La alimentación y el acne
Enviado por jenifer rios • 24 de Noviembre de 2018 • Ensayo • 2.589 Palabras (11 Páginas) • 166 Visitas
La relación entre el acné y la alimentación.
Comenzaré hablando sobre la razón por la cual elegí investigar acerca de este tema más allá de los mitos que he escuchado, pues el acné siempre me ha resultado un tema de interés debido a que he vivido con él durante 6 años, he intentado de todo, he seguido recomendaciones de expertos, de amigos, de videos. He escuchado sobre el chocolate, las grasas, la importancia de tomar agua para liberar toxinas; que los lácteos, los cacahuates, entre otros alimentos que me encantan, provocan acné. Es por esto que estoy interesada en investigar en fuentes confiables la relación que existe entre la dieta y el acné, ya que como futura nutrióloga me gustaría también apoyar a otras personas que han sufrido de esto (que es muy común) y claro, ayudarme a mí misma mediante la alimentación, que estoy convencida de que es tan importante para nuestro interior como para nuestro exterior; aunque es curioso que algunas personas que llevan dietas pésima no tienen ni un grano, lo cual me lleva a tener un poco más de curiosidad. Algo que me parece importante mencionar es que ni en mi momento más sano, en el que de verdad consumía muchísimos vegetales y frutas, no consumía nada de grasa y tomaba demasiada agua, ni en ese momento noté ningún cambio muy drástico en mi acné. Sin embargo, últimamente he optado por disminuir mi consumo de lácteos, grasas saturadas y dulces, algunos de los alimentos que son relacionados con el acné; esto, de la mano de un tratamiento dermatológico; gracias a esto he logrado mejorar considerablemente mi acné. Aun así tengo un gran interés por saber la relación REAL de los alimentos con el tan molesto acné para ponerlo en práctica y compartirlo con otras personas. Ya que muchas veces creemos y somos capaces de hacer lo que sea con tal de notar resultados, el día de hoy investigaré en fuentes confiables para desmentir cualquier mito y tener información precisa, pues en mi experiencia, las personas con acné no nos damos a la tarea de hacer una investigación tan a fondo ni le damos la importancia que la alimentación merece. Puede ser que tengamos la solución en nuestros platos y no nos hemos dado cuenta. Soy consciente de que cada individuo es un mundo, de que nuestros organismos funcionan diferente y de que son diversos factores los que nos llevan a presentar acné. Después me gustaría hacer un estudio más completo sobre esta variedad de factores. Por el momento, en mi ensayo hablaré específicamente sobre la relación que tiene con los alimentos.
Para entrar en el tema, comencemos por definir el acné: Es una condición inflamatoria crónica. Afecta más comúnmente las áreas donde las glándulas sebáceas son más grandes y más abundantes, por ejemplo, la cara, el tronco anterior y la parte superior de la espalda (Simon, 2005). Ahora hablemos un poco de los tipos de acné que podemos identificar fácilmente: los comedones, también conocidos como puntos negros, que son poros dilatados con un tapón de queratina, caracterizan el acné leve. Las puntas blancas (pápulas pequeñas, de color crema, en forma de cúpula), pápulas rojas, pústulas o quistes se pueden encontrar con el acné moderado o grave. Me encontré con una frase que me pareció muy cierta, pues el acné forma gran parte de las inseguridades de la persona que vive con esta condición, la frase es la siguiente: “Las cicatrices, tanto las de la piel como las cicatrices emocionales, pueden durar toda la vida” (Oberemok, 2002a; Webster, 2002). Y yo considero que esta frase nos habla de que muchas veces las cicatrices físicas traen consigo cicatrices emocionales, por esto es importante prevenir el acné antes de, pues como me han explicado muchos dermatólogos: lo más difícil de todo es borrar las cicatrices.
Ahora vamos a observar un poco del panorama del acné en el mundo cuantitativamente. La siguiente información nos puede responder preguntas como: ¿Qué tan común es?, ¿será que sólo afecte a la población adolescente? Creo que con mirar a nuestro alrededor podríamos hacer un estimado, pero a continuación les presento algunos datos a partir de estudios: El acné vulgar es una afección cutánea común que afecta a alrededor del 85% de los adolescentes de todo el mundo y puede ser de moderada a grave en el 20% de los casos (Williams, 2012). Comúnmente continúa hasta la edad adulta, afectando al 64% de los que tienen 20 años y al 43% de los que tienen 30 años. También se habla de que la genética parece jugar un papel importante, ya que el 80% de los afectados tienen familiares cercanos con afecciones similares (Bhate, 2012). Siguiendo con el tema, es importante mencionar los factores principales que contribuyen a la formación del acné
1. Queratización de la unidad pilosebácea: la piel está formada por poros que contienen folículos pilosos que transportan sebo y queratina desde las células muertas hasta la superficie. Cuando el sebo y la queratina se bloquean debido a la proliferación aumentada y la descamación disminuida de los queratinocitos, se forma un microcomedo (y luego se convierte en comedones cerrados o abiertos). Esto podría estar influenciado por células inflamatorias. El folículo puede entonces romperse y también desencadenar la respuesta inflamatoria. (Tanghetti, 2013).
2. Mayor producción de sebo: durante la pubertad, la producción de sebo aumenta, en parte debido a los efectos del andrógeno en la piel. El andrógeno no solo es producido por las glándulas suprarrenales y las gónadas, sino también por las glándulas sebáceas de la piel. Un estudio que investigó a hombres con insensibilidad a los andrógenos encontró que no desarrollan sebo o acné (Imperato-McGinle, 1993). Este ambiente rico en lípidos de la unidad pilosebácea facilita la multiplicación de Propionibacterium acnes (P. acnes) y, por lo tanto, podría explicar el aumento de la formación de acné durante el período adolescente.
3. Colonización de la unidad sebácea con P. acnes: P. acnes es una bacteria anaerobia, gram positiva, que forma parte de la flora normal de la piel, pero puede haber diferentes formas patógenas de la bacteria que pueden inducir la respuesta inflamatoria. La naturaleza anaeróbica de los folículos sebáceos crea un ambiente donde estas bacterias pueden prosperar e influir en la respuesta inflamatoria.
4. Respuesta inflamatoria: se desconoce el mecanismo exacto, pero se cree que la presencia de P. acnes desencadena la cascada inflamatoria, incluidos los receptores tipo Toll, citoquinas, linfocitos e interleucinas, que causan una respuesta inflamatoria en la piel, formando Pápulas, pústulas y nódulos.
Una vez explicado el acné más a profundidad, así como algunos datos estadísticos y causas más comunes de este, entremos con lo que más nos interesa, su relación con la alimentación:
Si
...