La Corporeidad Como Base Del Aprendizaje

La corporeidad puede definirse como un ímpetu natural que llena de vida, de movimiento, que le da esencia al cuerpo, le brinda una identidad personal. Y ¿Qué pasaría si los humanos no tuvieran cuerpo?, ¿existirían realmente? ¿Podría existir corporeidad? A lo mejor serian imágenes traslucidas, ocuparían menos espacio en la intensidad del universo pero indudablemente su existencia carecería de significado, estarían privados de poseer sentidos, lo que les dificultaría de gran manera adquirir conocimientos, y enfrentarse directamente con una realidad objetiva.

La corporeidad es la manifestación visible de lo invisible en el ser humano. El cuerpo y el alma se manifiestan a través de la corporeidad, es fruto de la experiencia propia y se construye a través de la experiencia sensible del cuerpo, al mundo y a los otros. El cuerpo no puede verse como un objeto a ser entrenado o modelado, sino como el mediador que le permite ser en sí mismo.

El cuerpo propio es algo más que una causa, algo más que un objeto a ser estudiado por la ciencia, sino que es también una condición permanente de la existencia. El saber corpóreo implica aprender con otros en contexto. Atrapados en lo cotidiano no percibimos nuestra realidad compleja, ciegos a ella colocamos la racionalidad como elemento básico de la comunicación. Razonando, competimos, nos aislamos y actuamos desde el miedo de fluir en la convivencia.

Es conveniente tener claro que el concepto de cuerpo es muy diferente al de corporeidad. Sin embargo la persona se manifiesta con su cuerpo, cuando morimos se acaba nuestra corporeidad y el cuerpo queda resumido en algo simplemente material e inerte.

El cuerpo contiene ciertas particularidades que le permite ser único y diferente de otros, facilita de gran modo el reconocimiento propio dentro de la realidad frente a otros.

Considerando que el esquema corporal es el conocimiento de su cuerpo, a lo largo de su evolución psicomotriz, es decir, la imagen que el niño se forma de su propio cuerpo se elabora a partir de múltiples informaciones sensoriales de orden interno y externo que este percibe.

En un primer momento, los niños experimentan sensaciones a partir de la piel o el tacto, esto dará paso a las sensaciones exteroceptivas, pues descubrirá sus manos como parte de sí mismo y como nexo entre el mundo exterior y su mundo interno. Las manos no sólo son parte de su cuerpo sino instrumentos de exploración. Posteriormente irá descubriendo otras partes de su cuerpo, como sus pies y poco a poco los irá incorporando a su esquema corporal. Es importante utilizar diversas estrategias para lograr el reconocimiento del esquema corporal y esto debe darse a temprana edad ya que mientras mas rápido el niño conozca su cuerpo y reconozca el de los demás su desarrollo cognitivo y psicomotor será mas rápido.

El papel de la escuela en la corporeidad se reflejó los

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