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La Sociedad ecuatoriana y su percepción de la economía


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  8.206 Palabras (33 Páginas)  •  313 Visitas

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I.- La Sociedad ecuatoriana y su percepción de la economía

1.1.- Una falsa felicidad. Durante los últimos 8 años, hasta que se dio la caída del precio del petróleo, la sociedad ecuatoriana en su conjunto, vivió bajo un modelo económico que produjo  en  todos los sectores de la misma una sensación de felicidad y bienestar, la cual, lamentablemente, estuvo acompañada por una grave negación de la realidad sobre la cual el país estaba caminando.  

Podríamos decir que todos los estratos sociales cayeron en la negación típica del adicto.  Cualquier adicción tiene como principal problema para su víctima la negación.  El adicto cree que todo está bien, que él no tiene un problema, que en cualquier momento puede cortar su adicción.  Esa decir, se niega a ver la realidad.

En diversas maneras, cada uno de los estamentos de la sociedad ecuatoriana vivió este problema de la negación. Los sectores populares del Ecuador han sido sometidos a la adicción de los subsidios, que ciertamente producen una sensación de bienestar.

Las clases medias fueron seducidas por la estabilidad que genera la dolarización, y tuvieron acceso más que nunca antes en la historia a un volumen masivo de crédito, a capacidades de consumo que antes eran imposibles de tener. Por ello, aumentó considerablemente el número de vehículos, el número de dueños de vivienda.  Fue posible en este período de nuestra historia que las clases medias cambiaran una refrigeradora con mucho más frecuencia que antes, o cualesquiera otros electrodomésticos, que el nivel de consumo aumentara en general.

Las clases empresariales vieron cómo sus empresas producían  fáciles utilidades que se multiplicaban sin gran esfuerzo, sin un compromiso con la productividad y la eficiencia, elementos que son tan indispensables en la dolarización y que fueron ignorados y olvidados. Fue todo un período en que las empresas se movían por la inercia de un gasto público que crecía aceleradamente, y los inyectaba toda la economía.

Como resultado de todos estos factores, la  sociedad ecuatoriana a todo nivel se adormeció.  Se generaron esas adicciones, y los sectores sociales y empresariales, como todo adicto, se negaron  a entender la realidad.

Esa realidad era que el modelo que producía ese bienestar, la “droga” que le daba a todos esos sectores la sensación de bonanza y felicidad, era un modelo económico que inyectaba gran cantidad de recursos provenientes del más alto precio histórico del petróleo en términos reales del cual la economía ecuatoriana haya gozado desde el inicio de la exportación de crudo en 1972. No era un modelo de eficiencia, de productividad, de uso racional de los recursos. Era un modelo en el cual casi podríamos decir que el Ecuador se transformó en un gran “lavador de dólares”. Toda la sociedad lo hizo.  Venían los dólares fáciles de ese alto precio y se los gastaba, sea en inversiones o en consumo.  El Ecuador, más que política económica, tuvo una simple decisión de asignación de gastos.

Con esa placentera sensación de bienestar, no era fácil que la gente dijera o pensase que algo andaba mal, que podía estarse gestando una situación de riesgo, que en realidad pudiera estar la economía dirigiéndose a un punto de gran desequilibrio que finalmente afectaría a todos con una realidad mucho más negativa que las sensaciones positivas y de felicidad que se estaban recibiendo en la bonanza.

El modelo económico de estos últimos años no solamente que  se ha agotado, sino que  en forma abrupta, y dramática, está llevándonos a un punto en el cual, de no actuarse en forma rápida, urgente y radical, las consecuencias del desequilibrio macroeconómico en lo social, en lo político y en todos los ámbitos de la sociedad ecuatoriana, pueden alcanzar ribetes insospechados, imposibles siquiera de imaginar hace muy poco tiempo.

Más grave todavía, como veremos más adelante en este ensayo, el sistema monetario y cambiario ecuatoriano, que es la dolarización, nunca fue compatible con las políticas económicas que se han seguido en el Ecuador de los últimos años.  Lo que se ha hecho en materia de política económica ha apuntado, lamentablemente, a debilitar ese sistema monetario-cambiario; de ahí que se vuelva tan imperativo el entender  por qué esas políticas aplicadas no han sido correctas, y buscar urgentemente los correctivos,  para proteger la dolarización y la estabilidad de la economía ecuatoriana.

1.2 Las percepciones han cambiado.  Hoy es evidente para toda la sociedad ecuatoriana que la crisis es sumamente grave.  Ante ella, el gobierno no ha dado muestras de tomar el toro por los cuernos, no ha producido el tipo de políticas que, trascendiendo los aspectos ideológicos como es indispensable en estas circunstancias, dé el viraje de rumbo tan necesario para salvar el equilibrio macroeconómico.

De otra parte  el congreso, y hay que reconocerlo muy penosamente, no es un espacio de discusión para los grandes problemas económicos del país, pues no se presentan soluciones ni se realizan los análisis de estos temas. En los sectores de la oposición tampoco se han presentado alternativas completas para resolver la crisis.

[pic 1]Por ello, el CESDE presenta este trabajo, en el cual realizaremos un análisis de las causas que nos han llevado a este problema, y las soluciones que creemos adecuadas para salir del atolladero.Con firmeza indicamos que no es momento de jugar a la política.  Tenemos que concentrarnos todos los ecuatorianos en solucionar el problema económico, para lo cual tenemos muy poco tiempo,  pues de no hacerlo,  viviremos épocas que no querremos recordar después.

La ciudadanía con mucha percepción de las realidades presentes e intuición de las futuras,  ya se ha dado cuenta de todo esto.  Ya hay conciencia de la crisis, y de su potencial efecto sobre la estabilidad y bienestar de la gente. La mejor prueba es el Indice de Confianza del Consumidor, presentado en el cuadro anterior. Este indicador lo elabora el Banco Central del Ecuador en base a dos componentes: EL ISP, que mide la percepción de los hogares y cómo se sienten respecto del mes anterior, y el IDE que mide más bien las expectativas futuras. Ambos índices han venido cayendo, y el índice final que es del de confianza del consumidor es menor en 5.5 puntos al mes de Julio del 2015 de lo  que era a Julio del año pasado.  Seguramente este indicador continuará deteriorándose.

II.- EL PETROLEO: DETONANTE Y NO CAUSANTE PRINCIPAL

2.1 El problema de un mal diagnóstico.  Es muy grave en cualquier situación de la vida y por supuesto en materia de política económica, el realizar un mal diagnóstico de las causas o de la naturaleza de un problema económico.  Un mal diagnóstico lleva, invariablemente, a una mala receta, a un tratamiento equivocado, a medidas erradas.  En ciertos casos, y el que vive el Ecuador en los momentos actuales es uno de esos casos, un mal diagnóstico puede tener consecuencias fatales.

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