La promoción de la salud nos dio la vida
Enviado por Edu Mariño • 17 de Octubre de 2019 • Biografía • 693 Palabras (3 Páginas) • 128 Visitas
La promoción de la salud nos dio la vida.
María fue una mujer temperamental, su empeño era que sus hijos tuvieran estudios y proyectó un pequeño negocio de alpargatas para que aumentaran los ingresos aportados por su esposo, un pequeño propietario dedicado a la agricultura, como tantos otros. Corrían mediados del siglo XIX y algunas enfermedades como el cólera diezmaban a la población de la España pobre de aquellos años. Todo el oro de América se había ido en guerras europeas y los pobres seguían siendo tan desgraciados como siempre: el imperio había pasado de largo. El cólera hacía estragos entre una población desnutrida y depauperada, que convivía con animales, que bebía aguas insalubres y que tenía que elegir entre los medicamentos o el malcomer, y elegían lo segundo. Eugenio era el hijo inquieto de María y decidió ser médico para mejorar las condiciones de vida de esa gente pobre y enferma. La Universidad de Valencia quedaba a dos días de camino, pero tenía un proyecto vital que podía tocar con los dedos. Llegó a la ciudad y en la misma plaza de la Universidad donde asistía a clases, descubrió tras la ventana a una mujer hermosa que bordaba y que con los años sería su mujer, Josefa. Juntos formaron una familia y después de un tiempo de médico en un balneario cercano a su ciudad, tomó posesión como médico y cirujano titular de Cocentaina, provincia de Alicante. Iba a caballo a las haciendas alejadas cuando era avisado de que se necesitaba su atención, corría a asistir a cualquier persona que lo precisara, tuviera o no el dinero para pagarle. Se dio cuenta de que con eso no bastaba, había que educar a la gente para que no enfermara, para que tuviera salud. Escribió obras de teatro que él mismo representaba como actor, redactó manuales para ayudar a desinfectar los enseres de las casas donde había un enfermo, enseñó toda la salud que pudo. Tuvo tres hijos y una hija y ninguno siguió sus pasos. Con los años, su hija menor, Herminia, tuvo tres hijos más, pero vino la guerra civil, murió su esposo y su segundo hijo y el mayor que hubiera sido médico, quien sabe, se vio obligado a dejar de estudiar para ponerse a trabajar y hacerse cargo de su familia con catorce años. Su padre y hermano enfermos pasaron a engrosar la tasa de mortalidad que la guerra no había hecho más que incrementar, sin sentido, como todas las guerras saben hacer. Casimiro, ése primogénito médico frustrado se casó con Amparo, tuvieron tres hijas y su sueño fue que alguna fuera médica, quería que sus hijas fueran promotoras de salud y bienestar para gente no sé si tan pobre pero igual de necesitada. Amparo llegó a ser enfermera, de las buenas, de las comprometidas y fue la que más cerca estuvo del bisabuelo médico. Ella a su vez, tuvo dos hijas y una de ellas, Begoña, también dos hijos, Luis y Lucía. Y así fue como un buen día, Luis, cuando sólo tenía cinco años, dibujó y coloreó una hermosa imagen, un árbol que se hizo famoso por ser el árbol de la salud y la vida, la mejor definición que nunca habíamos visto de ellas. Ese árbol significa para mí toda una tradición de amor y entrega al bienestar de los demás, ese árbol nos recuerda la obligación de regar nuestros derechos en un homenaje a todos cuantos supieron que su misión en la vida era la salud. Cada rama de ese árbol representa a una generación de hombres y mujeres buenos que quisieron que quienes sufren, sufran menos. Somos promotores de salud porque amamos la vida. Ésta es la historia de algunos de los promotores de salud que ha habido en mi familia, en mis ancestros, estas seis generaciones han cuidado de los demás para el bienestar de todos cuantos se encontraron en el camino. Seguro que en otras familias hay otros promotores de salud, en todas los hay. Desde aquí les invito a buscarlos, a rendirles un homenaje sentido, sin esos promotores del bienestar de todos, el mundo sería mucho peor, tendríamos menos salud y menos vida.
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