La Piel es un Organo Viviente
Enviado por jenyyy • 24 de Octubre de 2012 • Ensayo • 2.147 Palabras (9 Páginas) • 416 Visitas
1. LA PIEL
Piel, en anatomía, es la parte del organismo que protege y cubre la superficie del cuerpo y se une, sin fisuras, con las membranas mucosas de los distintos canales (por ejemplo, el canal alimenticio) en los distintos orificios corporales. La piel forma una barrera protectora contra la acción de agentes físicos, químicos o bacterianos sobre tejidos más profundos, y contiene órganos especiales que suelen agruparse para detectar las distintas sensaciones, como el sentido del tacto, la temperatura y el dolor. Cumple un papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal gracias a la acción de las glándulas sudoríparas y de los capilares sanguíneos. En la regulación de la temperatura corporal participan los 4,5 m de capilares sanguíneos contenidos en cada 6,5 cm2 de piel.
La piel es un órgano viviente, el más grande del cuerpo (pesa entre 1'8 y 2'7 kilogramos), que cambia constantemente, respira y necesita ser cuidado y atendido toda la vida. Es la mediadora entre la parte interna y externa del cuerpo y está constituida por elementos básicos que se deben conocer para aprender a tratarla.
La piel está cubierta por una mezcla de sudor y de sebo, que es la película hidrolipídica que constituye la primera barrera defensiva contra las agresiones externas y fricciones exteriores al limitar el desarrollo de las bacterias gracias a su acidez. Esta fina emulsión también mantiene el grado de hidratación cutánea y le otorga a la piel su aspecto aterciopelado. La piel está constituida por tres capas esenciales:
La Epidermis, que es la capa superficial, la primera barrera de protección del organismo. Es visible, y por lo tanto es la que sufre mayor irritación y deterioro, sin embargo se regenera constantemente, aunque no se perciba, por medio de un proceso llamado descamación, en el cual, las células muertas y viejas se caen para dar lugar a las células nuevas. No posee vasos sanguíneos. Tiene entre sus funciones dos muy importantes: mantener la hidratación y la protección de la radiación solar, así, la piel trabaja todo el tiempo para defenderse del exterior. Está constituida por distintas capas de células perfectamente estratificadas y no contiene vasos sanguíneos.
La capa superficial, la capa córnea, está constituida por células que contienen queratina y que se eliminan continuamente al exfoliarse. Estas células han pasado por una maduración desde la capa más profunda de la epidermis hasta la más superficial. Va perdiendo su núcleo y volverse planas, formando finalmente capas finas que se descaman. Durante esta evolución de la célula va ascendiendo por la epidermis a través de diferentes estratos. Estos son: estrato Basal, estrato de Malpighio, estrato Granuloso, estrato Lúcido, y estrato Corneo. El espesor de la capa córnea varía según las distintas partes del cuerpo. La más gruesa es aquella que cubre la palma de las manos y la planta de los pies, debido a los roces y otros tipos de fricciones. En cambio, la piel que cubre las mucosas no contiene queratina y, por lo tanto, no tiene capa córnea.
La capa profunda de la epidermis, que está constituida por células germinativas, asegura la renovación continua de la capa córnea, después de la ascensión y de la maduración celular. Se requieren entre cuatro y seis semanas para que la epidermis se renueve en su totalidad. En la parte profunda de la epidermis, se encuentra igualmente otro tipo de células especializadas. Son los melanocitos. De ellas depende el color de la piel, ya que son las células que fabrican la melanina. Este pigmento se encuentra en mayor cantidad en las pieles oscuras que en las pieles claras.
6.1. CAPAS DE LA PIEL
La epidermis:
El espesor de esta región varía según el sitio estudiado, siendo más compleja y más gruesa en la planta del pie y en la palma de las manos, donde alcanza un espesor de 1,5 mm. Su epitelio es pluriestratificado (5 capas o estratos celulares) y está compuesto por láminas de keratina. Los keratinocitos son reemplazados por medio de la división (mitosis) de las células basales (regeneración). Esta capa de la piel también contiene células con pigmentos llamadas melanocitos, que son los que dan el color a la piel, células de Langerhans con funciones defensivas y células nerviosas con funciones hormonales (células de Merkel). No posee vasos sanguíneos.
La dermis:
Es la capa que se encuentra debajo de la epidermis, tiene un espesor de cuatro milímetros aproximadamente, y es la que da elasticidad y tersura a la piel. Contiene numerosos vasos capilares, sanguíneos y linfáticos que aportan nutrientes, receptores sensitivos, glándulas sebáceas, folículos pilosebáceos y glándulas sudoríparas que trabajan en conjunto.
La dermis es el tejido de sostén de la piel. Sus células especializadas, los fibroblastos, fabrican fibras de colágeno y de elastina. Las fibras de colágeno otorgan la firmeza y la resistencia de los tejidos al formar una trama densa organizada en haces. Las fibras de elastina, que son más finas, le dan a la piel su elasticidad. Progresivamente se vuelven rígidas y desaparecen aproximadamente después de los 45 años de edad. Estas fibras se encuentran en un gel rico en ácido hialurónico y formado también por mucopolisacáridos y ácido condroitinsulfúrico. Las fibras se presentan en forma de malla. Este ácido interviene en la hidratación de la piel al fijar moléculas de agua. La dermis contiene igualmente numerosos vasos sanguíneos que nutren la epidermis profunda y participan de la regulación térmica.
La hipodermis:
Es la capa más profunda de la piel, conocida también como tejido subcutáneo, que contiene numerosas células de grasa y está cubierta por una densa red de vasos sanguíneos, por lo tanto es la capa adiposa del organismo. Está conectada con los órganos profundos y compuesta por fibras, venas y adipocitos. Protege la piel de agresiones, pero también actúa como reserva de energía. Representa la reserva energética más importante del organismo gracias al almacenamiento y a la liberación de ácidos grasos.
Sus células grasas, los adipocitos, son células voluminosas. El núcleo aplanado de estas células está pegado en la periferia por una gota de lípido. Los adipocitos se distribuyen de manera distinta en la mujer y en el hombre. En las mujeres, los adipocitos predominan en la zona de los glúteos y de los muslos. En los hombres, se encuentran más bien en la zona abdominal. En la hipodermis, se encuentran las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos a los que están unidas las glándulas sebáceas.
La piel está conectada al sistema nervioso y a todas las emociones, es un órgano sensorial, por lo que todos los sentimientos
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