La ciencia es el pilar y principal motor del progreso de las sociedades modernas
megamensoDocumentos de Investigación26 de Octubre de 2021
6.599 Palabras (27 Páginas)232 Visitas
[pic 1][pic 2]
[pic 3]
[pic 4]
[pic 5]
[pic 6]
[pic 7]
[pic 8]
[pic 9]
[pic 10]
[pic 11]
[pic 12]
[pic 13]
La ciencia es el pilar y principal motor del progreso de las sociedades modernas. Tal afirmación queda de manifiesto cuando se comprende cómo con la aplicación del conocimiento científico se contribuye a facilitar y perfeccionar la realización de actividades de investigación, laborales, profesionales y hasta cotidianas a través de idear nueva tecnología.
El uso de la ciencia en la generación de las sofisticadas tecnologías actuales ha permitido adelantos sustanciales en áreas como la medicina, la computación y los medios de comunicación; los métodos de enseñanza han evolucionado gracias a la incorporación de procederes derivados del conocimiento científico. La vida cotidiana es más agradable cuando se utilizan implementos de cocina, confort, control de natalidad y esparcimiento, entre muchos otros, reformados y mejorados a partir de las aportaciones de los hombres dedicados a la ciencia. Así pues, su generación debería ser una preocupación esencial de todos los gobiernos.
Negar que el conocimiento científico se traduzca en tecnología y ésta en progreso (Fig.1.1) lleva a costos onerosos; sin embargo, no siempre se tiene una correcta apreciación del papel que posee la ciencia.
Fig. 1.1 La interacción ciencia-tecnología se traduce en el progreso de una nación.[pic 14]
[pic 15][pic 16]
DESARROLLO
La actitud que se tome respecto a la ciencia, y por ende, a la tecnología, determinará la sociedad del futuro al definir las características de los pueblos, los gobiernos y de los pioneros en la conquista de otros planetas. Dada esta preeminencia que otorga la ciencia para el progreso de las naciones es menester buscar una posición de vanguardia respecto al conocimiento científico para evitar depender de los avances y logros científicos de otros países, que no en todos los casos, comparten sus descubrimientos.
En los albores de la nación mexicana, entonces dependiente de España, se desdeñó a la ciencia, igual que en la Península Ibérica, y se le concedió importancia hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando en el periodo de la Ilustración surgió un interés por lo científico. Empero, actualmente nuestro gobierno y sociedad parecen no prestarle la debida atención, lo que resulta en un atraso significativo en materia de apoyo y fomento a la investigación científica, condición que es necesaria superar si se aspira a un progreso y bienestar general.
Sólo trabajando en pro de la ciencia, base de la tecnología, podremos solucionar problemas torales como la miseria, la delincuencia, el subdesarrollo educativo e industrial, el desempleo y el rezago en materia de atención a la salud, entre muchos otros.
En este capítulo se efectúa una exploración introductoria sobre la trascendencia de la ciencia, partiendo de su definición como concepto para delimitar, consecuentemente, su papel en la producción de tecnología.
1.1 EL CONCEPTO
Para el hombre que carece de información, el mundo es un conjunto indescifrable de eventos, si desea actuar o transformarlos en su beneficio es preciso que los conozca y entienda. Históricamente, los mitos, la magia y la religión fueron y siguen siendo algunas alternativas que se idean con el propósito de comprender la realidad; sin embargo, brindan explicaciones insuficientes y el hombre continúa supeditado a los eventos de su entorno. Si acaso, algunos acaecimientos afortunados promueven el apego a sus convicciones, pero sin poder explicar y predecir el desarrollo de los fenómenos, de forma tal que lo posibiliten para un manejo eficaz de su medio.
Sólo comprendiendo y descifrando las constantes que observamos en el mundo, podremos llegar a un conocimiento que nos permita asegurar y promover no únicamente la supervivencia, sino el progreso, con la información que conlleve a un saber predictivo, que nos permita determinar lo que sucederá si se presentan determinadas condiciones previamente observadas.
Aceptar que el mundo puede ser comprendido y descrito en virtud de sus regularidades y consistencias ha permitido generar un reducido cúmulo de conocimientos que por ahora parecen haber logrado explicar, con cierta objetividad, pequeñas porciones de nuestra realidad. De entre este cúmulo de información, ese saber experto, ese conocimiento probado, lo denominamos ciencia. De ésta se desprende principalmente la información que ha concebido aumentar las expectativas de vida, elevar la calidad de la misma, disminuir el esfuerzo físico y promover el confort. De igual manera ha favorecido al aprovechamiento del medio y sus recursos, entre muchas otras cosas. Evidentemente, la ciencia, aplicada a través de la tecnología, ha posibilitado a la humanidad el logro de sus mayores beneficios.
Para los seres racionales es fundamental comprender el mundo en que viven y la ciencia conforma tal saber. J. A. Chamizo Guerrero (2000) explica: la ciencia es el resultado de un esfuerzo que desde hace siglos realizan hombres y mujeres para vencer los mitos que en algún momento pretendieron explicar y controlar el mundo. Y advierte, los esfuerzos que se llevaron a cabo no siempre fueron afortunados; en ocasiones fue preciso que se rehiciera el camino, se aceptaran fracasos o se superaran dudas, decepciones, frustraciones, se recuperara la esperanza y finalmente,
después de años y años de laborioso quehacer, se lograra obtener un conocimiento razonado y crítico, un saber que explicara con sabiduría los acontecimientos.
En la etapa renacentista, primera época en la que la ciencia alcanzó un real desarrollo e incluso ocasionalmente en la actualidad, además de las penurias para comprender de manera certera, pero limitada, el objeto en estudio, los hombres de ciencia han tenido que sobreponerse a un supuesto sentido común y a posturas dogmáticas de autoridades civiles y religiosas que obstaculizan las investigaciones que conforman gran parte de nuestra cultura y posibilitan enfrentar diversos sucesos, que de otra manera, sólo observaríamos al no contar con las herramientas precisas para entenderlos y utilizarlos en nuestro provecho.
Hoy, a partir del escaso conocimiento que conforma la ciencia en relación con las numerosas incógnitas que nos presenta el inmenso universo del que formamos parte, tenemos más preguntas que respuestas, pero en tanto nos encaminemos a resolver las incógnitas, el descubrimiento de nuevos hechos permite modificar ideas que en la actualidad se tiene por ciertas. La ciencia no es una verdad última, inamovible e inobjetable, constituye un saber en constante desarrollo.
Sobre ello Bertrand Russell en 1935 escribió:
“El espíritu científico es cauteloso, tentador y marcha por sus pasos contados; no se figura que lo que conoce es toda la verdad, ni siquiera que su mejor conocimiento es enteramente verdadero. Sabe que toda doctrina necesita enmienda tarde o temprano y que la enmienda necesaria requiere libertad de investigación y libertad de discusión (2001:167)”.
La ciencia es un saber inacabado, en constante progreso y corrección, aún así hemos de reconocer que los logros tecnológicos obtenidos por el hombre en la conquista y transformación de su medio se deben en gran parte a las leyes, teorías, explicaciones y hasta las hipótesis que el mundo científico ha suministrado.
Los avances de la ciencia son tan frágiles y humanos como los seres que los crearon; nos proveen de información acerca del mundo con la inherente capacidad para transformar la naturaleza en beneficio del hombre, de las demás especies y del propio planeta.
Hablar del concepto de ciencia nos remite a numerosos aspectos como: los procesos y prácticas con que se genera, el contexto en que ocurre y qué la determina, el plano objetivo y subjetivo en que se ubica el conocimiento, e incluso las aspectos filosóficos e históricos. En esta ocasión nos enfocaremos básicamente a cuatro temas que consideramos oportunos para clasificar el concepto de ciencia: Las instituciones, el instrumental, el método y, finalmente, los conocimientos, producto de las prácticas científicas (Fig.1.2).
Fig. 1.2 Aspectos básicos para clarificar el concepto de ciencia.
[pic 17][pic 18][pic 19][pic 20][pic 21][pic 22][pic 23][pic 24][pic 25][pic 26][pic 27][pic 28]
[pic 29][pic 30][pic 31]
LAS INSTITUCIONES CIENTÍFICAS
El conocimiento científico es resultado del esfuerzo de un amplio grupo de hombres dedicados a la investigación quienes, constituidos en instituciones conforman, por así decirlo, un organismo cuyo quehacer está directamente relacionado con la producción de conocimiento. La ciencia como institución no implica que los investigadores estén físicamente justos, sino que comparten y aprueban o rechazan los resultados y difusión del saber de un campo de conocimiento en particular. Aceptando este concepto, la ciencia no es posesión de un solo hombre o grupo selecto, sino de una extensa comunidad de estudiosos que participan de procesos de profesionalización y especialización que los constituye en colectivo y los distingue de otros grupos.
...