La Donacion De Organos A Favor

Los casos de dos niños que con urgencia han requerido de trasplantes, uno de corazón -aún no concluido- y otro hepático, han conmocionado al país en los últimos días y han renovado en la discusión el problema de la donación de órganos. Es una cuestión compleja de manejar, tanto en la función de las autoridades como en la percepción de la opinión pública, debido a los componentes emocionales y subjetivos asociados a estos cuadros límite entre la vida y la muerte, más aun si se trata de menores de edad.

El rol que desempeñan los medios de comunicación, aunque clave en la sensibilización de la población, también contiene un lado menos amable: el riesgo de la manipulación de los sentimientos y la precipitación. Lo ocurrido en Talca, con la filtración de una gestión -que terminó frustrada- para conseguir un corazón, debe ser útil como una advertencia acerca de la responsabilidad de la prensa. El propio presidente del Colegio de Periodistas, Abraham Santibáñez, ha hecho un llamado en esta dirección, interpelación que desde luego tiene que extenderse a autoridades intermedias y nacionales de salud. El padre del niño Felipe Cruzat ha sido, en el marco de su dolor personal, el más racional al sostener que tras la entrega de un órgano debe expresarse un gesto de amor y nunca una cadena de presiones. Su prudente actitud apunta al nudo del asunto. Es necesario extender la conciencia en la ciudadanía acerca del trasplante como una forma de solidaridad. Corresponde hacerlo con políticas generadas en el Estado y en la sociedad civil.

Con todo, la clase política -o dirigente- tiene obligaciones propias. En este contexto, el ministro de Salud, Álvaro Erazo, anunció que el Gobierno está dispuesto a poner urgencia a un proyecto que establece la categoría de donante universal, modificando la actual lógica de la legislación. Es decir, la norma en estudio apunta a que todas las personas sean donantes y que la manifestación

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