La ciencia como objeto de estudio

La ciencia como objeto de estudio

La ciencia como objeto de estudio acepta  un enfoque multidisciplinario porque  es un tema que involucra a más de una disciplina científica:  Sociología de la Ciencia, teoría del conocimiento, Filosofía de la Ciencia, historia de la  ciencia, etc.

La Ciencia como forma particular del conocimiento tiene diversas características; entre otras: significa una operación de reconstrucción racional de la realidad: natural y/o social de la realidad. Es un conocimiento demostrable. Sus objetos de estudio son predominantemente fácticos (hechos, realidad empírica) no metafísicos. Por otra parte, la ciencia genera conocimientos que son comunicables y transmisibles socialmente.

Las conceptualizaciones de la ciencia se originan de la investigación científica y constituyen generalizaciones que asumen un carácter universalista; al menos en un contexto determinado. Las conceptualizaciones de la ciencia se expresan en categorías formales, hipótesis, teorías.

Los criterios de clasificación de la ciencia están determinados por la complejidad y diversidad de la realidad sea social o natural. Así tenemos que en el cuadro general de las ciencias tenemos ciencias sociales y naturales, ciencias puras o básicas y ciencias aplicadas, ciencias fácticas propiamente dichas y ciencias formales,  etc.

  Dentro de estas clasificaciones se encuentra la clasificación en ciencias puras y aplicadas que ya hemos mencionado. El  criterio de clasificación tiene que ver aquí con la teoría y la práctica porque en la ciencia básica se construye el cuerpo de conocimientos de carácter básico que la ciencia elabora a partir de la investigación en un campo del conocimiento determinado: formulación de leyes, conceptos y categorías,  formación de teorías y fundamentación de estas teorías. Las ciencias aplicadas tienen que ver con la aplicación de todas estas teorías y cuerpos de conocimientos al campo de la realidad concreta para su utilidad práctica. La  ingeniería es un excelente ejemplo de la aplicación de las ciencias matemáticas y físico-química a la solución de problemas prácticos.

 El problema de la inducción.

La Inducción es un procedimiento lógico que parte de la experimentación y la observación para llegar a la aprobación de la hipótesis y de una manera sistemática construir teoría. Son dos operaciones lógicas las que utiliza la investigación científica para aprobar o rechazar una hipótesis: deducción e inducción. La deducción parte del marco teórico a través del método hipotético-deductivo y la inducción a través de la observación y/o experimentación.

Es en este sentido que se establece la relación teoría-observación.

La epistemología en el siglo XX ha formulado dos propuestas con respecto a la aprobación o rechazo de las hipótesis: inductivismo que parte de la necesidad de la aprobación o justificación y el falsacionismo que parte del rechazo o felación de éstas. Hasta la aparición de Popper, lo que predominaba  era el justificacionismo (necesidad de aprobación), para luego aparecer el falsacionismo: si una hipótesis no es rechazada en múltiples ensayos se puede decir que la teoría está validada. El inductivismo apuesta por el método inductivo mientras que el falsacionismo se fundamenta en el método hipotético-deductivo. Inducción  de lo particular a lo general; deducción de lo general a lo particular.

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