La Zabila
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Contenido:
• Exposición de Motivos.
• Metas Macroeconómicas y Macrosociales.
• Objetivos Históricos, Nacionales, Estratégicos y
Generales.
• Políticas y Programas.
Exposición de Motivos
El Plan de la Patria:
Legado y testamento político
del Comandante Hugo Chávez
a. De la Agenda Alternativa Bolivariana al Proyecto
Nacional Simón Bolívar.
El 22 de julio de 1996, el Comandante Hugo Chávez
dio a conocer al país un documento de enorme impor-
tancia política, la Agenda Alternativa Bolivariana, al cual
definió, en sus propias palabras, como “un arma para
la contraofensiva total” elaborada desde “un enfoque
humanístico, integral, holístico y ecológico”.
Se trataba de la respuesta revolucionaria a la aplica-
ción del paquete de medidas económicas de corte neo-
liberal bautizado como “Agenda Venezuela”, en marcha
desde abril de 1996, el cual no podría ser considerado
un plan o programa, pues consistió básicamente en una
lista o “agenda” de exigencias del Fondo Monetario In-
ternacional para conceder empréstitos al gobierno del
entonces presidente Rafael Caldera.
Estas medidas vinieron a ser una enmienda sin disi-
mulo a los postulados del IX Plan de Desarrollo de la Na-
ción 1995-1999, bautizado por sus autores como “Un
proyecto de país”, toda vez que presumían de haber
logrado un planteamiento que reconstruía el consenso
societal deshecho tras la aparatosa crisis social y políti-
ca heredada del período constitucional inmediatamente
precedente.
Pero a partir de esta abjuración, la segunda admi-
nistración de Caldera terminó coincidiendo, mutatis
mutandi, con los postulados del universalmente recha-
zado VIII Plan de Desarrollo de la Nación 1989-1993,
bautizado –no sin cierta ironía histórica– como “El gran
viraje”, cuyo fundamentalismo de mercado logró el pa-
radójico mérito de acicatear el encadenamiento de to-
das las aristas posibles de la crisis generalizada en la
cual se sumergía el país desde los años 80, la económi-
ca, la social, la política y la militar, pues lejos de revertir,
contener o diluir las demandas de la sociedad, las acre-
centó, desatando en consecuencia uno de los períodos
más difíciles de la historia democrática venezolana.
En esta etapa, decía el Comandante Chávez, “el vie-
jo modelo, sin embargo, se resiste a morir. A través de
sus pensadores, escritores y argumentadores de todo
género, trata desde hace varios años de esconder su
realidad, elaborando y presentando planes o proyectos
de ‘estabilización’ y de ‘ajustes’, según los cuales bas-
tarían unas cuantas medidas monetaristas y fiscalistas,
además de las ‘incómodas pero necesarias políticas so-
ciales’, para ‘superar’ la crisis”.
De allí la necesidad del Comandante Eterno de pre-
sentar al país una visión que divergiera de ese falso
consenso que a fin de cuentas no hacía más que reco-
ger el “Consenso de Washington”, aquella fatídica lista
de diez políticas originalmente formuladas por el eco-
nomista británico John Williamson, la cual fue adoptada
como un dogma de fe por los organismos financieros
internacionales, y que posteriormente fue impuesto a
sangre y fuego en los países del llamado tercer mundo,
tras el fin de la Guerra Fría.
Así, la Agenda Alternativa Bolivariana viene a ser la
piedra fundacional de una nueva manera de entender
la planificación pública venezolana, tras cincuenta y
cinco años de tradición academicista, desde la promul-
gación del Plan Cuatrienal de obras públicas (1942-
1946) del Gobierno de Isaías Medina Angarita, pasando
por la adopción de los nueve planes que discurrieron
entre el Primer Plan de la Nación (1960-1964) y el ya
mencionado IX Plan de la Nación (1995-1999), carac-
terizada por un enfoque exclusivamente economicista
del desarrollo.
En sus poco más de cinco mil palabras, recogidas
en apenas veintitrés cuartillas, el estadista en gestación
que era para entonces el Teniente Coronel Hugo Chávez
supo plasmar la ruta que proponía seguir al país para el
siguiente cuarto de siglo, lo que en estricta técnica de
planificación se considera ‘el largo plazo’.
Pero esta Agenda Alternativa no fue producto de un
momento de inspiración, ni de un arrebato de geniali-
dad. En palabras del propio Comandante Chávez: “No-
sotros no venimos de la nada. Nosotros sí tenemos un
proyecto (…) Nosotros habíamos elaborado antes del
4 de febrero un muy modesto documento, lo llamamos
el ´Libro Azul´. Soñadores, éramos soñadores. Muy var-
savskyano. Y ahí colocamos, primero la satisfacción de
las necesidades sociales, humanas, para definir el obje-
tivo nacional, el Proyecto Nacional. Esto es un Proyecto
Nacional, esto va más allá de ser un simple programa
de gobierno (…) Nuestro programa de gobierno 2013-
2019 se inscribe dentro de la visión de largo plazo, que
viene ya desde hace varios años y se proyecta hacia el
horizonte futuro: el Proyecto Nacional Simón Bolívar, un
proyecto de largo alcance, de largo aliento (…) Enton-
ces, el Libro Azul, del 4F; un documento que sacamos
en Yare nosotros, que se llama ´Cómo salir del labe-
rinto´, eso también es un insumo para este Proyecto;
la Agenda Alternativa Bolivariana, de 1996; y luego el
Primer Plan Socialista. Nosotros no estamos partiendo
de la nada. Nosotros no estamos partiendo de la nada,
tenemos un proyecto que está en el poder”.
Así, el Libro Azul vendría a trazar la ruta política de
la Venezuela de las siguientes dos décadas: “El Proyec-
to Nacional Simón Bolívar propone la fijación de un hori-
zonte de tiempo máximo de veinte años, a partir del co-
mienzo de las acciones transformadoras de la situación
inicial, para que los actores y las acciones se ubiquen
en el objetivo estratégico”.
Este horizonte ya estaba dibujado claramente en el
apartado sobre
...