La Mosca
Enviado por 199222 • 27 de Noviembre de 2013 • Tesis • 2.256 Palabras (10 Páginas) • 265 Visitas
ARTÍCULOS (ARCHIVO)
Introducción a las garrapatas (I): consideraciones generales
Última actualización 06/11/2012@12:17:20 GMT+1
Bajo una perspectiva global, las garrapatas son el grupo de artrópodos de mayor importancia de aquellos que afectan a la salud animal. Los efectos nocivos provienen de la ingestión de sangre así como de la transmisión de agentes patógenos que, en ocasiones, también tienen implicaciones en la salud pública.
Agustín Estrada Peña
Universidad de Zaragoza
Imágenes cedidas por el autor
Las garrapatas son parásitos obligados, es decir, deben encontrar un hospedador como sustento e ingerir su sangre (figura 1). Se conocen dos grandes agrupaciones taxonómicas, las llamadas “duras” (o ixódidos) y las conocidas como “blandas” (o argásidos) en razón de su armazón quitinoso o por su cutícula flexible, respectivamente, lo que permite una rápida identificación visual en ambos grupos.
Figura 1. Perro con garrapatas.
Anatomía
La estructura del cuerpo de las garrapatas es semejante a la de los arácnidos, con quienes comparten un indudable parentesco. Su cuerpo es redondeado y en él se encuentran todos los órganos. No existe un abdomen segmentado, como en el caso de los insectos. La porción anterior, visible casi siempre a simple vista y que suele confundirse con la cabeza es, en realidad, el aparato bucal compuesto por varias piezas destinadas a perforar la piel y formar la cavidad subcutánea a partir de la cual tomarán su alimento.
Las garrapatas duras (ixódidos) tienen una placa esclerotizada en la superficie dorsal de su cuerpo, el escudo. En los machos, este escudo ocupa toda la porción dorsal, mientras que en las hembras y en los estadios inmaduros, se aprecia solamente en la porción anterior. Ello es debido a las copiosas ingestas de sangre que verifican estos estadios; sin un cuerpo flexible –libre de la quitinización del escudo–, no podrían alcanzar la elasticidad y el grado de repleción necesarios para acometer las siguientes fases de muda o puesta de huevos. Los ixódidos permanecen varios días fijados a sus hospedadores; se trata pues de comedores lentos, que requieren varios días para completar su alimentación.
Las garrapatas tienen tres fases en el desarrollo de su ciclo vital, llamadas larva, ninfa y adulto. Estos últimos tienen diferenciación sexual. Como se ha mencionado, todas las fases necesitan la ingestión de sangre para poder verificar la metamorfosis hasta el siguiente estadio.
Condiciones ambientales
Las garrapatas se reproducen por huevos. Tras ingerir sangre, la hembra es fecundada y se desprende del hospedador. Después, busca un entorno adecuado y pone algunos miles de huevos. Gracias a la combinación de una temperatura media por encima de cierto umbral y de la alta humedad relativa, las larvas eclosionan de estos huevos. Este comportamiento se observa también tras la ingestión de sangre por parte de larvas y ninfas, fases que precisan mudar al siguiente estadio.
La supervivencia de estos parásitos es un hecho de particular interés. En las zonas de clima templado, el ciclo suele durar un año natural, aproximadamente. Esto significa que, desde que una hembra verifica la puesta de huevos hasta que su descendencia se encuentra en el mismo proceso, ha transcurrido un año natural, como sucede en nuestro país. Sin embargo, en áreas más septentrionales, el ciclo puede durar hasta tres años debido a las bajas temperaturas reinantes. Ello es debido a la termodependencia de todas las fases de muda o de puesta: cuanto mayor es la temperatura, hasta un cierto límite óptimo marcado por la fisiología de la garrapata, más rápidamente se desarrolla la fase en cuestión.
Buscando hospedador
Mientras no están sobre un hospedador, las garrapatas son altamente dependientes de las condiciones existentes en el ambiente: una baja humedad relativa y una temperatura alta, hacen que pierdan agua y la mortalidad sea alta. Por ello, las garrapatas también son más abundantes en diferentes entornos que aseguran que las condiciones climáticas en el suelo son las adecuadas para su supervivencia.
En cada una de las fases parasitarias, la garrapata percibe una combinación adecuada de factores, como la temperatura, la humedad y el fotoperiodo y se encarama a la porción más alta de la vegetación circundante en donde efectuaron la muda, permaneciendo en un estado de búsqueda activa de hospedador. El encuentro con el hospedador es un hecho meramente pasivo: las garrapatas no ”alcanzan” a su hospedador yendo a su encuentro, ni lo persiguen activamente por la vegetación, sino que se encaraman a él tras arrastrarlas desde su posición en la fronda.
En algunas especies, las larvas y las ninfas utilizan algunos hospedadores silvestres para su nutrición. En estas circunstancias, tales animales silvestres son reservorios de las garrapatas y de las infecciones que pueden transmitir. Normalmente, los roedores o las aves suelen ser los hospedadores silvestres escogidos para su parasitismo. Además, las aves migratorias introducen un nuevo componente pues son capaces de introducir los parásitos en zonas en las que normalmente no son habituales. Sin embargo, otras especies utilizan exclusivamente a los animales domésticos como hospedadores, sirviendo éstos como fuente de sangre para cada una de las fases del ciclo vital del artrópodo.
La garrapata común del perro
Rhipicephalus sanguineus, conocida comúnmente como la garrapata de las perreras o la garrapata común del perro (figura 2), es un ejemplo de la “globalización parasitaria”, debido a su ubicuidad, que se ha visto obviamente facilitada por la dispersión del perro, su hospedador principal. Su ciclo de vida, la ecología de sus estadios fuera del hospedador, su comportamiento alimentario y su adaptabilidad a las condiciones ambientales, junto con su capacidad para transmitir varios agentes patógenos, hacen que sea uno de los vectores más importantes de agentes con importancia médica y veterinaria.
Figura 2. Rhipicephalus.
R. sanguineus es una garrapata de tres hospedadores, es decir, cada uno de sus estadios (larva, ninfa y adulto) se alimenta sobre uno diferente. Aunque normalmente se asocia con los perros, puede parasitar eventualmente a otros hospedadores, incluyendo la especie humana. Esta garrapata se encuentra prácticamente en cualquier lugar del mundo donde existan perros, pero es más común y abundante en regiones con clima templado y húmedo, en las que puede completar hasta dos y tres ciclos en un solo año.
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