia subjetiva mantiene abierta esta petición al Otro
La expresión urgencia subjetiva puede ser considerado en tres momentos clínicos: el momento de precipitación que lleva al sujeto a la institución; el momento de recepción del caso en la institución; y el momento de la derivación para el tratamiento. Es decir, cuando se trata de la urgencia subjetiva debemos ser conscientes de estas variaciones de la expresión.
La urgencia surge en torno a las preguntas planteadas por Lacan en la apertura del Seminario sobre los escritos técnicos de Freud, es decir: en torno a tres modos distintos de pensar la alteridad y la contingencia, cuando decimos que algo es urgente, significa que no podemos dejarlo pasar para después.
En el caso de las preguntas planteadas por Lacan, son preguntas que no se puede posponerse y para el cual no hay una respuesta definitiva que dar.
Las respuestas tienen, por un lado, una cierta estructura y, por otro lado, incluyen una dimensión de invención, lo que nos lleva a considerar en este dispositivo la importancia del diagnóstico diferencial.
¿Cómo podemos definir una urgencia desde los conceptos psicoanalíticos? Podemos apelar a la angustia como la define Lacan: la angustia es una irrupción de lo real en lo simbólico y esto conduce a una urgencia, es decir, a la búsqueda de una respuesta a este encuentro que podemos llamar traumático.
Para Lacan, la urgencia está ligada al discurso. La urgencia subjetiva es lo que Lacan llama petición, cuando precipita a un sujeto a hacerse oír, a dirigirse a Otro.
La urgencia vivida es señal de un encuentro traumático con una realidad que a veces rompe todo impulso vital. Si la angustia borra la llamada al Otro, paraliza, la urgencia en cuanto a ella, mantiene la petición al Otro.
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