La reconstrucción económica y política del país
Enviado por KATE13 • 13 de Noviembre de 2013 • Ensayo • 1.099 Palabras (5 Páginas) • 269 Visitas
No menos gravosa fue la forma de financiar la guerra. El gobierno emitió un decreto que autorizaba a la junta de emisión “para que emita y ponga a disposición del gobierno las cantidades que el gobierno necesite para atender el restablecimiento del orden público”. En poco más de dos años se emitieron más de mil millones de pesos, lo que llevó el cambio extranjero a proporciones descomunales: desde el 412% a comienzos de la guerra al 18.900% en octubre de 19021. Por supuesto, los precios de los víveres y artículos de primera necesidad se desbordaron, a tal punto que en 1901 el gobierno decretó la importación de víveres durante la contienda, hasta 60 días después en su terminación. Se encarecieron también las tarifas de transporte, en el de mulas por su escasez, en el fluvial por la pérdida de barcos (de 40 barcos existentes en el río Magdalena al comenzar las acciones, sólo quedaban 18 en 1902) y por supuesto las del ferrocarril. Las haciendas cafeteras, que habían constituido el núcleo más dinámico del incipiente desarrollo del país durante los últimos treinta años del siglo XIX, y entre 1896 y 1899 debieron soportar el descenso de precios del café a la mitad de lo que habían sido durante los primeros cinco años de la década, se vieron agobiadas aún más por el conflicto: la interrupción de los transportes, el encarecimiento de los fletes, el reclutamiento forzoso de trabajadores para formar los ejércitos o el abandono de los campos para eludir aquel reclutamiento, acabaron afectando no sólo las cosechas sino la organización misma de las haciendas, apoyadas sustantivamente sobre la fuerza de trabajo. Las haciendas comenzaron a producir a pérdida y en muchos casos la producción de café se volvió puramente marginal. Al término de la guerra, pues, el país quedó en ruinas, con una economía cafetera agobiada tanto por la crisis externa como por el propio conflicto, con un sistema de transporte, de por sí precario, desvertebrado casi por completo, deshechas las finanzas públicas, el cambio exterior y la circulación monetaria, y desbordados por entero los precios.
Merced a este caos, las escasas fábricas de manufacturas, que habían logrado prosperar en Bogotá y en Tunja, lo mismo que las industrias textiles de Santander, prácticamente desaparecieron, o quedaron semiparalizadas. Sin embargo, a la destrucción escapó la mayor parte de la región occidental del país y en particular Antioquia, Caldas y el Valle del Cauca. Será preciso retener este hecho, ya que en adelante el eje de la producción cafetera se desplazaría paulatinamente de Cundinamarca y Santander a la región occidental, al tiempo que Antioquia vería el surgimiento de una vigorosa industria textil.
La reconstrucción económica y política del país no era fácil. El Congreso de 1903, abocado a esta tarea, comenzó por reformar el sistema monetario adoptando el patrón oro, creó la junta de amortización, encargada de fijar periódicamente la tasa de cambio del papel moneda, reordenó el presupuesto público y la dispersa y confusa legislación aduanera y arancelaria e inició algunos intentos proteccionistas que, aunque tímidos, insinuaban ya las nuevas orientaciones del país para los años siguientes. Sin embargo, la gran meta de la reconstrucción estuvo a cargo de Rafael Reyes, quien adoptó una nueva política económica sustentada sobre la centralización fiscal, el proteccionismo y el impulso estatal a las actividades empresariales.
Imbuido
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