LOS DERECHOS HUMANOS DE LA MUJER Y EL ABORTO
Enviado por chemila • 10 de Julio de 2017 • Tesina • 5.347 Palabras (22 Páginas) • 270 Visitas
LOS DERECHOS HUMANOS DE LA MUJER Y EL ABORTO
Ilusión Velázquez
INDICE
- Introducción2
- Historia de la lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos de las Mujeres3
- El aborto y su relación con los Derechos Humanos6
- México y el aborto 10
- Conclusiones 19
- Fuentes 20
Introducción
Al hablar de Derechos Humanos hoy en día, es relacionar en forma inmediata los derechos de las mujeres y de los hombres, sin que quede duda alguna de que, la cuestión de derechos impacta a ambos géneros; no obstante eso no siempre fue así, y aun hoy en nuestro días las mujeres día a día lucha en lo individual y en lo colectivo por que se respeten, reconozcan y se diversifiquen sus derechos sin cuestionamiento alguno.
Así pues, mientras los hombres van por la calle sabiendo que, nadie puede intervenir en las decisiones que tomen sobre sus cuerpos, sus vidas, las mujeres se enfrentan a otra realidad diversas, aun y con el reconocimiento de derechos, las mujeres son cuestionadas al querer ejercer ciertos derechos, cuestionamientos que surgen de la sociedad, de la iglesia, de la familia e incluso del Estado.
Aunado a la presión social que tiene una mujer ante la toma de decisiones sobre su cuerpo, se encuentra la mujer, su salud, los riesgos, sus planes de vida, su propio ser cuestionando su decisión.
Abordar el tema de aborto a la luz de los derechos humanos, es vincular el derecho a decidir con el derecho a la vida, el derecho a la integridad física, el derecho a la salud, el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el derecho a la libertad, el derecho a la no discriminación, en resumidas cuentas, a preservar la dignidad de las mujeres, tal como lo veremos a lo largo del presente trabajo.
2. Breve reseña histórica de la lucha de las mujeres por el reconocimiento de sus Derechos Humanos.
Como bien sabemos la historia de los derechos humanos alcanza su mayor auge en la época de la Revolución Francesa por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, y que este fue el documento base para el reconocimiento de la libertad, la igualdad, libertad de opinión, de prensa y de conciencia, el derecho a la propiedad, la seguridad jurídica, entre otros.
Así pues, hombres y mujeres en la búsqueda de dignificar a los seres humanos emprendieron una la lucha la cual culminó con el reconocimiento de algunos de los derechos fundamentales de las personas. Mientras esto acontecía, paralelamente se encontraban las mujeres, no al margen de la esa lucha, sino que codo a codo, con los hombres fueron testigos pero participes de la revolución francesa, sin embargo, sus derechos no fueron reconocidos con el mismo alcance que los derechos de los hombres; ante esta sin razón, se escucharon voces de mujeres que disciplinadamente participativas en la lucha por el reconocimiento de las mujeres, se hicieron notar, dejando a su paso y a costa de su vida, los cimientos para el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres.
Marie Gouze conocida por su seudónimo Olympe de Gouges fue una de esas mujeres, que hoy en día conoceríamos como defensora de derechos humanos, ello debido a que luchó en favor de la abolición de la esclavitud, en particular realizó en ensayos relacionada con el derecho a la libertad sobre la raza negra.
Marie, una visionaria, redacta la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana (Déclaration des Droits de la Femme et de la Citoyenne) en la cual propuso la emancipación de la mujer en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones. Su labor como defensora e impulsora de los derechos de las minorías le costó la vida a Marie Gouze, siendo condenada a la Guillotina el 03 de noviembre de 1793.
Para 1889, Clara Zetkin de nacionalidad alemana, durante el Congreso fundador de la Segunda Internacional Socialista celebrada en París, pronuncia un discurso sobre los problemas de la mujer, en donde defendió el derecho de la mujer al trabajo, la protección de las madres y los niños y también la participación amplia de la mujer en el desarrollo de los acontecimientos nacionales e internacionales.
El 8 de marzo de 1908, se produjo un incendio en una fábrica textil en Nueva York, donde más de 130 mujeres obreras se habían encerrado para reclamar iguales derechos laborales que los hombres, fecha que se tomó para la celebración del día internacional de la mujer.
El 23 de febrero 1917, en plena guerra, las mujeres de San Petersburgo, contrariando las órdenes de las dirigencias de los partidos, realizan una manifestación pidiendo pan y el regreso de los combatientes es considerada por algunas historiadoras como el detonante de la Revolución Rusa. Cuatro días más tarde, el Zar abdica y el Gobierno Provisional otorga a las mujeres el derecho al voto.
En nuestro país se tiene antecedente de que en el año 1935 mujeres del Partido Nacional Revolucionario (PNR, hoy PRI) y del Partido Comunista celebran el Día Internacional de la Mujer.
Para 1945 en Inglaterra bajo la presidencia de Lady Megan Lloyd George, delegadas de 20 países se reúnen en el Albert Hall de Londres, para aprobar el proyecto de Carta de la Mujer a ser presentada en la Conferencia de las Naciones Unidas en San Francisco.
En febrero de 1947, poco después de la creación de las Naciones Unidas, se reunió por primera vez en Lake Success, Nueva York la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, dependiente de la Secretaría de las Naciones Unidas.
En los primeros años de su nacimiento, la Comisión se centró en establecer normas y formular convenciones internacionales que cambiaran las leyes discriminatorias y aumentaran la sensibilización mundial sobre las cuestiones de la mujer. En sus aportaciones a la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos en la que se logró incorporar un lenguaje nuevo y más inclusivo, suprimiendo la palabra hombre como sinónimo de humanidad.
Esa Comisión elaboró las primeras convenciones internacionales sobre los derechos de la mujer, como la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer de 1953, la Convención sobre la Nacionalidad de la Mujer Casada de 1957 y la Convención sobre el consentimiento para el matrimonio, la edad mínima para contraer matrimonio y el registro de los matrimonios de 1962. En suma de ello, contribuyó al trabajo realizado por Naciones Unidas, en el Convenio relativo a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor de la Organización Internacional del Trabajo (1951), en el que se consagra el principio de igual salario por trabajo igual.
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