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La actitud científica como estilo de vida


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2021  •  Ensayo  •  6.425 Palabras (26 Páginas)  •  178 Visitas

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LA ACTITUD CIENTIFICA COMO ESTILO DE VIDA

Las circunstancias de nuestro trabajo profesional pueden determinar la necesidad de realizar una mayor o menor cantidad de investigaciones, pueden exigirnos un mayor o menor nivel técnico-científico, pero de lo que no podemos eximirnos nunca es de asumir una actitud científica, como actitud presente en todas las manifestaciones de nuestra vida y como antesala para aprender a vivir con sabiduría.

Este capítulo difiere del resto del libro; no se trata tanto de adquirir conocimientos, como de sensibilizar para asumir una actitud vital que se deriva de la insaciable búsqueda de verdad y de la permanente problematización de la realidad. Cinco grandes cuestiones ponemos a consideración:

1. La esencia de la actitud científica: búsqueda de la verdad y curiosidad    insaciable

2. Formas de ser que expresan una actitud científica

3. Obstáculos al desarrollo de una actitud científica

4. La ética de la investigaci6n

5. La actitud científica como proyecto y estilo de vida

Si el lector cuenta entre sus conocidos a algún eminente hombre de ciencia, acostumbrado a la más minuciosa precisión cuantitativa en los experimentos y a la más abstrusa habilidad en las deducciones de los mismos, sométalo a una pequeña prueba, que muy probablemente dará un resultado instructivo. Consúltele sobre partidos políticos, teología, impuestos, corredores de rentas, pretensiones de las clases trabajadoras y de otros temas de índole parecida, y es casi seguro que al poco tiempo habrá provocado una explosión y le oirá expresar opiniones nunca comprobadas con un dogmatismo que jamás desplegaría respecto a los resultados bien cimentados de sus experiencias de laboratorio.

Este ejemplo demuestra que la actitud científica es en cierto modo no natural en el hombre.

BERTRAND RUSSEL

Por todas estas razones -comenzando por las necesidades actuales de trabajo y el dominio de lo real, hasta llegar al dominio uno mismo, de la adquisición del método científico hasta la formación de la ética individual -la formación en el espíritu científico y en las ciencias aparece como una de las finalidades fundamentales de todo sistema educativo contemporáneo.

APRENDER A SER. UNESCO

1. La esencia de la actitud científica: búsqueda de la verdad y curiosidad insaciable

Una persona puede haber adquirido una buena formación teórica y una buena formación sobre métodos y técnicas de investigación social y, sin embargo, ciertas actitudes vitales y ciertas características de su personalidad pueden constituir un obstáculo para la investigación. De ahí la necesidad de asumir una actitud científica, no como forma de ser para cuando «se hace ciencia», sino como actitud vital en todas las circunstancias y momentos de la vida. Esto es lo que llamamos la actitud científica como estilo de vida.

¿Qué es y en qué consiste esta actitud científica?

En términos generales, puede definirse como la predisposici6n a «detenerse» frente a las cosas para tratar de desentrañarlas. El trabajo científico, en lo sustancial, consiste en formular problemas y tratar de resolver/os. Es lo que algunos llamarón «reflejo del investigador> y que Pavlov denominó reflejo « ¿Qué es esto? ». Este interrogar e interrogarse orienta y sensibiliza nuestra capacidad de detectar, de admirarse, de preguntar. < ¡Oh, la nefanda inercia mental, la inadmirabilidad de los ignorantes!» exclamaba Ramón y Cajal frente a aquellos que eran «incapaces de detenerse junto a las cosas, de admirarse y de interrogarlas» (1).

Ahora bien, esta capacidad de admiración e interpelación ante la realidad exige dos atributos esenciales: búsqueda de la verdad y curiosidad insaciable.

        Consagrarse a la búsqueda de la verdad es el punto de arranque desde el cual es posible asumir una actitud científica, o sea, es preguntarse y realizar el esfuerzo de resolver, con el máximo rigor, las cuestiones planteadas como problemas.

Quien no busca la verdad es porque se cree en posesi6n de ella, consecuentemente nada tiene que encontrar y nada tiene que aprender. Los «propietarios de la verdad absoluta» son unos necios en su seguridad, pues tienen la desgracia de ignorar la duda. Desde esa «instalación» es imposible el menor atisbo de actitud científica, que es, sobre todo, actitud de búsqueda. El científico -lo decía Claude Bernard en 1865- es el que pasa «de las verdades parciales a las verdades más generales, pero sin pretender jamás que se halla en posesión de la verdad absoluta» (2). El buscador de verdad solo se instala en la dinámica de la provisor edad, lo que quiere decir que es un buscador «desinstalado», Ya que sus conclusiones científicas siempre son relativas y nunca definitivas.

La curiosidad insaciable, en cuanto interrogaci6n permanente de la realidad, es el reverse de lo anterior. Ningún científico autentico, ningún investigador consciente de su labor puede decir que su búsqueda ha terminado. El científico es insaciable en su curiosidad, sabe que ante si tiene un océano inexplorado (*). No hay Límites para esa curiosidad, porque la verdad científica es dinámica y las verdades que se adquieren son parciales, siempre sujetas a corrección.

De ahí que la actitud de búsqueda y de curiosidad insaciable lleva a una permanente «tensión interrogativa», abierta a la duda y al reexamen de lo ya descubierto e interpelada por lo que no se conoce. El pensamiento científico, decía Bachelard, «es un libro activo, un libro a la vez audaz y prudente, un libro del que quisiéramos dar ya una nueva edición mejorada, refundida, reorganizada.

Se trata realmente del ser de un pensamiento en vías de crecimiento» (3). Por  eso, la actitud científica es la actitud del hombre que vive en un indagar afanoso, interpelado por una realidad a la que admira e interroga. Si un científico dijese: «hemos llegado a un término; ya sabemos todo lo que se puede saber sobre este punto», en ese momento dejaría de ser científico. El investigador es siempre un problematizador.

Búsqueda de la verdad y curiosidad insaciable conducen a una actitud existencial en la que la vida y la ciencia no se separan. Ambas cosas no sólo no deben disociarse, sino que cada una ha de servir para enriquecer a la otra, teniendo en cuenta que la vida es una totalidad y la ciencia un aspecto de esa totalidad. El núcleo de lo que nosotros queremos expresar en este capítulo es lo siguiente: el que asume una actitud científica tiene un determinado modo de existir, esto es, de estar presente en el mundo y de acercarse a la realidad.

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