La electromovilidad el futuro del transporte

La Electromovilidad el Futuro del Transporte

Ling Anshenson Revilla Alvites

El reporte de World Air Quality del año 2018, ubica a Lima en el octavo lugar de las ciudades más contaminadas de Latinoamérica y en el tercer lugar en el ranking de las ciudades con mayor congestión vehicular (Gestión, 2019). El 70% de la contaminación del aire en Lima es generada por el parque automotor y la calidad de los combustibles, según un estudio realizado por el Comité de Gestión de la Iniciativa de Aire Limpio. (Gamarra, 2017).  Los limeños pierdan de 2 a 5 horas diarias en transporte, es evidente la necesidad de una restructuración de la forma en que nos movilizamos. En este documento explicaré por qué debemos considerar a la electromovilidad como una de las mejores alternativas de transporte urbano.

Los vehículos eléctricos han aumentado exponencialmente en la última década, principalmente en Estados Unidos, Asia y Europa, siendo América Latina y el Caribe las regiones con menos incorporaciones de este tipo de automotores en el mundo (Madrigal Martínez, 2019). En un mercado globalizado es común encontrarnos con una gran variedad de vehículos eléctricos que van desde segmentos ligeros como scooter, bicicletas, motos, automóviles, SUV, hasta vehículos pesados como buses, camiones.

Las ventajas de un motor eléctrico sobre un motor de combustión son contundentes, empezando por la eficiencia, por ejemplo, para un motor eléctrico síncrono usado en los autos de Tesla Motor la eficiencia es superior al 98%, mientras que el mejor motor de combustión interna no supera el 40%. Esto se traduce en un gran ahorro de costos variables (combustible). Otra característica resaltante es que los motores eléctricos son de alto torque, lo que brinda respuestas inmediatas en aceleración; además, este torque se mantiene en todo el rango de revoluciones por minuto (rpm); es por ello, que los vehículos eléctricos no requieren de una caja de transmisión, ni palanca de marchas, mientras que el motor de combustión interna solo tiene alto torque en un rango reducido de rpm, entregando una baja respuesta de aceleración y haciendo necesario el uso de una caja de marchas.

Los autos eléctricos son más simples en su arquitectura, solo requieren el chasis, el motor eléctrico, el banco de baterías, los sistemas de control y sistemas auxiliares como dirección asistida, frenos, climatización; omitiendo muchos sistemas auxiliares necesarios en los motores de combustión como el sistema de lubricación, refrigeración, ignición, reduciendo enormemente los costos de mantenimiento preventivo y correctivo. Los motores de combustión interna requieren de ciertas rpm en el estado de ralentí para vencer sus pérdidas internas y mantenerse encendido, inyectando un volumen mínimo de combustible sin obtener energía mecánica aprovechable, mientras que los motores eléctricos, al tener alto torque en todo el rango de rpm, no requiere que el motor esté encendido cuando vehículo está detenido, esto lo hace más eficiente. Además, que los vehículos eléctricos generalmente tienen sistemas regenerativos en los frenos, cada vez que el vehículo frena, se acopla un generador que transforma la energía cinética del vehículo en energía eléctrica que retorna al banco de baterías, aumentando la autonomía del vehículo. Sin lugar a duda la ventaja más importante para nuestro planeta es que los vehículos eléctricos son cero emisiones de CO2, muy silenciosos, no requieren lubricantes que en los motores de combustión interna se cambian con cierta una frecuencia y que posteriormente son desechados, contribuyendo notablemente con la preservación del medio ambiente.

Por otro lado, dentro de las principales desventajas encontramos que, si comparamos el costo fijo, para vehículos de características similares, encontramos los vehículos eléctricos tienen un mayor costo fijo frente a los de combustión. Sin embargo, esta sería una mirada superficial de los costos, ya que al evaluar los ahorros que se va a obtener en costos variables (mantenimiento y energía) a lo largo de toda la vida útil del vehículo, podemos afirmar, finalmente, que el ahorro es contundente. Por ejemplo, una recarga de la batería del vehículo de marca ByD modelo Tang, que tiene una capacidad de carga de 82.8 kwh, se incurriría en un costo de S/. 53.8 soles por recarga (considerando el costo medio del kwh en lima), que da una autonomía promedio de 600 km; mientras que, con un vehículo de similares características, pero equipado con un motor de combustión interna con una cilindrada de 2.5 l, costaría un promedio de S/. 290 soles, por los mismos 600 km de recorrido. Se espera que, con una masificación en la producción de estos vehículos, los costos fijos disminuyan.

Una segunda desventaja es el tiempo de recarga, para un vehículo de combustión el tiempo que toma llenar el tanque de combustible es insignificante, mientras que, para un vehículo eléctrico, generalmente requiere entre 4 a 8 horas para recargar al 100% con un sistema convencional domiciliario. Aunque existen sistemas de carga rápida en 30 minutos con lo que se logra cargar en promedio un 75% de la capacidad. Cabe resaltar que esto puede variar según el modelo del vehículo.

Es importe mencionar que esta tecnología no es nueva, el auto eléctrico, es tan antiguo como el auto de combustión interna, pero su desarrollo fue mitigado por 2 factores importantes, uno técnico y el otro que responde a intereses económicos. En referencia al factor técnico esta tecnología se vio limitada a causa de su principal punto débil, las baterías. En esa época las baterías eran de plomo con densidad de carga muy baja, limitando enormemente la autonomía del vehículo, con el avance de la ciencia y la tecnología se ha logrado desarrollar baterías con otros componentes como el litio, que tienen alta densidad de carga, que permiten a los autos eléctricos modernos tener una mejora contundente en la autonomía. Un ejemplo de esto es el caso de la marca ByD que incorpora baterías que permiten una autonomía de hasta 600 km por carga y tienen una vida útil de 8 años, garantizando el 100% de la capacidad de carga. El otro factor responde a intereses económicos por parte de los grandes fabricantes de motores de combustión interna como General Motor (GM), apoyados por los banqueros quien en su mayoría eran dueños de empresas productoras de petroleó. Quienes vieron una fuerte amenaza en el vehículo eléctrico, más aún cuando en 1990 el estado de California aprueba un mandato para que se migre progresivamente a vehículos cero emisiones (ZEV). En este punto los fabricantes se ven obligados a fabricar algunos modelos de vehículos 100% eléctricos, como el modelo EV1 de GM, EV Plus de Honda, entre otros, que posteriormente son recuperados y convertidos en chatarra; cuando GM y Daimler Chrysler demandan a la Junta de Recursos Aéreos de California (CARB) logrando que se revoque el mandato. A esta demanda se unió el gobierno de Bush. (Romanoff, 2019).

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