La dieta vegetariana puede salvar vidas

La dieta vegetariana puede salvar vidas

Por: Sofía Botero Botero.

Mucho se ha dicho acerca del consumo de carnes rojas y las consecuencias que estas traen con respecto al desarrollo de enfermedades terminales. Pero de lo que no se habla tanto es que llevar una dieta vegetariana es beneficiosa para el tratamiento y prevención de diferentes enfermedades.

La Real Academia Española define vegetarianismo como: “régimen alimenticio basado principalmente en el consumo de productos vegetales”. Otra definición de la Sociedad Vegetariana de Reino Unido en su página web explica vegetariano como: “alguien que vive con una dieta basada en granos, legumbres, frutos secos, semillas, verduras y frutas con, o sin, el uso de productos lácteos y huevos”.

Según el Diario Americano de Nutrición Clínica, los vegetarianos, en general, gozan de menos    riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, adicional a esto la OMS definió como tres de las principales causas de muertes en el mundo las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes.

Cinco estudios revisados por el Diario de Americano de Nutrición Clínica demostraron que el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares es 24% menor en los vegetarianos que en los omnívoros. La dieta vegetariana está compuesta por mayores cantidades de frutas y vegetales que otro tipo de dietas en las que se incluye proteína animal; un alto consumo de estos, los cuales son ricos en fibra, ácido fólico y fitoquímicos, está asociado con bajos niveles de concentración de colesterol en sangre, lo cual se traduce en un menor riesgo de mortalidad en pacientes con enfermedades cardiovasculares.

Con respecto al cáncer, el director Centro para los Estudios de Nutrición, T. Colin Campbell, demostró en un estudio que condujo con un grupo de investigadores indios que disminuir de 20% a 5% la ingesta de caseína (proteína presente en la leche de vaca y sus derivados) impide que esta se desarrolle como un carcinógeno potente. Además, la OMS clasificó las carnes rojas, en específico las procesadas como grupo 1 de carcinógenos, justo al consumo de tabaco. Es por esto, que las personas que reducen o eliminan por completo las carnes rojas procesadas y los lácteos tienen menos incidencia en cánceres, especialmente de mama y de próstata.

Un estudio realizado por Women´s Health Study determinó el consumo de carne roja y carnes procesadas como el principal factor de riesgo en el desarrollo de diabetes tipo 2.  Las carnes rojas, en especial las carnes procesadas, contienen ciertos tipos de preservativos y químicos que surgen de la preparación, preservación y empaque de estos mismos. Los componentes presentes allí incluyen nitratos. Un alto consumo de estos ha sido asociado con diabetes tipo 1 y estudios hechos con animales y con seres humanos han demostrado que desencadenan resistencia a la insulina

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