La historia del pueblo
Enviado por manuelrocha • 4 de Octubre de 2011 • Ensayo • 1.714 Palabras (7 Páginas) • 772 Visitas
oy una verdadera adicta al sexo, me llamo Lucia y tengo 40 años, a los 17 años me quede embarazada así que con 18 años estaba casada y con un bebe, siempre fui una mujer alta y fuerte con un poderoso trasero y potentes muslos, me decían que estaba muy buena yo me reía.
Nací en un pueblo de una provincia del norte, en una casa dedicada a la labranza, eras mis padres y mis dos hermanos, Rosa y Carlos, no había cumplido los 17 años empecé a tontear con Luís dos años mayor que yo, así que como digo a los 18 casada y con un bebe.
El parto fue muy complicado, me operaron y el doctor nos dijo que no podía tener más hijos, lo sentimos mucho pero así es la vida.
Luís trabaja con su padre, tienen la representación de maquinaría agrícola en varias provincias, lo cual viaja mucho.
Los dos somos muy ardientes, raro es el día que no tenemos sexo, y cuando vuelve de visitar algún cliente después de estar dos o tres días fuera, nos comportamos como verdaderas fieras, de recién casados Luís le encanta que me acueste solo con el camisón, cosa que ya es costumbre en mí.
Visito muy a menudo a mis padres, sobre todo los fines de semana, bien los tres o yo sola con mi hijo cuando Luís esta fuera, allí tengo mi habitación, si no van mis hermanos mi hijo Dani duerme en una de las habitaciones, si va alguno en nuestra habitación.
Así pasaron los años, pero hace dos años me ocurrió algo precioso, llegado el viernes Luís estaba en otra provincia con unos clientes, y no llegaba hasta el domingo, así que después de comer mi hijo y yo nos dirigimos al pueblo, llegando a media tarde a casa de mis padres, me encontré que estaba mi hermana Rosa con su marido y su hija, nos alegramos mucho, pasaríamos el fin de semana muy animado.
Mi hijo con mi padre y cuñado estaban en el granero intentando poner un portón, mama y mi hermana y yo en la cocina charlando, cuando sonó el teléfono, mi madre lo cogió y al rato dice.
.- Anda vuestro hermano esta en camino con sus hijas para pasar el fin de semana.
Nos alegramos de nuevo, nos reuniríamos todos, lo pasaríamos de maravilla, mas tarde estando yo con mama en la cocina me dice.
.- Como nos arreglaremos para dormir.
.- No te preocupes mama, Dani duerme en mi habitación.
.- Hija, ya tiene 20 años.
.- No pasa nada mama, es un cielo.
.- Bueno, tú sabrás.
A ultima hora llegó mi hermano con su esposa e hijas, y después de cenar se nos hizo las 12, así que mi padre dijo se iba a acostar, para por la mañana intentar acabar el portón, ahora tenía mucha ayuda, así que los hombre y las niñas se fueron a acostar, y nosotras nos quedamos charlando en la cocina, después de un buen rato decidimos acostarnos.
Me encamine a mi habitación, y entre sin dar la luz, me desvestí como de costumbre me puse el camisón y me acosté de espaldas a mi hijo, dormía como un angelito, después de un rato me dormí.
No se que hora sería pero me desperté, mi hijo estaba a mi espalda abrazado a mi, podía sentir su respiración en mi cabeza, seguía dormido, tenía un brazo bajo mi cabeza y el otro abrazándome por mi cintura, estaba pegado a mí, sentía su pene tieso como un palo a la altura de mi ano, no me moví ni un músculo, me estaba excitando, aquel pene tocando en mí, me empecé a poner húmeda, dios me estaba poniendo a cien, me moví un poco pero seguía durmiendo.
Hice unos movimientos, hasta que su pene estaba tocando mi vagina, el seguía durmiendo, yo estaba pingando, estaba sintiendo su pene en mi vagina, hice un poco de presión y entró como un rayo, al rato mi hijo empezó a bombear, yo no movía ni las pestañas, tuve un orgasmo sin moverme lo mas mínimo, aceleró el bombeo y se corrió como una bestia, podía sentir como el semen salía de mí y me empapaba los muslos, seguía sin moverme, se le fue deshinchando, la sacó se dio la vuelta y siguió durmiendo.
Me quedé dormida asta que el sol me despertó a las 10 de la mañana, mi hijo ya no estaba, me duche y baje a la cocina donde mi madre hermana y cuñada estaban con las cacerolas.
.- Hija, dormiste bien, valla horas.
.- Si mamá, dormí de maravilla.
Pasamos el día, yo no podía quitarme de la cabeza lo ocurrido, mi hijo los ratos que estuve con él, tan amable como siempre, así que llegó la noche y de nuevo pasó lo mismo.
Después de comer nos dirigíamos a casa en la capital, mi hijo y yo hablamos de diversas cosas, riéndonos todo el camino, cuando llegamos a casa ya estaba Luís.
Pasó la semana y el jueves me pregunto.
.- Mamá, vamos este fin de semana al pueblo.
.- Te apetece ir.
.- Si, claro que sí.
.- Luego preguntamos a papa.
Ese fin de semana nos acompaño Luís,
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