La cadena productiva para la síntesis del amoníaco

La cadena productiva para la síntesis del amoníaco

A este importante proceso de las síntesis del amoníaco se dedicaron muchos científicos desde los albores del siglo XX cuando un químico alemán, Haber, logró resolver el problema. En 1813 se instaló en Oppau la primera Fábrica de amoníaco sintético, deben ser sometidos a temperatura y presión elevadas, en presencia de un catalizador.

Al procedimiento alemán siguió uno francés (Claude) y después, en Italia, uno debido a Fauser, que consiste en someter la mezcla de los dos gases, nitrógeno e hidrógeno, en una proporción volumétrica de 1 a 3 a 200 atmósferas de presión y a una temperatura cerca de 600°C, en presencia de un catalizador, como el hierro poroso activado por otros metales (molibdeno y aluminio).

Los dos elementos necesarios para llevar a cabo este proceso catalítico, son; el nitrógeno del aire líquido, y el hidrógeno por recuperación de los gases de los hornos de coque.

El amoniaco a la temperatura ordinaria es un gas. Se encuentra en la atmósfera en pequeñas cantidades, procedente de la putrefacción de las sustancias orgánicas y de las emanaciones de gases volcánicos. Es incoloro y tiene un olor intenso penetrante; irrita los órganos respiratorios y es tóxico por las alteraciones profundas que causa en la sangre. En 1785, el francés Berthollet demostró por primera vez que el amoníaco contiene nitrógeno e hidrógeno. Se licúa fácilmente y al evaporarse absorbe calor, por lo cual se emplea en la fabricación de hielo y en la industria de la refrigeración. Es bastante soluble en el agua; la solución Hidróxido de amonio, es alcalina.

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